La ciudad de Alepo, en el norte de Siria, lleva cuatro años convertida en un campo de batalla feroz que parecía en un punto muerto sin salida. Pero eso ahora ha cambiado de forma dramática en los últimos días.
El bastión y símbolo de los rebeldes que luchan contra las fuerzas del presidente Bashar Al Asad parece a punto de caer en manos de fuerzas gubernamentales.
Con ayuda de milicias chiitas apoyadas por Irán y ataques aéreos rusos, los soldados del gobierno de Siria han recuperado al menos el 75% de la parte oriental de la ciudad, controlada por los rebeldes.
El sábado, los rebeldes en Alepo dijeron que por el momento habían detenido el avance del gobierno sirio y sus aliados en las áreas de la ciudad que quedan bajo su control.
Pero informes de la ciudad indican que el enclave rebelde sigue siendo blanco de continuos bombardeos.
Se dijo que unos 25.000 civiles estaban siendo evacuados del enclave rebelde en el este de Alepo, con lo que suman unos 50.000 el número de personas que han salido de la zona en los últimos dos días.
Mientras esto ocurre en el terreno, representantes de varios gobiernos sostuvieron reuniones en París y Ginebra para tratar de encontrar una solución al conflicto.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, declaró en París que incluso si las fuerzas de Bashar al Asad conquistan Alepo «la guerra no terminará» porque las causas subyacentes continúan sin resolverse.
Y pidió a Siria y Rusia que permitan la salida de los civiles de la zona.
¿Cómo llegó la guerra a Alepo?
Alepo fue una vez la ciudad más grande de Siria, con una población de cerca de 2,3 millones. También fue el centro industrial y financiero del país.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Alepo era famosa por su ciudadela del siglo XIII, mezquita del siglo XII y por los grandes mercados cubiertos o zoco.
Cuando el levantamiento contra el presidente Asad empezó en 2011, Alepo no sufrió las grandes protestas o la violencia mortal que sacudió otros pueblos y ciudades.
Pero de repente se convirtió en un campo de batalla en julio de 2012.
Los combatientes rebeldes lanzaron una ofensiva para expulsar a las fuerzas gubernamentales y ganar control sobre el norte de Siria. Pero el asalto no fue decisivo.
Alepo terminó dividido aproximadamente por la mitad: la oposición controlando el este y el gobierno, el oeste.
Durante los siguientes cuatro años, la batalla por Alepo se convirtió en un microcosmos del conflicto más amplio en Siria.
El combate puso en evidencia la debilidad de ambas partes así como el fracaso de la comunidad internacional para proteger a los civiles y negociar un acuerdo de paz.
Cómo los rebeldes han perdido terreno en 2016
4 de enero de 2016: los rebeldes controlaban Alepo oriental, comunicado con la frontera con Turquía. El gobierno de este país es un respaldo clave de la rebelión contra Asad.
1 de agosto de 2016: las fuerzas gubernamentales rodean a los rebeldes y toman el control del estratégicamente importante camino de Castello, en el norte de Alepo, la única ruta hacia el este Alrededor de 275.000 personas quedan bajo asedio.
22 de agosto de 2016: rebeldes y combatientes yihadistas vinculados a Al Qaeda en las afueras de Alepo recuperan el control de una ruta en el distrito de Ramousseh, en el sur de la ciudad, conectándolos con el mundo exterior.
17 de octubre de 2016: las fuerzas gubernamentales retoman el área a principios de septiembre y reanudan el asedio. Hay una breve pausa en la ofensiva a mediados de octubre para permitir que civiles y rebeldes se vayan, pero pocos aceptan la oferta.
28 de noviembre de 2016: el gobierno sirio recupera más de un tercio del territorio controlado por los rebeldes en Alepo oriental. Los rebeldes pierden todos los barrios del norte, dejándolos con menos de dos tercios del territorio que tenían en la ciudad.
6 de diciembre de 2016: las tropas oficiales siguen avanzando y tomando más distritos en el este. El gobierno recaptura más del 70% de la zona controlada por los rebeldes.
La última ofensiva de las fuerzas gubernamentales sirias
Después de que el gobierno reanudara su campaña aérea el 15 de noviembre, las tropas ingresaron en varios distritos del norte de Alepo y obligaron a los rebeldes y a los yihadistas a retirarse hacia el sur.
Decenas de miles de civiles huyeron de sus hogares.
Para el 9 de diciembre, las fuerzas lideradas por el gobierno de Siria habían retomado al menos el 75% de las partes orientales de la ciudad.
Al mismo tiempo, la ONU dijo que hasta 100.000 personas estaban atrapadas en áreas «cada vez más reducidas» en el este de Alepo y agregó que los rebeldes estaban impidiendo que la gente se fuera.
Los alimentos y el combustible de la ciudad se están agotando, y la infraestructura básica y la atención médica han desaparecido. En noviembre, todos los hospitales de Alepo oriental estaban prácticamente fuera de acción como resultado de ataques aéreos.
Naciones Unidas dice que cientos de civiles han muerto, pero el gobierno y Rusia han negado haberlos atacado.
El fuego de los rebeldes también ha matado a decenas de personas en el oeste, zona controlada por el gobierno.
¿Qué pasaría si la parte de Alepo controlada por los rebeldes cae?
El enviado especial de la ONU a Siria, Staffan de Mistura, advirtió en octubre que el este podría ser «totalmente destruido» para Navidad, dejando miles de civiles muertos.
A finales de noviembre, Mistura dijo a un grupo de políticos alemanes que estaba muy preocupado por el hecho de que Asad «asumiera el poder de manera brutal y agresiva» y comparó la situación con el asedio de la ciudad croata de Vukovar en 1991.
El 8 de diciembre, Mistura dijo que planeaba reunirse con miembros del equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para discutir formas de poner fin a la violencia.
Si Alepo, bajo dominio rebelde, es retomado, el gobierno sirio controlará las cuatro ciudades más grandes del país.
El presidente Asad puede esperar que las victorias obtenidas en Alepo ayuden a poner fin a la guerra civil.
Pero con las fuerzas rebeldes, los grupos yihadistas y los kurdos aún controlando grandes partes del país, todavía habría un largo camino por recorrer.
fuente.bbcmundo