Un estudio internacional dirigido por científicos del Instituto Francis Crick de Londres y la Universidad Hebrea de Jerusalem reveló un mecanismo de supervivencia en las células cancerosas que permite que la enfermedad vuelva a aparecer incluso después de un tratamiento agresivo. En un artículo publicado en Science, los investigadores describen el mecanismo por el cual las células tumorales del cáncer se convierten en células madre cancerígenas que pueden sostener el crecimiento a largo plazo.
Cuando el cáncer se desarrolla, las células generadas no son uniformes en sus propiedades biológicas y contribuyen de manera diferente al desarrollo del tumor. Sólo una pequeña parte de las células cancerosas pueden formar nuevos tumores o metástasis, y se les llama “células madre cancerígenas”. Esta disparidad de las células tumorales plantea retos importantes para la comprensión de la naturaleza del tumor, su sensibilidad a los medicamentos, y la planificación de un tratamiento eficaz que elimine todas las células tumorales.
“Muchos medicamentos quimioterapéuticos dejan una pequeña cantidad de células madre cancerígenas que causan un nuevo brote de la enfermedad después de unos años. Por lo tanto, es importante identificar estas células en los tumores y diferenciar las células tumorales a fin de detectar puntos débiles en el curso del desarrollo de la enfermedad,” explicó el profesor Eran Meshorer, jefe del Laboratorio de Células Madre y Epigenética en el Instituto de Ciencias de la Vida y miembro del Centro de Ciencias del Cerebro Edmond y Lily Safra (ELSC) de la Universidad Hebrea de Jerusalem.
Las células madre del cáncer no se limitan al tumor. Son capaces de actuar nuevamente en el entorno saludable y estimular la enfermedad. A fin de estudiar las características de esas células únicas, el profesor Meshorer y la estudiante de doctorado Alva Biran de la Universidad Hebrea se asociaron con la doctora Paula Scaffidi y Christina Morales Torres del Instituto Francis Crick de Londres. El equipo internacional de investigación también incluye a la doctora Ayelet Hashahar Cohen de la Universidad Hebrea, la doctora Rotem Ben-Hamo y el Profesor Sol Efroni de la Universidad Bar-Ilan, así como el doctor Tom Misteli del Instituto Nacional del Cáncer del NIH.
El equipo de investigación observó que en múltiples tipos de cáncer, las células madre cancerígenas pierden una de sus proteínas conectoras de ADN – H1.0. Al unirse al ADN, H1.0 silencia la expresión de los genes a los que se une.
“Hemos observado que la desaparición de H1.0 es crucial para que las células cancerosas permanezcan inmortales. Para comprender el mecanismo de acción, observamos su interacción con el ADN y descubrimos que se une a las regiones reguladoras de los genes. Cuando disminuyen los niveles de H1.0, los genes a los que se une pueden ser activados. Resulta que estos genes son los que proporcionan a la célula cancerosa su inmortalidad,” explicó el profesor Meshorer.
El estudio se basa en la epigenética – un campo científico que investiga la expresión génica en el ADN. Con el fin de diferenciar las células madre cancerígenas de otras células tumorales, el equipo de investigación estudió mecanismos epigenéticos que distinguen entre las células menos clasificadas, con infinitas propiedades de división y un potencial para crear crecimiento, y las más clasificadas que carecen de esta capacidad.
Los resultados mostraron una relación inversa entre H1.0 y la división de células cancerosas: “A medida que los niveles de H1.0 disminuyen, aumenta el potencial de división descontrolado de las células. En contraste, altos niveles de esta proteína impiden este proceso. Observamos que la desaparición de H1.0 es característica de las células madre del cáncer y es necesario mantener la capacidad de partición y el potencial para la creación del crecimiento”.
El descubrimiento podría permitir la intervención médica en células madre cancerígenas para la restauración de altos niveles de H1.0 en todas las células cancerosas. Si bien se requieren más investigaciones para comprender la eficacia de la proteína H1.0 para detener la propagación del cáncer, esta investigación es un importante avance en el estudio de los mecanismos de las células madre cancerígenas y aporta un enfoque epigenético relativamente nuevo a la investigación del cáncer.
Fuente: Arutz Sheva