Pep Guardiola ya había advertido que su equipo, el Manchester City, no ganaría todos los partidos, pero nunca se imaginó que una derrota iba a ser tan dolorosa y humillante.
No lo fue por el marcador, sino por la superioridad con la que el Tottenham del argentino Mauricio Pochettino dominó a un equipo que permanecía invicto esta temporada en todas las competiciones y sumaba seis victorias en seis partidos en la Liga Premier.
En el estadio White Hart Lane hubo un equipo que impuso claramente su juego y otro que quedó persiguiendo sombras desde el mismo puntapié inicial.
Fue tal la velocidad, precisión, intensidad y presión del juego del Tottenham en la primera parte que lo que quedó en evidencia fue el acierto de Pochettino en su planteamiento y la pésima lectura que tuvo Guardiola de lo que sería el juego.
No es la primera vez que el técnico catalán se equivoca de esta manera. También ocurrió en abril de 2014, cunado su Bayern Múnich fue vapuleado en dos ocasiones, ambas de local.
Primero lo goleó el Borussia Dortmund 0-3 en la Bundesliga, pero la «peor derrotade su vida como técnico» llegó cuando el Real Madrid le metió un 4-0.
A diferencia de aquella ocasión, cuando reconoció que se había «equivocado», que lo había «hecho todo mal», este domingo Guardiola elogió a Pochettino y a su equipo.
«Ellos fueron mejores. No estuvimos en las posiciones correctas, por lo que felicitaciones para ellos«, reconoció.
«Sabíamos que nos iban a presionar arriba, queríamos eso, pero lo hicieron mejor {de lo que pensábamos}».
«Tottenham ha sido un muy buen equipo en los últimos tres años, luchando todo el tiempo. Fue difícil, fueron mejores por lo que los felicitamos».
Pero en ¿dónde estuvo la clave del partido? ¿Cuál fue la lección que le dio Pochettino al técnico catalán?
Velocidad
La manera en la que salieron los jugadores de los Spurs al campo dio un indicio de lo que deparó el partido en los siguientes 89 minutos.
Tras el pitazo inicial, Tottenham imprimió velocidad a sus jugadas, agresividad con el balón y valentía para mover la pelota constantemente hacia adelante.
A los 20 segundos ya había tenido su primera oportunidad frente a la portería del chileno Claudio Bravo y desde es momento no sacó el pie del acelerador.
En total los jugadores del club de Londres tuvieron 647 arranques o aceleraciones durante el partido, la mayor cifra registrada esta temporada.
«Tottenham recorrió más distancia el domingo que lo que había hecho en sus partidos este año», resaltó Jemaine Jenas, comentarista de la BBC y exjugador de los Spurs.
A esa velocidad y recorrido también le añadió precisión en el pase.
«Otra de las razones fue la afición. El ambiente en White Hart Lane estuvo increíble. Yo he jugado cuando el estadio está así y te sientes imparable».
Presión
Pochettino cambió el dibujo táctico que venía implementando esta temporada y subió a Dele Ali unos metros en el campo para que quedará a la espalda del sorprendente delantero surcoreano Son Heung-min, quien lleva anotados cinco goles este año.
Con eso le dejó la responsabilidad del centro del campo defensivo a Victor Wanyama, quien se ubicó por detrás de una línea de tres formara por el argentino Erik Lamela, el danés Christian Eriksen y el francés Moussa Sissoko.
A ellos se unían los laterales Danny Rose y Kyle Walker en una máquina de presión total.
«No sólo lo hicieron con intensidad, sino también desde los ángulos correctos«, dijo Jenas.
Cada vez que un jugador del City tomaba contacto con el balón tenía a tres y cuatro jugadores del Tottenham rodeándolo, por lo que en más de una ocasión terminaban encerrados en el tiro de esquina y cometían errores en la entrega.
Fue a partir de la presión de Wanyama que llegó el primer gol del Tottenham, cuando le quitó la pelota a Fernandinho en campo del City e inició una rápido ataque por el costado izquierdo del campo.
Rose realizó un peligroso centro al área que propició el error de Kolarov.
Solidez
El Manchester City sufrió la ausencia del belga Kevin de Bruynne, lo que facilitó la marca del Tottenham.
Sin él, el cuarteto de ataque del City -Silva, Sterling, Navas y Agüero- no encontró la conexión necesaria para poder soltar rápido la pelota, ese hombre que siempre está disponible para jugar al primer toque, única forma para poder hacer frente a una presión tan asfixiante como la de los Spurs.
Tampoco ayudó la apuesta de Guardiola, Fernando, quien fue claramente superado en todas las facetas del juego.
La entrada de Gundogan en la segunda parte, junto con un leve bajón en la intensidad de los jugadores del Tottenham debido al esfuerzo físico, mejoró el juego del City, que tuvo la oportunidad de descontar por intermedio del argentino Sergio Agüero.
Pero el gol no llegó y los Spurs tuvieron la chance de aumentar aún más la cuenta con el penalti lanzado por Erik Lamela que detuvo Bravo.
Con la victoria el equipo de Pochettino redujo la diferencia a un sólo punto con respecto al Manchester City y de paso mantuvo su invicto en la Liga Premier.
Resultado que lo confirma como uno de los candidatos al título, honor que no conquista desde 1961.
fuente.voanoticias