Uno de cada tres homicidios que ocurren en el mundo se registra en América Latina y el Caribe.
«Es la región más violenta del planeta, fuera de las zonas de guerra», dice el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un nuevo estudio sobre el costo que tiene la violencia en esta región.
Pero paradójicamente esta región gasta más de su Producto Interno Bruto (PIB) en seguridad que los países desarrollados con tasas más bajas de violencia.
Mientras que Estados Unidos invierte 2,75%, Francia 1,87% y Alemania 1,34% en el combate a la inseguridad, en la región latinoamericana se destina hasta 3,55%.
«No hay una correlación evidente de que gastar más en seguridad pública haya menos criminalidad», dice a Laura Jaitman, coordinadora del estudio «El crimen y sus costos: nueva evidencia y hallazgos en América Latina y el Caribe» que analizó a 17 países*.
El documento publicado esta semana refleja la necesidad de que los gobiernos sepan en qué están usando sus recursos y si está funcionado.
«Generalmente en situaciones de crisis en América Latina en temas de violencia siempre hay una posición a pedir más policías, más equipamiento, pero no sabíamos cuáles eran los costos asociados a la violencia», explica Nathalie Alvarado, jefa del área de seguridad ciudadana del BID.
Estos son 8 datos que explican cuál es el costo de la violencia y el crimen para la región.
1. US$261.000 millones
Uno de los principales hallazgos a los que llegaron los autores del estudio fue que la violencia y el crimen le cuesta a América Latina y el Caribe hasta US$261.000 millones.
Esto es 3,55% del PIB que se produce en la región.
«El crimen y la violencia alcanzan niveles que se acercan a una crisis», dicen los autores del estudio. «La región tiene el 9% de la población mundial, pero registra un tercio de las víctimas de homicidios a nivel global».
2. US$300 cuesta a cada persona
Al descomponer ese gran costo, los investigadores del BID determinaron que la violencia le cuesta a cada habitante de los países analizados un promedio de US$300.
De esa cantidad, US$126 son los que se contribuyen algobierno para su gasto público para pagar el costo de la policía y el sistema judicial.
La propia gente se ve obligada a invertir US$111 en su seguridad de forma privada, mientras que los otros US$63 son los costos sociales.
Esto último ocurre cuando las personas no generan ingresos al ser víctima de delitos violentos, y también porque las personas encarceladas no están produciendo ingresos.
3. Seis veces más recursos invertidos en luchar contra la violencia
El elevado gasto que hacen tanto los gobiernos como las personas en América Latina y el Caribe por la inseguridad se traduce en menos recursos para otras áreas que darían más oportunidades y desarrollo.
Equivale a lo que gasta cada año la región en infraestructura, es decir, contar con más y mejores carreteras, hospitales, escuelas, sistemas de transporte, espacios públicos…
En los casos de México y Brasil el costo de la inseguridad se lleva seis veces más recursos que lo que invierten en sus programas de combate a la pobreza. Progresa y Bolsa Familia, respectivamente.
«El crimen es costoso, y si los recursos que consume el crimen se utilizaran para otras partidas, como salud o educación, podría reducirse la pobreza», dice Jaitman.
4. 90% de las víctimas son hombres
Nueve de cada 10 casos de violencia tienen como víctima a hombres, según los hallazgos del BID en los 17 países estudiados.
Pero más preocupante aún es el hecho de que 50% de las víctimas de la violencia tienen entre 15 y 30 años, uno de los grupos más productivos económicamente para cualquier sociedad.
«Estamos destruyendo nuestro capital futuro de América Latina por la violencia y el crimen», subraya Alvarado a BBC Mundo, pues las naciones de la región pierden capital humano y ven comprometido su crecimiento.
5. Dos veces más asesinatos de mujeres
Aunque la violencia impacta principalmente en los hombres, no por ello las mujeres están más a salvo en América Latina y el Caribe que en el resto del mundo.
Y es que en la región hay casi dos veces más asesinatos de mujeres que el promedio mundial, cuya tasa es de 2,3 casos por cada 100.000 mujeres.
«A los hombres los matan en la calle y a las mujeres en las casas. Y hay un reporte bastante bajo de las muertes de las mujeres por la violencia intrafamiliar. Ahí hay un trabajo por hacer», dice Alvarado.
Esta problemática genera costos directos al PIB de la región de 0,31%, mientras que en el resto del mundo las muertes de mujeres tienen un costo en el PIB de 0,12%.
«El problema pareciera ser mucho más graves en la región que en otros países, más allá de los temas de violencia de género, que no llegan a homicidio», comenta Jaitman.
6. El 1,6% del PIB de Honduras
Al estudiar el caso de Honduras, el BID encontró que es el país que registró la mayor tasa de homicidios, no solo en América Latina, sino en todo el mundo.
Eso le cuesta al país centroamericano 1,6% del PIB, es decir, unos US$310.000 millones de dólares, tan solo por el renglón de homicidios.
El país centroamericano es el que «emerge como el que incurre en la mayor cantidad de costos relacionados con el crimen, con costos en términos del bienestar que pueden llegar hasta el 6,50% del PIB», dice el estudio.
7. US$70.000 millones a seguridad pública
El BID determinó que los gobiernos de la región América Latina y del Caribe gastaron hasta US$70.000 millones en prevenir y combatir la inseguridad pública.
«Los gastos gubernamentales por delitos representan alrededor de una tercera parte de las cantidades gastadas en educación y salud», dice el informe al comparar los gastos de los 17 países analizados.
En este aspecto, del 1,55% del PIB de la región que se gasta en seguridad, la mayor parte se destina a las policías en cada país.
Pero no siempre hay controles o métodos para comprobar qué tan efectivas son esas corporaciones.
«Entender quiénes son estos policías de la región» es una de las prioridades que Jaitman plantea.
8. US$13.800 millones en las cárceles
Los gobiernos de América Latina y el Caribe invierten en construir y mantener las cárceles, pero ese gasto es una fuga de recursos cuando no hay rehabilitación.
El BID encontró que de 2010 a 2014, a la región le costó US$13.800 millones ese sistema carcelario por dos factores.
Uno es que construir y mantener prisiones tuvo un costó US$6.500 millones, pero que por primera vez el BID pudo determinar con una metodología confiable que la población carcelaria pudo haber producido US$7.300 millones.
«Sabemos que invertir más en cárceles tal vez no sea lo más adecuado, porque lo que estamos viendo es un mayor encarcelamiento, más costos a la prisión, y no sabemos si está siendo efectivo, si hay rehabilitación», afirma Alvarado.
(*) Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago y Uruguay.
fuente:bbcmundo