Los reconocidos personajes del Chavo del 8, la Chilindrina, Quico y el profesor Jirafales-, el Chapulín Colorado y el doctor Chapatín se dejaron de ver este fin de semana en los diferentes canales donde aún se transmitían en cerca de 20 países.
Roberto Gómez Fernández, hijo de Roberto Gómez Bolaños «Chespirito» -el creador de todos estos icónicos personajes televisivos y que falleció en 2014-, fue quien dio la noticia este fin de semana.
«Mi familia y yo esperamos que pronto esté Chespirito en las pantallas del mundo», tuiteó el hijo del querido comediante.
De acuerdo a varios medios locales, se trata de una disputa entre la cadena Televisa, dueña de los derechos del programa; y la familia de Gómez Bolaños, quien es propietaria de los derechos de explotación comercial de los personajes.
El canal brasileño SBT, que emitía estos programas hasta el fin de semana, confirmó haber recibido una notificación de Televisa para informar sobre la suspensión del contrato «por un problema pendiente de resolverse con el titular de los derechos de las historias».
Red Bolivisión también anunció que su suspensión «temporal» en Bolivia se debe «a desacuerdos entre los dueños de los derechos».
Televisa no ha realizado comentarios al respecto ni respondió a una solicitud de información .
Tampoco Grupo Chespirito, empresa que maneja las licencias de explotación comercial de los personajes y que es dirigida por Gómez Fernández, difundió más detalles del conflicto.
Pero quien sí rompió el silencio para aclarar lo sucedido fue Edgar Vivar, quien interpretó a personajes como Ñoño y el Señor Barriga en «El Chavo del 8».
Entrevistado por la emisora Radio Fórmula, el actor desveló que Chespirito había cedido a Televisa los derechos de sus personajes hasta el 31 de julio de 2020.
Al alcanzarse esa fecha, «no se renovaron esos derechos, la empresa Televisa no quiso pagar», dijo Vivar, quien aseguró tener la información «de primera mano» tras haber hablado con Gómez Fernández, hijo del comediante.
Vivar agregó que, al no haberse llegado a un acuerdo, los derechos son ahora propiedad de los herederos y podrían ser comprados por otros canales.
Críticas a la decisión
La también hija del fallecido actor, Graciela Gómez Fernández, se mostró crítica al conocerse la cancelación de los programas: «Es una pena que quien más se benefició de los programas de Chespirito hoy afirme que ya no valen nada».
Florinda Meza, viuda de Chespirito y quien dio vida al personaje de Doña Florinda en «El Chavo del 8», expresó igualmente su rechazo a la decisión con una aparente crítica a Televisa.
«Es triste comprobar cómo en tu propia casa, a la que le has dado millones de dólares, es donde menos te valoran», dijo.
Lo cierto es que este no es el primer conflicto por cuestión de derechos que se vive en torno a la marca Chespirito.
Desde el inicio de sus programas, Gómez Bolaños registró los personajes que había creado.
Ello provocó problemas legales con algunos de sus compañeros de reparto como Carlos Villagrán (Quico) y María Antonieta de las Nieves (la Chilindrina), a quienes se les impedía interpretar sus personajes sin pagar regalías.
Un fenómeno mundial
El programa «Chespirito» comenzó a emitirse en 1970 y durante años presentó personajes que se convirtieron en emblemáticos de la cultura popular mexicana y latinoamericana como el Chavo del 8 y su vecindad, el Chapulín Colorado o el Chompiras.
El último programa original se emitió en 1995. Sin embargo, aún continuaba retransmitiéndose en unos 20 países alrededor del mundo.
Según la página web del agente de licenciamiento del Grupo Chespirito en una veintena de países, el programa de «El Chavo del 8» llegó a tener más de 114 millones de espectadores.
Vivar aseguró que lo sucedido «va a dar oportunidad de renegociar un negocio que le ha dado a Televisa muchísimos millones de dólares. Como intérprete del programa, gran parte de ese dinero no lo vimos nosotros».
Lo cierto es que calcular las ganancias originadas por este fenómeno mundial resulta casi imposible.
La revista Forbes publicó en 2012 que en los años pasados entonces desde el fin de grabaciones del programa, Televisa había obtenido beneficios de unos US$1.700 millones gracias a las reemisiones.
Tanto la familia del actor como Televisa negaron en su día que estas cifras fueran correctas.
Pero la marca de Chespirito no solo se reduce al mítico programa, sino que incluye series animadas de televisión, ropa, juguetes y videojuegos, entre otros mercados.
Este año, su hijo abrió en México un restaurante temático basado en el programa y llamado «El chanfle y recontrachanfle», en el que, por supuesto, se puede degustar el platillo favorito del Chavo del 8: la torta de jamón.
A la espera de saber qué ocurre tras la cancelación de sus programas, otro proyecto en marcha promete continuar con el legado de Chespirito: una serie sobre la vida de Roberto Gómez Bolaños.
Basada en la autobiografía «Sin querer queriendo» y coproducida por Grupo Chespirito, está previsto que la serie se estrene en el año 2021 y revele datos inéditos sobre la vida del popular actor y de su famoso vecindario de ficción.
fuente:bbcmundo