Esta noche comienza el mes de Nisán (¡no confundir con Nissan, con la “i” acentuada, la automotriz japonesa!).
Mañana por la mañana leeremos la Perashá de la semana Tazria, y en un segundo Sefer Torá HaJodesh hazé lajem, esto es, un texto del libro de Shemot (Éxodo) capítulo 12 que dice: “Este mes será para ustedes el primer mes….de los meses del año”.
En el calendario hebreo hay 12 meses (o 13 cuando es año “bisiesto”). El mes de Nisán, es el primero de los meses del año. Aunque en el calendario hebreo el año comienza en el séptimo mes, que es el mes de Tishrí (en hebreo moderno dicen “Tishrei”). Pero, nuevamente, el primer mes de los meses (un concepto que no existe en el calendario gregoriano ) es Nisán.
¿Por qué Nisán es el primer mes?
PRIMAVERA
Nisán, en el hemisferio norte, marca el comienzo la primavera. Y así en realidad lo llama la Torá, Jodesh Ha Abib, el mes de la primavera. El nombre Nisán viene de “nitsán”, que en hebreo significa florecer, ya que en este mes comienzan los arboles a producir sus hojas verdes y sus flores. Y es por esta razón que durante el mes de Nisán decimos una bendición especial, Bircat haIlanot, cuando vemos los árboles frutales en flor ver aquí ).
SALIDA DE EGIPTO
De acuerdo a nuestros Sabios la razón principal por la cual Nisán fue asignado como el primer mes del año es para que cada vez que contemos los meses recordemos el gran milagro de nuestra redención. Así, cuando mencionamos por ejemplo “el tercer mes” del año recordemos que este es “el tercer mes, contando desde el mes de nuestra redención“.
Algo parecido, aunque en sentido contrario, ocurre con los días de la semana. Los días de la semana en hebreo, como en portugués, se cuentan con los ordinales: primer día ( יום ראשון) por domingo, segundo día (יום שני), por lunes, etc. Y cada vez que contamos los días lo hacemos en referencia al Shabbat: Cuando decimos en hebreo “Lunes” (en hebreo rabínico שני בשבת), estamos declarando que “hoy es el segundo día, contando hacia el Shabbat“. Así cada vez que mencionamos un día de la semana, recordamos al Shabbat.
Pero aunque hoy en día en hebreo seguimos contando los días de la semana con números ordinales, ya no contamos los meses hebreos con sus nombres ordinales, sino que los llamamos con otros nombres: Nisán, Iyar, Tishrí, etc.
¿Por qué? Estos nombres ¡ni siquiera son hebreos! Son en realidad los nombres de los meses babilonios y persas (tal como figuran en Meguilat Ester).
LA SALIDA DE BABILONIA
La inquietante pregunta es: ¿por qué los judíos abandonamos los nombres Bíblicos de los meses y adoptamos los nombres no-judíos de los meses de Babilonia?
Rambán (Éxodo 12:2) explica que esto tiene que ver con una profecía de Yirmiyahu (Jeremías). Yirmiyahu tuvo la difícil tarea de anunciar al pueblo de Israel que si persistía en su abandono de la Torá, el Bet Ha Miqdash y Yerushalayim serían destruidos, y que los sobrevivientes serían llevados como cautivos a Babilonia. Pero también consoló al pueblo, anunciando que Hashem milagrosamente los traería de regreso desde Babilonia hasta la tierra de Israel. Este gran milagro ocurrió 70 años luego de la destrucción del Bet Hamiqdash, cuando el emperador persa “Ciro” (Koresh), anunció que Hashem se reveló a él y le ordenó reconstruir el Bet Hamiqdash, en Yerushalayim. Ciro invitó a todos los Yehudim que quisieran regresar a Israel a hacerlo bajo su protección. Yirmiyahu había profetizado la destrucción y el exilio de Israel (capítulo 16: 9-13) y también el regreso del pueblo judío a su tierra. Y dijo (16:14-15) que cuando Hashem hiciera regresar al pueblo judío de la tierra de Babilonia (Babel) hacia la tierra de Israel: “…ya no se dirá [solamente] que Hashem … sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino que se dirá que Hashem [milagrosamente] trajo de regreso a los hijos de Israel [de regreso a su tierra] desde la tierra del norte (=Babel) y desde todos los países donde los había exiliado” .
Si bien esto no quiere decir que el recuerdo de la redención de Babilonia vaya a “reemplazar” al recuerdo de la redención del cautiverio de Egipto, para no olvidar el increíble milagro de la salida de Babel y el regreso a Yerushalayim, llamamos a los meses hebreos con los nombres de los meses babilonios. Así, cada vez que mencionamos el nombre de uno de los meses de nuestro calendario, recordamos nuestro exilio en Babel y nuestra milagrosa redención de ese segundo cautiverio.
Fuente:halaja.org