Como consecuencia del cambio climático, el agua del Mar Muerto se evapora y revela maravillas naturales

Noam Bedein realiza excursiones en barco al Mar Muerto como parte de un proyecto de conservación llamado Dead Sea Revival Project.

El paisaje del Mar Muerto, ubicado 400 metros debajo del nivel del mar, y con 80 km de largo y un ancho máximo de 15 kilómetros. Foto: Borya/CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons.
El paisaje del Mar Muerto, ubicado 400 metros debajo del nivel del mar, y con 80 km de largo y un ancho máximo de 15 kilómetros. Foto: Borya/CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons.

Noam Bedein es un activista que trabaja por la protección y la concientización acerca de los peligros a los que se enfrenta el Mar Muerto, uno de los sitios más importantes para el turismo y la economía israelí.

En los últimos años, el volumen de agua se ha visto considerablemente reducido. Esto se debe a una disminución de la llegada de agua desde el Río Jordán. Además, se relaciona con la explotación del agua y el barro del Mar Muerto para la industria cosmética.

Según informan los expertos, se estima que se perdió cerca del 40% de su volumen. Bedein lo explica de manera sencilla: es como si el Mar Muerto perdiera 600 piletas olímpicas todos los días.

Con su organización sin fines de lucro, Dead Sea Revival Project, que lidera junto a su socio Ari Futcher, Bedein realiza salidas al Mar Muerto.

Últimamente, y debido a esta reducción del volumen de agua, el activista descubre sitios nunca antes vistos por nadie. Por ejemplo, halló un arroyo que desemboca en el mar, al que llamó Río Jerusalén. En la década del 200, este río, su playa y los animales que la habitaban se sumergieron debajo del mar.

Nadav Lensky, responsable del Observatorio del Mar Muerto y la Encuesta Geológica de Israel, explicó que «se mire como se mire, no hay una píldora mágica para solucionar esto, y esa es la razón por la que no se ha hecho nada hasta ahora».

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