Enseñar y Aprender el Holocausto

Decenas de profesores españoles trasladarán ahora a sus aulas las clases sobre el genocidio judío que han recibido este verano en el Museo Yad Vashem.

Aprender a enseñar no es fácil. Y menos si la materia es el asesinato de millones de personas por un régimen que convirtió a una de las sociedades más cultas en un monstruo. En el Museo Yad Vashem asumen el reto pero destacan que es una lección imprescindible. Para recordar el pasado y asegurar el futuro.

“En el curso nos han explicado la complejidad de aquel tiempo y el contexto histórico. Aprendes cómo enseñar historias humanas de judíos durante el Holocausto, y que nadie puede decir que mañana no seamos nosotros las víctimas. En cualquier momento y cualquier parte del mundo puede volver a repetirse”, explica la profesora de Filosofía Rebeca García Martín, que trasladará lo aprendido este verano en Jerusalén a su aula del IES Villablanca en Madrid.

Junto a otros 23 docentes españoles, García acudió este verano al Museo del Holocausto para convertirse en alumna y recibir instrumentos para comprender los orígenes y consecuencias de la Shoah con el objetivo de lograr transmitir los testimonios y sensaciones del genocidio judío a manos de nazis.

Convocados por el Centro Sefarad-Israel, que inició este proyecto con Yad Vashem en 2007, los profesores españoles -de disciplinas tan variadas como Filosofía, Historia, Biología o Psicología- impartirán ahora una vieja asignatura pendiente en España. García recalca a El Mundo “el gran esfuerzo que se hace en los centros españoles para dar a conocer esta complejidad histórica. Hasta hace no muchos años formaba parte de la asignatura de Historia. Este curso te proporciona una visión más transversal, ya que se puede tratar desde cualquier asignatura”. Asimismo, recuerda el testimonio de un superviviente del Holocausto hace un año en Madrid como “una de las mejores experiencias que tuve con chavales en clase”.

“Ahora me doy cuenta de que no sabía nada en comparación con lo que me llevo de aquí”, admite Miguel Ángel de la Fuente Frechoso, que dirige el departamento de Historia y Geografía del Instituto de Educación Secundaria Grupo Cántico de Córdoba. “Lo que hemos aprendido se puede aplicar de forma inmediata ahora en septiembre”.

Paloma Martín García escucha atentamente a sus dos compañeros de viaje y clase. “Como alumnos hemos visto una cantidad ingente de recursos estructurados, imágenes, grabaciones, poesía…”, afirma esta maestra de Biología y Geología.

Bajo el paraguas formado por historiadores, pedagogos y supervivientes de la Shoá, la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto fue creada en los 90. La jefa del equipo educativo de habla hispana y portuguesa, Eliana Rapp, cuenta que más de 2.500 personas han pasado por sus cursos en la última década. Entre ellos más de 500 españoles.

“Les damos herramientas pedagógicas y metodológicas sobre cómo enseñar un tema tan complejo como éste. Muchas veces los docentes no saben cómo afrontarlo y qué técnicas usar para enseñar al alumno sin traumatizarlo”. “Lo enseñamos a través de historias personales, el antes, durante y después, focalizando no en cómo murió una víctima judía, sino en cómo vivió, a qué se enfrentó, cómo en un mundo donde no había elección y donde los nazis habían determinado la muerte sistemática de los judíos aún querían elegir y pensar en cómo sobrevivir”, enfatiza Rapp.

“Nos centramos también en los perpetradores, los observadores pasivos y los Justos de las Naciones, que fueron no judíos que salvaron a judíos sin esperar nada a cambio”, indica esta israelí de origen argentino: “Es importante recalcar que la Shoá no es sólo un asunto judío. La ideología nazi tenía el objetivo de exterminar a los judíos, pero se trata de un tema universal”.

¿Cómo reaccionarían si un alumno dijera que el asesinato de seis millones de judíos es una invención o exageración? preguntamos. “Primero con la ley, porque el negacionismo es delito en muchos países incluyendo España. Pero la mejor forma de responder es emplear los ejemplos de qué y cómo ocurrió”, contesta De La Fuente: “La Shoá fue excepcional en su momento y casi marca un paradigma en el estudio de los genocidios del mundo contemporáneo”.

Estudiar las atrocidades nazis es sumergirse en las aguas del antisemitismo europeo, que también llegan a España. “A lo largo de la Historia se han naturalizado los prejuicios antisemitas. El antisemitismo estuvo en el pasado y está en el presente. Sólo muda la piel”, acota García.

 

 


Fuente:elmundo.es

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