Enfatizando la responsabilidad histórica alemana y notando de manera puntual el actual antisemitismo que resurge en su país, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeir se comprometió a combatir el odio en el Quinto Foro Mundial del Holocausto.
Steinmeier sorprendió al inicio de su discurso por hablar en hebreo, primero recitando la oración judía del Shehejeyanu, y luego agradeciendo al presidente israelí Reuven Rivlin y al presidente de Yad Vashem por el honor de ser uno de los invitados, lo que le hizo ganar aplausos de la audiencia.
El presidente alemán elevó al podio los nombres de víctimas del Holocausto como Samuel Tytelman y su hermana Rega, o Ida Goldis y su hijo Vili, destacando que los responsables de sus muertes fueron connacionales suyos.
“Fueron deportados por alemanes. Alemanes les tatuaron números en el antebrazo. Alemanes trataron de deshumanizar a estos seres humanos, de convertirlos en números, de apagar todo recuerdo de ellos en el campo de exterminio”, expresó.
Steinmeier enfatizó la responsabilidad alemana del “genocidio a escala industrial de seis millones de judías y judíos, el mayor crimen en la historia de la humanidad”, así como de la guerra que impactó al mundo en su totalidad.
Dijo cargar con “una gran culpa histórica”, pero a la vez estar lleno de gratitud con los sobrevivientes del Holocuasto, por la confianza de Israel, y por el renacimiento de la comunidad judía en Alemania. “La llama de Yad Vashem no se extingue, y la responsabilidad alemana tampoco”, indicó.
Pese a ello, dijo no poder afirmar que Alemania haya aprendido de la historia ante los sucesos actuales de antisemitismo en el país y que el país parece comprender mejor el pasado que el presente, “cuando se extienden el odio y la instigación al odio… cuando se les escupe a niños judíos en el patio de la escuela [en Alemania]… cuando bajo el pretexto de una supuesta crítica de la política israelí se manifiesta un crudo antisemitismo… cuando solo una pesada puerta de madera impide que un terrorista ultraderechista provocara un baño de sangre en una sinagoga”.
“Los fantasmas se disfrazan hoy de otra manera. Más aún, presentan su pensamiento antisemita, nacionalista y racista, autoritario como respuesta para el futuro, como una nueva solución a los problemas de nuestros tiempos”, denunció.
De esta manera, reconoció que pese a que existe una distancia en tiempo y forma de la Alemania nazi a la moderna Alemania, “el mismo mal” existe aún, pero que ante esto, “solo hay una respuesta: ¡Nunca más!”.
“Nosotros luchamos contra el antisemitismo. Nos resistimos al veneno del nacionalismo. Protegemos la vida judía. Estamos del lado de Israel… ¡No al odio contra los judíos! ¡No al odio contra el ser humano!”, afirmó.
Así, se comprometió a que Alemania seguirá sujetándose al orden mundial surgido luego de la Segunda Guerra Mundial a favor de la paz y los derechos humanos.
Steinmeier citó algunas líneas del polaco judío víctima del nazismo Salmen Gradowski, y trajo de nuevo a colación a las víctimas Tytelman, Ida y Villi Goldis, asegurando que “sus vidas se perdieron en medio del odio desenfrenado, pero su memoria triunfa sobre la nada. Y el actuar, nuestro actuar, triunfa sobre el odio”, antes de recitar de nuevo en hebreo el Shehejeyanu.