España acudió a las urnas este domingo -por tercera vez en menos de cuatro años- en unas elecciones generales marcadas por una profunda división y por la irrupción de la extrema derecha en el panorama electoral.
El gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se impuso en los comicios logrando 123 escaños, seguido por el Partido Popular (PP) con 66, Ciudadanos con 57 y Unidas Podemos con 42.
El partido de extrema derecha Vox irrumpe con fuerza en el Parlamento español con 24 escaños, mientras que los independentistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y JxCat obtienen 15 y 7 escaños respectivamente. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) logra 6.
Necesidad de pactos
Con estos resultados, para alcanzar la mayoría de 176 escaños con la que lograr la investidura, el presidente Pedro Sánchez y el PSOE podrían sumar fuerzas con Podemos y con grupos minoritarios como los nacionalistas vascos y catalanes.
Otra posibilidad sería un pacto entre PSOE y Ciudadanos, aunque el líder de este último partido, Albert Rivera, descartó hace unos meses hacer presidente de nuevo a Sánchez.
Los partidos de la derecha -PP, Ciudadanos y Vox- se quedan lejos de la mayoría necesaria para lograr la investidura de alguno de sus candidatos.
Los resultados obtenidos por el PP –la mitad de los escaños que en los comicios de 2016(137)– ponen en entredicho el liderazgo de Pablo Casado y el viraje a la derecha que el partido hizo en los últimos meses.
Los analistas consideran que los casos de corrupción en los que se vio involucrada la formación conservadora en los últimos años le han pasado factura.
De hecho, el socialista Pedro Sánchez llegó al gobierno hace diez meses después de ganar una moción de censura en el Congreso que puso fin al gobierno de Mariano Rajoy y que fue impulsada precisamente por la corrupción que salpicaba al PP.
«¡Hemos hecho que pase!», ha clamado Pedro Sánchez este domingo ante los cientos de militantes y simpatizantes que han acudido a la sede de su partido en Madrid a celebrar el triunfo electoral.
«¡Ha ganado el futuro y ha perdido el pasado!».
El líder del PSOE ha asegurado que entre los objetivos de su gobierno estará «avanzar en la igualdad social, avanzar en la convivencia y la concordia, para acabar con la confrontación territorial, y avanzar en la regeneración democrática, para acabar con la corrupción».
Alta participación
La importancia de estos comicios se ha visto reflejada en una altísima participación.
De acuerdo al ministerio del Interior español, al cierre de los colegios electorales habían votado un 75,73% de los electores.
Esto es casi un 9% más que en las elecciones generales de 2016.
Ya se había informado que la votación por correo también había roto varios récords de participación.
La irrupción de Vox
Pese a que no será decisiva para formar gobierno, la extrema derecha entró con fuerza en el Parlamento español, al conseguir Vox 24 escaños de los 350 que conforman el Parlamento español.
La formación ultraderechista logró 2,6 millones de votos, un 10,26 % del total, situándose como quinta fuerza política del país.
Según destaca la agencia de noticias Efe, el hecho de que algunas encuestas avanzaban que Vox podría acercarse a los 40 diputados y la gran asistencia a sus actos electorales, con pabellones llenos a rebosar, habían creado expectativas más altas.
Aún así, tras conocerse los resultados, los líderes de este partido se mostraron triunfalistas y destacaron el logro que supone entrar en el Congreso con dos docenas de parlamentarios.
El presidente de Vox, Santiago Abascal, calificó de «verdadero milagro» el fuerte aumento de su partido y proclamó ante sus enfervorecidos fieles que «esto es solo el principio».
«Vox ha venido para quedarse», aseguró.
Los temas de campaña
Las elecciones de este domingo fueron convocadas el pasado 4 de marzo, después de que el gobierno de Pedro Sánchez no lograra la aprobación de su ley de presupuestos.
Los principales temas que se han debatido en la campaña han sido la crisis política en Cataluña -en pleno juicio a los líderes catalanes que declararon la independencia en octubre de 2017-, las políticas sociales y de igualdad de género, y la identidad nacional.
La conversación electoral tambiénha estado marcada por la irrupción de Vox.
Dicha agrupación ha mantenido un discurso antiimigración, y ha cuestionado ciertos derechos a las minorías sexuales y las políticas de igualdad de género.
Fin del bipartidismo
Análisis de Pablo Esparza, colaborador de BBC Mundo en España
Los resultados de las elecciones generales celebradas este domingo en España dejan un Parlamento dividido en el que ninguno de los partidos obtuvo una mayoría suficiente como para gobernar en solitario.
Este paisaje político fragmentado confirma el fin del bipartidismo entre el Partido Socialista Obrero Español y el conservador Partido Popular que había protagonizado la política española desde el regreso del país a la democracia en 1978.
La tendencia a la división del voto cobró fuerza a partir de 2014 con la irrupción de Podemos por la izquierda y de Ciudadanos por el centro derecha.
Sin embargo, a estos dos actores políticos relativamente nuevos, se sumó en 2019 el partido de extrema derecha Vox, al que las elecciones de este domingo le abrieron por primera vez las puertas del Parlamento español, donde contará con 24 diputados.
La política española ha dejado atrás los tiempos de las mayorías absolutas y los pactos se imponen como necesarios.
«Poco a poco nos vamos acostumbrando en España a que es necesaria la política de pactos«, le dice a BBC Mundo Lluís Orriols, profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos Tercero de Madrid.
«Incluso ahora, a diferencia del anterior ciclo electoral, se está hablando no solo de pactos de investidura sino de coalición, es decir, en el Congreso de los Diputados está cada vez más asumido que es necesaria la conformación de alianzas para la formación de gobierno y siendo copartícipes en ese gobierno», apunta el experto
fuente:bbcmundo