El virólogo alemán Christian Drosten, quien formó parte de los investigadores del SARS en 2003, detalló que en China existe «una industria masiva” del animal que ubica como posible huésped intermedio de la enfermedad.
El origen del SARS-CoV-2, causante del COVID-19, sigue siendo una incógnita, pues lo único que se conoce hasta la fecha es que este surgió en Wuhan, China, en diciembre pasado.
Sin embargo, una serie de teorías relacionadas al tema han salido a la luz, entre estas que el coronavirus pudo salir de un laboratorio chino y otras que se abalanzan porque fue un animal el huésped intermedio que facilitó la transmisión del virus a los humanos.
Los murciélagos y los pangolines habían sido a la fecha los principales sospechosos de ser portadores de la enfermedad, aunque un estudio revelado a finales de marzo por virólogos chinos se enfocaba más por la segunda especie, que es el mamífero con el que más se trafica ilegalmente y que se utiliza como alimento y en medicina tradicional en el país asiático.
Efectivamente, una nueva teoría sobre el coronavirus confirma que la enfermedad se originó en un animal, pero descarta que este sea un murciélago o pangolín.
El virólogo alemán Christian Drosten, quien formó parte de los investigadores del SARS en 2003 y en la actualidad se encuentra al frente de la batalla contra el COVID-19, señaló que el perro mapache puede ser el huésped intermedio del COVID-19, antes de que este se transmitiera a las personas.
El experto tiene sus razones para sospechar sobre este mamífero que es “una industria masiva en China”, según comentó al periódico The Guardian.
“No veo ninguna razón para suponer que el virus pasó a través de pangolines en su camino hacia los humanos. Hay una pieza interesante de información de la literatura antigua del SARS. Ese virus se encontró en gatos civeta, pero también en perros mapache, algo que los medios pasaron por alto”, explicó en una entrevista con el diario británico.
Prosigue “los perros mapache son una industria masiva en China, donde son criados en granjas y atrapados en la naturaleza para su pelaje”.
Agregó que “si alguien me diera unos cientos de miles de dólares y acceso gratuito a China para encontrar la fuente del virus, buscaría en lugares donde se crían perros mapache”.
Para el virólogo alemán el localizar al paciente cero que adquirió el virus no aportaría “a resolver el problema actual”.
“No creo que se pueda argumentar que nos ayudaría a prevenir futuras pandemias de coronavirus, porque la humanidad será inmune al próximo coronavirus relacionado con SARS, al haber estado expuesto a este. Otros coronavirus podrían representar una amenaza, un candidato principal es el virus del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS), pero para comprender esa amenaza tenemos que estudiar cómo evolucionan los virus MERS en los camellos en el Medio Oriente”, puntualizó.
Según un balance de la agencia AFP, el COVID-19 se ha cobrado la vida de más de 254,500 personas en el mundo desde que surgió en diciembre en China.
Desde el comienzo de la epidemia se contabilizaron más de 3,629,160 casos de contagio en 195 países o territorios.
No obstante, la cifra de casos diagnosticados positivos solo refleja una parte de la totalidad de contagios debido a las políticas dispares de los diferentes países, pues algunos solo lo hacen con aquellas personas hospitalizadas. Las autoridades consideran que hasta ahora, al menos 1,124,600 personas se curaron de la enfermedad.
En El Salvador, se han confirmado 587 personas infectadas de coronavirus desde que se detectó el primer contagio el 18 de marzo hasta las 3:44 de la tarde de este 5 de mayo. De ese total, 368 casos son activos, 14 pacientes han fallecido y 205 se han recuperado, de acuerdo con datos del Gobierno.