Tras años de tensas relaciones, Israel y Sudan firmaron un acuerdo con el que buscan poner fin «al estado de beligerancia entre ambas naciones». Las relaciones económicas y comerciales serán las primeras, con especial foco en la agricultura.
El gobierno de Estados Unidos lideró la decisión de Israel y Sudán de firmar un tratado para «la normalización de relaciones» entre ambos países, que mantienen una relación «beligerante» desde hace décadas.
«Los líderes han acordado la normalización de relaciones entre Sudan e Israel y poner fin al estado de beligerancia entre ambas naciones. Además, los líderes acordaron comenzar las relaciones económicas y comerciales, con el foco inicial en la agricultura», anunció la Casa Blanca en un memorando.
El presidente Donald Trump desveló en un tuit” “¡Sudán ha acordado un acuerdo de paz y normalización con Israel! Con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, son tres países árabes que lo han hecho en solo unas semanas. ¡Seguirán más!”.
«Una nueva era»
El acuerdo de paz, aunque no tiene que esperar por el fin de un conflicto armado con todas las de la ley, sí reblandece los principios fundamentales de la Resolución de Jartum, que fue adoptada el 1 de septiembre de 1967 al finalizar la guerra librada por Israel y que se conoce como la Guerra de los Seis Días.
En el artículo 3 de dicha resolución, rubricada por ocho países de la Liga Árabe acordaron: no paz, no reconocimiento y no negociaciones con el estado de Israel.
Según la Casa Blanca, para el paso del viernes el presidente Donald Trump, el presidente sudanés del Consejo de Soberanía, Abdel Fattah al-Burhan, el primer ministro sudanés Abdalla Hamdok y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sostuvieron una conversación telefónica “para discutir el progreso histórico de Sudán hacia la democracia y las oportunidades para promover la paz en la región”.
Netanyahu, calificó la decisión del gobierno sudanés como una «nueva era» para la región y dijo: «Esta es una nueva era. Una era de verdadera paz. Una paz que se está expandiendo con otros países árabes, tres de ellos en las últimas semanas», reportó Reuters a partir de un video en que aparece el mandatario.
Una lista negra
La firma del tratado se produjo pocas horas después de que la Casa Blanca anunciara que ha informado al Congreso de su decisión de sacar a Sudán de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo (SST, por sus siglas en inglés), lo que impedía que la nación africana fuera elegible para el alivio de la deuda que necesita desesperadamente y el financiamiento de prestamistas como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Trump anunció el lunes pasado su interés por remover a Sudán de la lista, en la que fue incluida en agosto de 1993. Pero antes debía de terminar de pagar los 335 millones de dólares que ha venido depositando para resarcir a familiares y víctimas de los atentados de Al Qaeda contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998, algo que finalmente tuvo lugar el jueves.
«Esta decisión se produce del reciente acuerdo con Sudan para resolver ciertas reclamaciones de víctimas estadounidenses del terror y de sus familias. Ayer, en cumplimiento de este acuerdo, el gobierno de transición de Sudán transfirió 335 millones de dólares a una cuenta de depósito en garantía de estas víctimas y sus familias», reveló el Ejecutivo.
Por su parte, el primer ministro sudanés Abdalla Hamdok, agradeció en un tuit al mandatario estadounidense la gestión del histórico acuerdo y el resultado que favorecerá a su país.
“Gracias al presidente @realdonaldtrump por firmar hoy la orden ejecutiva para eliminar a Sudán de [la lista] #SSTL”, aunque dicha remoción está ahora en manos del Congreso de EE.UU.
Para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), se trata de un golpe bajo por parte de Sudán, después del rechazó mayoritario entre las naciones islámicas que suscitó en febrero de este año el plan de paz para Oriente Medio del presidente Trump.
«La unión de Sudán con otros que normalizaron los lazos con el estado de ocupación israelí representa una nueva puñalada en la espalda del pueblo palestino y una traición a la justa causa palestina», declaró Wasel Abu Youssef, miembro de la OLP.