“Clara” es un sistema, todavía en etapas de prueba, que trabaja en una nueva comprensión de que el Alzheimer afecta el sistema de orientación del cerebro antes de afectar la memoria.
Se han desarrollado cientos de medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer, dice el Dr. Shahar Arzy, director del laboratorio de neuropsiquiatría computacional en el Centro Médico de la Universidad Hebrea Hadassah en Jerusalén. “¿Sabes cuántos han sido efectivos? Cero“.
Pero si se pudiera diagnosticar a los pacientes en las etapas preclínicas de la enfermedad, quizás algunos de los nuevos medicamentos biológicos que muestran excelentes resultados en otros dominios de la neurología podrían ser efectivos cuando se aplican lo suficientemente temprano en el curso de la enfermedad de Alzheimer.
Arzy y sus colegas han desarrollado un sistema basado en computadora para descubrir los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer.
El sistema, denominado Clara (“una pista hacia la ‘claridad mental’”, dice Arzy), es un chatbot basado en inteligencia artificial que hace preguntas a los pacientes sobre sí mismos y sus relaciones con personas, lugares y eventos.
Luego, Clara utiliza el aprendizaje automático para comparar esa información con una línea de base a fin de generar una prueba basada en computadora adaptada al individuo específico que puede diagnosticar el Alzheimer muy temprano.
El equipo de Arzy publicó los resultados de la investigación en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias y en la revista Neuropsychology de la Asociación Americana de Psicología, que muestra que el método es 95 por ciento preciso.
El trabajo de Arzy sobre Clara se basa en una comprensión relativamente reciente de cómo funciona el cerebro y lo que le hace el Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer afecta el “sistema de orientación” del cerebro que dicta cómo una persona se relaciona con el mundo exterior. “Es fácil probar la memoria“, dice Arzy. “Puedo darle tres palabras y pedirle que las recupere“. Eso es muy diferente a procesar relaciones específicas.
Por ejemplo, un paciente puede recordar tanto el asesinato del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, como la elección de Barack Obama, pero confundirse acerca de cuál fue el primero. O un paciente puede reconocer a su cónyuge y médico, pero no puede distinguir qué persona está más cerca.
La orientación se puede medir en una resonancia magnética funcional. Su cerebro se iluminará de manera diferente si ve una imagen de su propia hija frente al hijo de otra persona o una imagen genérica de un bebé.
“La coincidencia entre cómo se orienta el yo hacia el mundo y los mecanismos cerebrales que se ven afectados por la enfermedad de Alzheimer es sorprendente“, dice Arzy.
En las etapas preclínicas de la enfermedad de Alzheimer, el sistema de orientación comienza a deteriorarse, “pero las personas aún pueden compensar esto aprovechando otros recursos como la memoria“, dice Arzy. “Pueden escribir una nota, por ejemplo. Tal vez su rendimiento está un poco apagado, pero tienen el mismo resultado“.
Solo cuando ambos sistemas, la orientación y la memoria, pasan por debajo de un cierto umbral, la enfermedad se hace evidente. Ahí es cuando la gente busca ayuda. Pero ya es demasiado tarde para presentar un tratamiento efectivo.
La clave para Clara es que las preguntas que hace se toman del sistema de orientación personal del paciente y no son solo preguntas genéricas que podrían extraerse del sistema de memoria del cerebro.
UNA BENDICIÓN DISFRAZADA
La idea original de Arzy era omitir el chatbot y obtener información sobre un paciente de Facebook y las redes sociales. “Eso es lo que hicimos al principio“, le dice a ISRAEL21c. “Pasamos dos años escribiendo el código“.
Entonces, justo cuando terminaron, estalló el escándalo de Cambridge Analytica.
Cambridge Analytica fue la firma de consultoría que extrajo datos de usuarios disponibles en Facebook para influir en la votación en las elecciones estadounidenses de 2016. Facebook respondió deshabilitando la funcionalidad que permitía a terceros acceder a los datos del usuario. Eso arrojó a Arzy y su equipo de vuelta al punto de partida.
Fue una bendición disfrazada. Arzy dice que “la información que recibíamos de Facebook no era perfecta” y que usar inteligencia artificial, como lo hace Clara ahora, “es mejor solución“.
Arzyen considera que Clara estará disponible de forma gratuita como servicio público, a través de los consultorios médicos y mediante descarga en dispositivos móviles o computadoras. Hasta ahora, las versiones piloto de Android y web admiten inglés, hebreo, chino y portugués. Las opciones en francés, ruso, árabe y japonés ya están en desarrollo.
Clara no está lista para hacer su debut público, dice Arzy. “Estamos en la etapa de demostrar la eficacia del agente de IA y la teoría de dos sistemas [orientación versus memoria]“.
Clara se encuentra ahora en el segundo año de una prueba de cinco años en Harvard para comparar los datos generados por el sistema con los datos de los marcadores de Alzheimer tomados a través de una exploración PET amiloide, resonancia magnética cuantitativa y funcional y otras pruebas neuropsicológicas. El Centro Médico Assuta en Tel Aviv ha llevado a cabo su propio estudio sobre Clara usando PET-fMRI combinado durante el año pasado.
El desarrollo de Clara ha sido un esfuerzo de equipo por parte del laboratorio de neuropsiquiatría.
Michael Peer dirigió el estudio original; Gregory Peters-Founshtein manejó la neuroimagen de pacientes; y Amnon Dafni dirigió el desarrollo de Clara con la ayuda de Yochai Levi. Michael Yavorovsky, de la consultora israelí de software Brainway, creó el agente de inteligencia artificial. La Israel Science Foundation y la Alzheimer’s Foundation of America apoyaron financieramente el proyecto.
TODOS LEVANTARON LA MANO
La compañía israelí de ciberseguridad Guardicore ayudó a garantizar la seguridad de la información en Clara.
“Cuando nos acercamos a Guardicore, insistimos en una condición: que solo trabajarían en ella voluntarios“, recuerda Arzy. “Vine a la empresa y di una conferencia. Asistieron cien personas. Al final, pregunté quién quiere ser voluntario. Los 100 levantaron la mano“.
Ese sentido de misión impregna la historia de Clara. Arzy una vez visitó Brasil para demostrar el sistema. Mientras estaba allí, se encontró con un voluntario que ofreció traducir el chatbot de Clara al portugués.
El voluntario le dijo a Arzy: “No puedo llevar a todos los pacientes a los mejores médicos, pero puedo comprar tabletas y llevarlas a las aldeas y capacitar a las personas para operarlas“.
Para quienes viven en Israel, Hadassah ahora está estableciendo un centro para la enfermedad de Alzheimer preclínica donde habrá un examen completo y tratamiento disponible, dice Arzy.
Fuente: United with Israel