Nuestros pueblos están intrínsecamente vinculados, y lograremos combatir juntos esta pandemia y, a la vez, fortalecer nuestro compromiso compartido con la democracia.
POR RONALD DOUGLAS JOHNSON
EMBAJADOR DE ESTADOS UNIDOS
No hay duda de que el COVID-19 ha cambiado nuestras vidas diarias, nuestros hábitos y nuestras normas culturales. La pandemia actual requiere nuestras mejores ideas, nuestra gente más competente y nuestro esfuerzo continuo. Recientemente, el Secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo: “Las democracias son las que responden bien ante las crisis”. Mientras trabajamos para enfrentar la pandemia mundial más grande de nuestra era, Estados Unidos y El Salvador tenemos la fortuna de que nuestros lazos culturales y personales han apoyado nuestros esfuerzos mutuos de cooperación como dos democracias que están enfrentando un reto sin precedente. Nos necesitamos ahora más que nunca.
Las crisis pueden poner a prueba qué tan fuertes son nuestras democracias, pero si todos protegen y respetan la institucionalidad y los principios democráticos, también sacan lo mejor, enfatizan nuestra compasión y nuestro espíritu de innovación. Hemos visto cómo empresas y organizaciones han cambiado su línea de trabajo para crear equipos de protección personal como máscaras y desinfectante para manos, o que han reprogramado impresoras 3D para crear ventiladores mecánicos y suministros médicos. Las empresas han hecho grandes esfuerzos por pagar a sus trabajadores y evitar la ruina financiera. Y muchos servidores públicos trabajan arduamente largas horas para apoyar la respuesta del país.
A nivel personal, me ha inspirado ver a tantos salvadoreños, desde el presidente de la República hasta funcionarios públicos y municipales, miembros del sector privado y muchos más que están trabajando sin parar para ayudar al país. Igualmente me han conmovido las historias de ciudadanos estadounidenses que recaudan dinero para ayudar a las personas en El Salvador más afectadas por la crisis, y empresas con dueños estadounidenses, como States Diner, que han ofrecido café a la policía y a los soldados. Reconocemos todos esos actos de empatía a las necesidades de nuestros semejantes.
Aunque Estados Unidos está lidiando con esta pandemia a gran escala dentro de nuestras propias fronteras, nuestra Embajada continúa trabajando para ayudar a nuestros amigos, adaptando nuestros programas para satisfacer las necesidades actuales. Nos sentimos orgullosos de haber entregado más de 80,000 productos de higiene, comidas, sábanas, ropa, mascarillas, guantes, galones de alcohol en gel, agua y otras necesidades críticas para las personas necesitadas en los centros de cuarentena y, quizás lo más importante, para apoyar a aquellos en la primera línea de protección civil y servicio a su comunidad.
Trabajando con la Casa Blanca, pudimos ayudar a destinar a El Salvador más de 100,000 kits para realizar exámenes de COVID-19. También llevamos medicamentos necesarios para más de 800 familias salvadoreñas que se encuentran en los Estados Unidos sin poder regresar.
Estados Unidos hasta la fecha ha ofrecido millones de dólares a El Salvador para enfrentar esta pandemia y reforzar la economía. Recientemente anunciamos $2.8 millones para ayudar a personas en centros de contención, incluidos los salvadoreños retornados de los Estados Unidos para que regresen a sus vidas aquí y se reintegren a la actividad económica en sus comunidades. Además, anunciamos $2.6 millones adicionales destinados a programas de salud que empiezan en las próximas semanas. Hace tan solo unos días, el Secretario de Estado anunció la reanudación de $66.5 millones para una gama de programas de cooperación con el país, resultado de mucho trabajo en conjunto. No hay duda de nuestro compromiso con la inquebrantable relación entre nuestros dos países.
Las secuelas luego de la emergencia del COVID-19 harán que nuestra alianza sea aún más importante. Las empresas tendrán que reconstruirse y otras se crearán después de esta crisis. Es posible que las remesas no se mantengan en sus niveles actuales y ambas economías necesitarán apoyo mutuo para recuperarse. Pero juntos hemos construido escuelas y carreteras, creado empleos y reducido la violencia.
Hemos trabajado juntos para que nuestros amigos salvadoreños puedan ver que sí es posible construir, en El Salvador, el futuro que desean tener. Así, después de que se desvanezca la crisis inmediata, estaremos aquí para hacer nuestra parte y más.
Buscaremos nuevos acuerdos comerciales, inversionistas y socios del sector privado comprometidos, y aprovecharemos la reconocida capacidad de innovación de los Estados Unidos para ayudar a El Salvador a avanzar.
Nuestros pueblos están intrínsecamente vinculados, y lograremos combatir juntos esta pandemia y, a la vez, fortalecer nuestro compromiso compartido con la democracia. En la medida que la situación cambie de un día para otro, reto a cada uno de nosotros para que contribuyamos al máximo, sabiendo que ninguna solución será perfecta, pero esperando lo mejor del otro, con acciones ágiles, honestidad y transparencia, y poniendo primero el bien de todo el país.
Embajador de los EE.UU. en El Salvador