Al menos 12 personas murieron en el estadio Cuscatlán la noche del sábado, tras una estampida de aficionados en sol general
Una noche de fiesta terminó en luto, en la vuelta de cuartos de final, entre Alianza y FAS. La desesperación de un grupo de aficionados aliancistas por ingresar al estadio por el sector de sol general hizo que derribaron un portón, lo que terminó en tragedia.
«La gente de Edessa y la policía causaron esto. Una mujer cerró el portón y ya no dejó entrar a nadie. La gente desesperada botó el portón y golpearon a otras personas, a otras les pasaron encima», contó un aficionado que ya no pudo entrar, ante lo sucedido.
Otros aficionados albos, según videos que circularon en redes sociales, señalaron que agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) ocuparon gases lacrimógenos para contener la arremetida de los hinchas, incluso ante la presencia de niños entre los hinchas.
Miembros de la policía explicaron que ellos no usaron gas lacrimógeno y daban la versión de que el humo de la pólvora también pudo haber afectado a las personas que reportaban asfixiados.
Hasta las 9:30 de la noche, autoridades de comando de salvamento reportaban doce fallecidos y un centenar de personas golpeadas y con falta de oxígeno; sin embargo, la Policía Nacional Civil solo registraba nueve muertes hasta esa misma hora, dos mujeres y siete hombres.
Se corrían diez minutos del encuentro, cuando comenzaron los llamados de alerta en las gradas del lado sur de sol general. Las primeras personas fueron auxiliadas. Minutos después, la desesperación creció en ese lugar y varios aficionados comenzaron a ingresar a la cancha, obligando que el partido se detuviera.
Los llamados de alerta fueron mayores, las autoridades reaccionaban con más desesperación y los jugadores comenzaron a intervenir. Comenzaban a circular los comentarios de personas fallecidas.
Luego de 20 minutos, la cancha ya estaba invadida de personas atendidas por miembros de socorro y otros aficionados que con camisetas trataban de dar oxígeno a sus familiares y amigos, que mostraban evidentes muestras de asfixia.
Hombres, mujeres y niños eran trasladados en camillas y en brazos para ser asistidos.
En la entrada se reportaron cinco muertos como producto de la avalancha y en la cancha se registró cuatro más, los cuales fueron cubiertos con banderas de Alianza; mientras alrededor, familiares y amigos lloraban, al momento de identificarles.
Más tarde, desde el hospital informaban de más personas fallecidas en la tragedia.
Los jugadores de Alianza y cuerpo técnico se acercaron a la zona y daban consuelo a las personas dolientes, algunos soltaron lágrimas mientras abrazaban a un aficionado que gritaba por el fallecimiento de un familiar.
«No lo puedo creer, veníamos a ver un partido y terminó viendo muertos», expresó un seguidor, que estaba arrodillado en la grama del estadio.
Los aficionados de FAS fueron los primeros en abandonar, casi a la hora del incidente. Los del Alianza, en sol general, llenaron la cancha y después fueron dejando el estadio.
Hasta las diez de la noche del sábado, ningún miembro de Alianza, Edessa o la Liga expresaba algo sobre la situación o confirmaba nada sobre lo que pasó. Tampoco había reporte de que los otros partidos de este domingo, de si serán suspendidos.
«Conjuntamente con la Fiscalía General de la República vamos a llegar hasta los últimos detalles de este incidente. Estamos indagando sobre la venta de boletos y accesos al estadio», dijo en una conferencia de prensa improvisada en el Cuscatlán el director de la PNC, Mauricio Arriaza Chicas.