A raíz de esta investigación, un grupo de estudiantes de California presentó el miércoles una demanda contra ocho prestigiosas universidades, a las que acusan de no haber hecho un proceso de admisión justo.
Las acusaciones tienen en la mira a universidades como Yale, Stanford, Georgetown, la Universidad de Texas y la del Sur de California.
El FBI descartó que las escuelas tuvieran alguna participación en el mecanismo de fraude, pero para muchos este caso fue una muestra de que el dinero es un factor determinante a la hora de entrar a la élite académica.
Uno de ellos es Daniel Golden, editor del portal periodístico ProPublica y autor del libro «El precio de la admisión», sobre cómo los millonarios usan su dinero para que sus hijos sean aceptados en las mejores universidades.
Golden, además, ganó un premio Pulitzer por una serie de artículos sobre los privilegios de los que gozan algunos estudiantes durante los procesos de admisión en las universidades.
¿Este caso de supuesto fraude es un caso aislado o cree que es parte de un problema más grande?
Creo que representa un problema más amplio, apunta a varias vulnerabilidades en el proceso de admisión.
Una de ellas es el crecimiento de esta industria de consejeros que trabajan para familias adineradas que quieren que sus hijos vayan a la universidad.
Tradicionalmente este es un rol que cumplen los consejeros en la secundaria, que ayudan a los estudiantes a conectarse con las mejores universidades, pero estos consultores privados como Singer, la supuesta mente maestra detrás de este esquema, solo responden a las familias ricas. Esos son sus clientes.
Así que si los padres están decididos a que sus hijos entren a una universidad de élite, supongo que Singer no es el único consultor con buenas conexiones para que eso ocurra, y eso es un problema para el sistema.
Este parece ser un caso de corrupción, pero usted sostiene que incluso las prácticas legales hacen que el sistema de admisión sea injusto…
El sistema de admisión en EE.UU. está inclinado en favor de los ricos y famosos.
La «admisión hereditaria», que otorga preferencia a los hijos de exalumnos, generalmente beneficia a las familias con más riqueza.
Igual pasa con las llamadas «preferencias de desarrollo», que son preferencias para hijos de personas que no fueron alumnos, pero que hacen donaciones a la universidad.
Incluso están las «preferencias atléticas». Hay deportes que todo el mundo practica como fútbol americano o baloncesto, pero hay muchos otros deportes como la navegación o actividades ecuestres que generalmente están limitados a los más ricos. Hay una preferencia por admitir a estudiantes que participan en esos deportes de clase alta.
En conjunto, yo me refiero a esas preferencias como «preferencias del privilegio».
Esas preferencias son como las ayudas que le dan los participantes del programa de televisión «Quién quiere ser millonario» cuando no saben la respuesta a una pregunta.
¿Es este un sistema discriminatorio?
Es un sistema que discrimina en favor de los ricos y en contra de los estudiantes que no tienen ninguna forma de preferencia.
Los estadounidenses de origen asiático muchas veces entran en esta última categoría. Ellos muchas veces obtienen notas y puntajes sobre salientes, pero no logran entrar. También pasa con estudiantes blancos de clase media trabajadora.
Los negros y los hispanos se benefician de acciones afirmativas, así que ellos también tienen una preferencia.
¿Dar preferencia a quienes tienen dinero o padres exalumnos afecta la calidad de estas universidades?
En general estas preferencias afectan la calidad porque significan que los estudiantes de pregrado en estas universidades no son tan fuertes académicamente como lo serían si fueran admitidos sin tener en cuenta su riqueza y su privilegio.
También afecta la diversidad económica del cuerpo de estudiantes de pregrado.
Muchas de las universidades top tienen muy pocos estudiantes de bajos ingresos. Eso ocurre a pesar de que parte de su misión es ayudar a descubrir «diamantes en bruto», es decir, jóvenes de bajos recursos o de familias en desventaja que tienen un gran potencial, pero en un sistema amañado contra ellos.
¿Para un estudiante sin privilegios tiene sentido presentarse a estas universidades aun sabiendo que el sistema juega en su contra?
Los estudiantes de secundaria deben ser conscientes de que el sistema no está completamente basado en el mérito y que puede que no reciban un trato justo en universidades selectas durante el proceso de admisión.
Aun así, estudiantes con méritos sobresalientes lograrán entrar en universidades top, es solo que enfrentan barreras significativas.
En América Latina muchos sueñan con llegar a una universidad de élite, ¿cómo es el panorama al que se enfrentan?
Para estudiantes internacionales la situación es un poco particular, porque muchas universidades no ofrecen mucha ayuda financiera para estudiantes internacionales, así que están particularmente interesadas en estudiantes que van a pagar matrícula.
Si los estudiantes de América Latina pueden pagar la matrícula, probablemente tienen una buena oportunidad de ingresar a algunas de las mejores universidades de EE.UU.
Si no pueden pagar la matrícula, la situación será más difícil.
Si, según usted, el sistema es injusto, ¿cómo se podría arreglar?
Yo eliminaría la admisión hereditaria, no creo que deba haber preferencias basadas en el parentesco. Eliminaría las preferencias para aspirantes en deportes en los que la mayoría de los jóvenes no tienen la oportunidad de jugar.
Respecto al escándalo de Singer en particular, incrementaría las regulaciones y los controles para estos consejeros privados.
Las escuelas también deberían endurecer el reclutamiento de atletas. Los comités de admisión deben prestar más atención a los estudiantes seleccionados por los entrenadores.
¿Estamos frente a un sistema corrupto?
Yo no diría que el sistema como un todo es corrupto, pero sí pienso que es muy común que la gente rica haga grandes donaciones a las universidades durante la época en que los estudiantes se están postulando.
¿Vale la pena ir a la universidad?
La mayoría de los estudios muestra que en EE.UU. tener un grado universitario es muy útil para aumentar el poder adquisitivo en el futuro, así que yo no recomendaría que la gente deje de ir a la universidad.
Hay muchas universidades que no están en el top de los rankings y brindan una buena educación. Yo buscaría opciones de una manera más amplia, pero creo que es importante ir a la universidad.
¿Las universidades que aparecen en el top son tan buenas como creemos que son?
Es una pregunta difícil, depende de cómo definas «buenas». Sin duda tienen excelentes profesores y ofrecen muy buena educación, al igual que lo hacen otras universidades. Pero al parecer la gente las valora no solo por la calidad de la educación si no por el status social que parecen brindar.
fuente:bbcmundo