El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, presidió este domingo el inicio del proceso oficial de diálogo entre el gobierno y un sector de la oposición con la mediación del Vaticano y Unasur.
Es el primer paso de lo que el representante del papa, Claudio María Celli, definió como un «profundo desafío» dada la crisis económica que vive el país y la polarización política, agravada tras la suspensión del proceso del referendo revocatorio con el que la oposición busca un cambio de gobierno.
Este lunes la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición opositora, informó en su Twitter que tras el encuentro se acordó organizar cuatro mesas de trabajo que contarán con un representante de cada parte y un mediador.
Allí discutirán sobre temas como los «presos políticos, revisión sobre el tema de los diputados de Amazonas, revisión del cronograma electoral y bajar el tono del lenguaje entre ambas partes», indicaron en su red social.
Anunciaron también que la próxima junta se celebrará el 11 de noviembre.
Misterio
Hubo que esperar hasta el final de la jornada para que se disiparan las dudas: la MUD, tras un complejo debate interno y con la ausencia de algunos de los partidos, decidió finalmente sentarse en la mesa.
En las pasada semanas ya se habían mantenido reuniones informales entre ambas partes.
Este domingo, finalmente, pasadas las 20:00 horas y tras una jornada confusa en la que hubo incertidumbre sobre el lugar del encuentro e incluso sobre si finalmente se realizaría, el museo Alejandro Otero de Caracas fue el escenario de una reunión prevista en principio en la isla de Margarita.
A la derecha de Maduro en la mesa en forma de U se sentó Celli, portavoz del Vaticano. A la izquierda, Ernesto Samper, secretario general de Unasur. También estuvieron los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá).
Y los representantes del gobierno -entre ellas la canciller Delcy Rodríguez- y de la oposición, encabezada por el secretario ejecutivo y portavoz de la MUD, Jesús Torrealba.
«Es una oportunidad que nos estamos dando para desarmar el odio, la intolerancia y abrirle camino al amor entre los venezolanos«, dijo Maduro, vestido con camisa blanca.
El presidente pidió «buscar puntos de encuentro en función de los intereses nacionales».
Tras el breve discurso abandonó la sala de reuniones, pero antes estrechó la mano y departió con los representantes de la MUD, reacios a un diálogo que algunos ven como una trampa.
Decisión tardía
La coalición debatió durante todo el día sobre qué hacer. Finalmente, tres de los cuatro principales partidos decidieron acudir a la mesa de diálogo.
Faltó Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, encarcelado desde las protestas de 2014 y condenado a casi 14 años por una polémica condena por incitación a la violencia.
La oposición lo considera un preso político.
El partido de López explicó su ausencia porque consideran «que no han mejorado las condiciones para iniciar un verdadero diálogo».
Se refiere sobre todo a la suspensión por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) de la siguiente fase del referendo revocatorio al acatar la orden de varios tribunales penales que estudian un presunto fraude en la primera etapa.
Voluntad Popular asegura que, si se dan las condiciones, podría sumarse al diálogo.
Los partidos de la MUD que asistieron pusieron claras sus condiciones y aseguraron en un comunicado que mantienen las iniciativas previstas para la próxima semana: el martes, la Asamblea Nacional, con mayoría opositora, realizará un juicio político al presidente, y el jueves hay convocada una marcha de protesta hacia el palacio presidencial de Miraflores.
En el comunicado, los representantes de la MUD se comprometen en primer lugar a «exigir el fin de la represión y la persecución contra los demócratas y el pueblo» y afirman que se levantarán de la mesa «en caso de no ser resueltas las demandas en el corto plazo».
La voz de la iglesia
Antes de que hablara Maduro lo hicieron Samper y Celli, el portavoz del Vaticano.
«El papa sigue preocupado por las tensiones existentes en Venezuela«, expresó Celli, que hizo un llamamiento a evitar la violencia e instó a las partes a «encontrar caminos que conduzcan a una paz segura y duradera».
El representante del Vaticano deseó que el proceso iniciado este domingo continúe y que se pueda acordar una agenda «de temas, de método de trabajo y de etapas posibles del mismo diálogo».
«No estamos ante una tarea sencilla, sino frente a dificultades enraizadas en nuestras vidas muy hondamente. Pero estamos llamados a mirar lejos», dijo sobre los dos bandos políticos, profundamente enfrentados.
Celli pidió de inicio «gestos concretos que destaquen la buena voluntad de ambas partes».
«El país está esperanzado en ver señales auténticas para ver que el diálogo es una realidad y es algo muy serio», agregó.
«Esta noche les deseo a todos un buen camino», expresó Celli antes del inicio de la reunión que continuó a puerta cerrada.
fuente:bbcmundo