Tres dólares al día, cuando hay suerte, es lo que consigue reunir Francisca Rivas vendiendo en un mercado popular en el norte de San Salvador.
Con eso, menos de US$100 al mes, debe sostener a sus tres nietas, de 12, 9 y 4 años.
«Somos gente pobre que pasamos (vivimos) con las monedas que nos caen al día», dice sentada sobre un taburete de madera en el interior de su modesto negocio de abarrotes.
Los poco más de dos metros cuadrados de esa habitación son oscuros, compactos y casi invisibles en un lugar en donde otros dos centenares de pequeños comerciantes recibieron con escepticismo este martes la posibilidad de recibir el pago por sus servicios en bitcoin.
Desde este 7 de septiembre El Salvador se convierte en el primer país del mundo en el que esta criptomoneda es de curso legal.
A Francisca se le pueden leer las siete décadas y media de dura vida en el rostro, en las manos desgastadas por el trabajo: un pergamino con historias de carencia y abandono escritas en cada surco de su piel.
«Ese pisto (dinero) no nos conviene, porque nos va a llevar más a la pobreza», dice. Y da un sorbo a su taza de café.
Con «pisto» se refiere al bitcoin, la criptomoneda impulsada por el gobierno del presidente Nayib Bukele.
A partir de este martes es legal la realización de pagos a través de un monedero digital (wallet) instalado en un teléfono celular.
Uno de los mayores temores de Francisca es que esos US$3 que lleva a diario a casa se reduzcan y presiente que eso sucederá cuando deba negarse a realizar una venta a alguien que, teléfono en mano, quiera pagar en bitcoin.
«Si no tenemos para un aparato de esos, el bitcoin no es para nosotros los pobres», dice.
Primer día como moneda legal
Con la entrada en vigencia de la ley para el uso del bitcoin, El Salvador se convierte en laboratorio mundial de la criptomoneda.
Bajo un ambiente de rechazo, confusión e incertidumbre, el presidente Bukele dedicó las primeras horas de la jornada a publicitar la puesta en marcha de la polémica medida en sus redes sociales.
Como toda innovación, el proceso del #Bitcoin en El Salvador tiene una curva de aprendizaje. Todo camino hacia el futuro es así y no se logrará todo en un día, ni en un mes.
Pero debemos romper los paradigmas del pasado. El Salvador tiene derecho a avanzar hacia el primer mundo.
— Nayib Bukele 🇸🇻 (@nayibbukele) September 6, 2021
Horas antes, Bukele confirmaba la compra de 200 nuevas criptomonedas, con lo cual el monto total adquirido por el gobierno salvadoreño ascendía a 400 unidades de la divisa digital.
Desde esa adquisición, el valor del bitcoin comenzó un rápido descenso, el más abrupto en un mes, con lo cual algunos analistas estiman en cerca de US$1 millón las pérdidas del gobierno de El Salvador. Y eso tan solo 12 horas después del arranque como moneda oficial en el país.
Ese no fue el único tropiezo del debut oficial del bitcoin en El Salvador. A pesar de que el gobierno prometió que su monedero digital, Chivo App, estaría vigente desde el primer minuto de este martes, eso no sucedió.
Al mediodía, la descarga de la aplicación solo estaba disponible en móviles de la marca Huawei y no era posible hacerlo en teléfonos con sistema operativo Android o iOS.
El mismo Bukele tuvo que pedir disculpas por el retraso y hasta exigió a las tiendas de Google y Apple agilizar el lanzamiento de la aplicación, lo cual despertó el debate sobre si el software programado por el gobierno salvadoreño cumple o no con los requisitos de seguridad que ambas empresas exigen a los productos que pueden descargarse en sus plataformas.
A esto se sumaron quejas en redes sociales de usuarios que consiguieron descargar la aplicación y acceder a los US$30 que el gobierno ofrece por el uso de su app oficial, reportando que no recibieron la cantidad exacta debido al cobro de comisiones y a la fluctuación en el valor de la divisa.
El medio centenar de cabinas especializadas para las transacciones de bitcoin lucieron casi desoladas durante toda la mañana, reviviendo el debate sobre el costo que implicó la construcción de esos espacios frente a la utilidad que tendrán.
Buena parte de la población aún desconoce cómo funciona la criptomoneda.
«Como toda innovación, el proceso del bitcoin en El Salvador tiene una curva de aprendizaje. Todo camino hacia el futuro es así y no se logrará todo en un día, ni en un mes», dijo Bukele en Twitter el lunes.
Acompañó a un usuario, que prefirió mantener su nombre en privado por razones de seguridad, a un recorrido por dos zonas comerciales de San Salvador para verificar el uso o la aceptación de la criptomoneda en comercios locales.
Y pudo corroborar que, fuera de grandes cadenas de servicios, los medianos y pequeños negocios, además de los comercios informales, están lejos de estar completamente preparados para realizar transacciones con bitcoin.
«Sentí mucha inseguridad de colocar mi dinero en esta aplicación, no hay garantía de una compra limpia«, dice el usuario, luego de que en algunos establecimientos comenzaran con el proceso y tuvieran que detenerlo o hasta intentar revertirlo cuando no hubo claridad en alguno de los pasos.
En los negocios pequeños o informales, la posibilidad de comprar a través de la Chivo App fue imposible.
«Si me va a comprar, cómpreme en dólar; si no, no le vendo», fue la respuesta de Reyna García, una comerciante del Centro Histórico de San Salvador que además expresó un temor que es recurrente entre la población salvadoreña: «Eso dejará más pobres».
Las críticas
El temor de Reyna es habitual en El Salvador.
La poca información divulgada por el gobierno dispuso un clima de incertidumbre que se incrementó a medida que se acercaba la fecha para que entrara en vigencia la ley, que fue aprobada por la Asamblea Legislativa controlada por el partido del presidente Bukele.
Fueron 90 días de contradicciones por parte de voceros oficialistas y del mismo Bukele sobre la obligación de aceptar pagos con la nueva moneda y hasta con amenazas de sanciones a quienes no la acepten.
Hay temores sobre si el bitcoin puede servir para encubrir delitos de lavado de dinero y dudas sobre el origen de los fondos para la implementación del proyecto, sobre la ausencia de reglas claras y sobre el posible efecto entre la población más pobre y con menos acceso a la tecnología digital.
El enfado de ciertos sectores por el bitcoin se suma a las protestas por las recientes decisiones del oficialismo. En las últimas semanas se aprobó la destitución de fiscales, jueces y magistrados constitucionales y se abrió la puerta a la reelección de Bukele, algo que prohíbe la propia Constitución del país.
Por ello, centenares de salvadoreños marcharon este martes en protesta por las calles de la capital salvadoreña.
Todo mientras la especulación del mercado, a la que el valor del bitcoin se sujeta, causa pérdidas en las inversiones del gobierno, que insiste en la promesa de efectividad de la medida económica.
Pese a la caída de la criptomoneda, Bukele anunció la compra de 150 unidades más de bitcoin para un total neto de 550 unidades.
La impopularidad de la nueva medida económica de Bukele también comienza a reflejarse en las encuestas de opinión, como la recientemente publicada por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en la que la economía se ubica como el segundo problema que más afecta a los salvadoreños.
La encuesta revela que al menos cuatro de cada diez salvadoreños creen que la economía del país empeorará con la entrada en vigencia de la criptomoneda y más del 66% considera que la Asamblea Legislativa, en poder del partido del presidente Bukele, debería dar marcha atrás y derogar esa ley.
Según el sondeo, nueve de cada diez salvadoreños no tienen conocimiento claro de qué es el bitcoin o su funcionamiento.
«Nosotros no sabemos nada, el presidente no explicó nada ni preguntó si lo queríamos. Yo hubiera dicho que no», dice Elba Santos, comerciante que vende sus productos a las afueras de San Salvador.
«Si ni yo lo conozco, cómo lo voy a aceptar», dice Elba, que cuenta que junto a otro grupo de pequeños comerciantes buscó a autoridades locales para recibir capacitación o información antes de la entrada en vigencia de la criptomoneda. Y dice que no obtuvo respuesta.
«Como vendedores estamos frustrados», confiesa, y confirma que en su negocio no permitirá pagos que no se realicen en dólares, la moneda oficial de El Salvador.
Esa también es la opinión de Osmin Crespín, comerciante de frutas y verduras, que considera que los mayores perdedores de la puesta en marcha del bitcoin como moneda de curso legal serán los pequeños comerciantes.
«Yo le diría a él que se preocupe por la gente pobre, como prometió», reclama a Bukele el vendedor, que se une al amplio sector de pequeños comerciantes que de momento se resiste a aceptar pagos con bitcoin.
fuente:bbcmundo