La ola de protestas que vive Chile obligó a la Conmebol a trasladar a Lima la final de la Copa Libertadores que van a disputar River Plate de Argentina y Flamengo de Brasil el 23 de noviembre.
«La opción más viable para todos y teniendo las garantías del gobierno peruano es que se haga en Lima», señaló a la prensa el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
Lo que no aclaró la Conmebol es el recinto en que se disputará la final, este año por primera vez a partido único.
La ola de protestas ya obligó al gobierno de Sebastián Piñera a renunciar a organizar el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y la próxima cumbre del clima (COP-25), que fue trasladada a Madrid.
El país sudamericano se vio sumido en la mayor crisis política y social desde su retorno a la democracia en 1990 cuando el alza en la tarifa del metro el 18 de octubre pasado desató una ola de protestas contra la desigualdad.