EL PÉSAJ MAIMÓNIDES Y EL JAROSET

Imaginemos una cena formal en un restaurante. En una buena mesa nunca faltarán los aderezos obligados: sal, pimienta, vinagre y aceite de oliva. Ahora imaginemos la cena del Seder de Maimónides. En su mesa hay un elemento que esa noche, literalmente, “reemplaza a todos los condimentos”: el Jaroset, el aderezo exclusivo que debe acompañar a todas las comidas simbólicas que consumimos la noche del Seder. Veamos.

KARPAS CON JAROSET

Luego de comenzar el Seder de Pésaj con el Kiddush, lo primero que comemos es un pedazo de apio (karpás). En la antigüedad, era común que una cena festiva comenzara con un aperitivo (apio u otra verdura fresca) que se comía antes de servir el plato principal, para estimular el apetito. Ahora bien, la costumbre general en el Seder es untar el karpás en vinagre (o agua con sal) para recordarnos las amargas lágrimas que derramamos en nuestro cautiverio. Pero de acuerdo con Maimónides el karpás se debe untar en el Jaroset. Aunque vale la pena aclarar que la receta del Jaroset de Maimónides incluye el agregado de una cantidad significativa de vinagre de vino, que le dé al Jaroset un sabor ácido.

MATZÁ CON JAROSET

La segunda vez que se usa el jaroset, según Maimónides, es cuando recitamos  y comemos por primera vez la Matzá (Motsí -Matzá). Ahí también debemos “untar” la Matzá con Jaroset, en lugar de usar sal como hacemos habitualmente cuando decimos Hamotsí por el pan. Este gesto me recuerda a una hermosa costumbre que se practica en algunos hogares en Rosh Hashaná: para desearnos un año bueno y dulce, luego de Hamotsí, untamos el pan en miel o lo sazonamos con azúcar, en lugar de sal. Pero aclaremos que la miel o el azúcar que se usa en Rosh Hashaná es más bien una tradición popular o folklore, mientras que el uso del Jaroset en la Matzá es un requerimiento formal, prácticamente “halájico”, por lo menos para Maimónides.

MAROR CON (UN POCO DE) JAROSET

El Jaroset se usa sobre todo para sazonar el Maror, la verdura amarga. En el caso particular del Maror los rabinos indicaron que la presencia del Jaroset debe ser mínima, para que el sabor del Jaroset no nos prive de experimentar el intenso gusto amargo del Maror. Algunos rabinos escriben que luego de untar el Maror en el Jaroset, el Jaroset debe ser removido para que solo quede una capa superficial del mismo impregnada en el Maror. Maimónides aclara que en este caso, al untar el Maror con Jaroset, estamos cumpliendo un precepto rabínico, a pesar que no decimos una bendición específica por el mismo (según algunas opiniones, esto es por Iqar y Tafel, el Jaroset se considera accesorio al Maror, por el cual sí decimos una bendición).

MATZÁ Y MAROR CON JAROSET

Por último el Jaroset se agrega también al Korej, el sándwich de Matzá y Maror que nos recuerda al qorbán pésaj, el cordero que se consumía durante el Seder de Pésaj con Matzá y Maror (y Jaroset) en los tiempos del Bet Hamiqdash. Al igual que en el caso del Maror, el uso del Jaroset en el Korej también es practicado por todas las comunidades judías.

LA RAZON DEL JAROSET

Como ya lo explicamos, el Jaroset no está mencionado en la Torá, es un alimento ritual de Pésaj concebido por los rabinos. En mi opinión la idea de nuestros Sabios de preparar y servir Jaroset en el Seder de Pésaj es extremadamente profunda. Explicar la sofisticación del Jaroset, en su sabor, su textura y su color, me va a llevar más de lo que pueda escribir hoy, pero creo que valdrá la pena.

Comencemos por explicar el sabor del Jaroset en el contexto del Seder de Pésaj, que es lo más conocido.

EL SABOR DEL JAROSET

De acuerdo a Maimónides, el Jaroset se elabora básicamente con frutos secos (dátiles, higos, pasas de uva) y vinagre de vino (y tebalín, pero de esto último hablaremos más adelante). La palabra más indicada para definir el sabor de que debe tener el Jaroset es, en mi opinión: “agridulce”. Y esta palabra es también la que mejor define el “sabor de la noche del Seder”. Por un lado recordamos los más vivencialmente posible las amargas memorias de la esclavitud, la opresión y el genocidio que sufrimos en Egipto. Y por el otro lado, saboreamos la dulzura de nuestra redención. Brindando 4 veces con vino, comiendo reclinados como nobles y agradeciendo a Dios con canciones y bendiciones. Cada uno de los elementos, vivencias o comidas del Seder representa o un gesto de alegría y libertad, o un símbolo que nos recuerda el dolor del cautiverio. El agridulce sabor del Jaroset representa los dos.

 

Continuara…

 

 

Fuente:halaja.org

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