EE. UU. prevé alcanzar las 500.000 muertes por COVID-19 en las próximas semanas

Los CDC también anunciaron que han registrado una mayor incidencia de efectos adversos a la vacuna Moderna que a la de Pfizer.

WASHINGTON D.C. – Si el ritmo de contagio actual se mantiene, los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC, por sus sigla en inglés) proyectan que se alcanzaran las 500.000 muertes por COVID-19 en Estados Unidos, de aquí al 20 de febrero.

En una conferencia de prensa, la recién nombrada directora de los CDC, Rochelle Walensky, dijo que, si bien ha disminuido el número de casos diarios a nivel nacional en la última semana, la tasa de contagios en el país sigue siendo “extraordinariamente alta”.

“Los CDC (…) prevén que se reportarán entre 470.000 y 514.000 muertes para el 20 de febrero”, aseguró la experta, en una conferencia virtual con el equipo de respuesta a la pandemia de la Casa Blanca.

EE.UU. lidera el número de contagios de COVID-19 a nivel mundial, con 25,4 millones de casos en todo el país, más del doble de los registrados en la India, el segundo país con más contagios.

Walensky señaló a la vacunación y la acción colectiva como las herramientas más efectivas para acabar con la pandemia: “Si nos unimos en acción, podemos cambiar las cosas (…) continuar expandiendo la vacunación segura y efectiva es clave”, dijo la directora.

EE. UU. está administrando 1,6 millones de dosis de vacunas (Pfizer o Moderna) diarias, con 23,5 millones de dosis ya entregadas, explicó Walensky. Los CDC han registrado más reacciones adversas a la vacuna de Moderna (6,1 casos en un millón) que a la Pfizer (2,1 casos en un millón).

Walensky, sin embargo, recalcó que ambas vacunas “son seguras”: “El riesgo de enfermarse con COVID-19 es más alto que el de una alergia o anafilaxia por la vacuna”, sentenció.

Variantes del COVID-19

La CDC informó también el miércoles que hasta ahora se han reportado 308 casos de la variante de COVID B.1.1.7 —descubierta por primera vez en el Reino Unido— en 26 estados. La directora de los centros advirtió que las cepas o variantes que se han identificado recientemente “parecen propagarse más rápido y son más transmisibles, lo que puede llevar a un aumento en el número de casos”, acotó.

La semana pasada, los CDC predijeron que esta variante -que puede ser más letal, según autoridades británicas- se convertirá en la cepa dominante en EE. UU. para marzo de este año.

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