Desde hoy a las 22.00 hora local (20.00 GMT), los extranjeros tendrán prohibida la entrada en Israel, y los israelíes o residentes con permisos especiales que retornen serán trasladados forzosamente a hoteles, donde deberán pasar dos semanas de cuarentena.
El encierro se podrá acortar a diez días si demuestran dos pruebas PCR negativas, separadas por al menos 24 horas y que se tendrán que hacer en centros donde puedan llegar y practicarla sin salir de sus vehículos.
Así lo estipulan las medidas implantadas por el Gobierno de Benjamín Netanyahu para tratar de impedir la expansión en el país de la variante del coronavirus localizada en el Reino Unido.
Se ha levantado la prohibición de llegar desde ese país, Dinamarca y Sudáfrica, en los que se había detectado la nueva cepa, pero se ponen las mismas condiciones para todos los que lleguen del exterior, que deberán ser israelíes o residentes con visados B1 y sus familiares que regresen de viajes de trabajo o cortas visitas al exterior.
Israel ya no divide los países del mundo entre «rojos» y «verdes», con diferentes condiciones y cuarentenas, sino que a partir de ahora considera a todos «rojos» y limita severamente la entrada.
Los viajeros que entren en el país a partir de las diez de la noche serán llevados a hoteles, en una operación gestionada por el Ministerio de Salud y el Comando Interior del Ejército. Los que logren aterrizar antes de esa hora también tendrán que hacer cuarentena, pero podrá ser en su casa.
El domingo comenzó en el país la campaña masiva de vacunación, que tardará unos meses en mostrar sus efectos. Por el momento, no se ha informado de si se facilitarán vacunas a los trabajadores extranjeros en el país, como periodistas, trabajadores humanitarios, empresarios y a los migrantes sin permisos.
El Ministerio de Salud anunció hoy que ayer se detectaron más de 3.200 nuevas infecciones, un número algo más bajo que las 3.500 del día anterior, pero que superan con creces el límite de las 2.500 que el Gobierno se fijó para reimplantar restricciones.
Esta tarde, se reunirá el Gabinete del Coronavirus, donde Salud tratará de sacar adelante un tercer confinamiento inmediato de tres semanas, que podría incluir el cierre de colegios y comercios y la restricción de movimiento en un radio de un kilómetro del hogar.
El titular de Salud, Yuli Edelstein, aseguró ayer que el país está en plena tercera ola del virus e instó al Gobierno a actuar de inmediato.
Tanto Netanyahu, como su principal socio en la coalición, Benny Gantz, estarían de acuerdo en la necesidad de un nuevo confinamiento, aunque difieren en la fecha de comienzo y los plazos, según los reportes.
En estos momentos, Israel, con unos nueve millones de habitantes, tiene cerca de 30.000 casos activos del virus, con quinientos (medio millar) enfermos ingresados en estado grave, 118 de ellos conectados a respiradores. Desde el comienzo de la pandemia en marzo, han muerto aquí por la COVID-19 un total de 3.136 personas. EFE