Centenares de miles de colombianos salieron a marchar en todo el país en contra del gobierno de Iván Duque, en una jornada pacífica aunque no exenta de algunos actos vandálicos y enfrentamientos.
Centenares de miles de colombianos salieron este jueves a marchar en todo el país en contra del gobierno de Iván Duque.
Desde temprano, los ciudadanos se reunieron en diferentes puntos de ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga y Barranquilla para realizar movilizaciones masivas en contra del llamado «paquetazo», un conjunto de medidas económicas que, según los sindicatos, el Gobierno de Duque quiere proponer al Congreso para modificar el régimen laboral y de jubilaciones en detrimento de los trabajadores.
En Bogotá decenas de miles de personas colmaron la Plaza de Bolívar, el centro del poder en político y judicial de Colombia, a donde llegaron con mensajes como «El gobierno no invierte en la educación por temor a la emancipación» o «Más salarios, menos impuestos».
Las manifestaciones fueron mayoritariamente pacíficas y se prolongaron hasta bien entrada la noche.
Además de sindicatos, a la marcha se sumaron otros colectivos, como estudiantes, en demanda de mayores fondos para la educación.
Los estudiantes también marcharon contra la brutalidad policial en las protestas, en especial del escuadrón antidisturbios, y por el combate a la corrupción en varias universidades.
Los manifestantes también reclamaron medidas de protección efectivas para indígenas y líderes sociales, blanco de una ola de asesinatos que se ha cobrado la vida de decenas de ellos.
Las organizaciones sociales también reclaman al gobierno un mayor compromiso con la implementación del acuerdo de paz con las FARC alcanzado en 2016.
La jornada acabó con un súbito cacerolazo que retumbó en la mayoría de los barrios de Bogotá y acabó contagiando a otras ciudades. El cacerolazo, que es un símbolo de las protestas en otros países latinoamericanos, era hasta este jueves algo casi inusual en Colombia.
Aunque la jornada fue mayoritariamente pacífica, las protestas no estuvieron exentas de actos vandálicos principalmente en Bogotá, Cali y algunas ciudades más pequeñas, que motivaron que las autoridades locales declarasen el toque de queda en algunas de ellas para tratar de preservar el orden.
Al caer la tarde algunos manifestantes se enfrentaron a los policías arrojándoles objetos, y los agentes respondieron con gas lacrimógeno.