La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, prometió este miércoles hacer un llamado a elecciones lo más pronto posible, en medio de enfrentamientos entre opositores y seguidores del expresidente Evo Morales que pedían su regreso.
«Convoco ahora a una transición pacífica y democrática (para) revocar las condiciones que nos habían convertido en un país totalitario», señaló Añez en declaraciones a la prensa desde la casa de Gobierno.
La mandataria se refirió así a sus dos tareas principales: convocar a nuevas elecciones en tres meses y anular la sentencia del Tribunal Constitucional que permitió a Morales postularse para un cuarto mandato en los comicios del 20 de octubre.
Añez acusó a Morales de «golpista» y de haber realizado un «fraude descarado» en las elecciones de octubre.
Mientras tanto, los legisladores del partido de Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), que controla la mayoría en la Asamblea Legislativa, iniciaron una ofensiva política destinada a anular la autoproclamación de Áñez, que tildan de ilegal.
Los legisladores intentaron entrar al edificio del Congreso para pedir la renuncia, de Añez, pero las fuerzas de seguridad lo impidieron. La policía debió usar gases lacrimógenos para dispersar una protesta que también pretendía entrar en la Asamblea para pedir el regreso de Morales.
Morales renunció el domingo cercado por las protestas de supuesto fraude electoral y la presión de las fuerzas armadas, y se encuentra exiliado en México desde el martes.
También el miércoles, la policía reconoció a Añez. La mandataria cambió al alto mando militar y designó al general de ejército Carlos Orellana como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, en reemplazo del general William Kalimán, hombre de confianza de Morales.
En las calles, sin embargo, continuaban las protestas, que según la Fiscalía han dejado al menos siete muertos y más de cien heridos desde los comicios del 20 de octubre.
Cocaleros del Chapare, bastión de Morales, tomaron una vital carretera que une el occidente con Santa Cruz, en el oriente para exigir el regreso de su líder y campesinos de otras regiones iniciaron protestas similares.
En La Paz, los manifestantes exigían que Morales complete su mandato, que expiraba el 21 de enero de 2020.
Desde México, Morales llamó a los actores del conflicto a participar en un diálogo nacional acompañado por países “amigos” y organismos internacionales. También acusó a la Organización de Estados Americanos (OEA) de servir más los intereses de Estados Unidos que aquellos de los pueblos latinoamericanos.
Denuncio al mundo, este nuevo atentado del #GolpeDeEstado artero, inconstitucional, ilegal y delictivo en mi querida Bolivia. Hoy, legisladores del pueblo han sido brutalmente reprimidos e impedidos de ingresar a la Asamblea. El golpe racista y fascista se hunde en la ilegalidad.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 13, 2019
La situación institucional de Bolivia ha generado divisiones en América Latina entre una centroderecha que considera que Morales cometió fraude y debía dejar el poder y una centroizquierda que afirma que hubo un golpe de Estado en su contra.
El miércoles, Estados Unidos y el Reino Unido reconocieron a Añez como presidenta de Bolivia a través de un mensaje de Twitter. El Gobierno de Brasil, liderado por el ultraderechista Jair Bolsonaro, fue el único de América Latina que la felicitó.
fuente:voanoticias