Si la ausencia de noticias durante el día fue motivo de calma, la falta de noticias durante la noche disparó la tensión.
En Bolivia la votación transcurrió con normalidad, «fiesta de la democracia» celebraban. Pero la extraordinaria lentitud de los resultados y la ausencia de encuestas a pie de urna no hicieron más que alimentar la incertidumbre.
El Tribunal Supremo Electoral fue objeto de numerosas críticas por la ausencia de información oficial sobre el resultado de la elección de este domingo, repetición de los comicios generales anulados hace un año en medio de denuncias de fraude a favor de la reelección de Evo Morales, que él niega.
Cinco candidatos de diferentes partidos o independientes se presentaron a las votaciones, en las que más de siete millones de bolivianos estaban convocados para decidir si vuelven a entregar el poder el Movimiento al Socialismo (MAS) y al proyecto político y social que gobernó la nación por más de una década.
Pese a los temores de disturbios, durante las más de nueve horas de votaciones, medios locales destacaron que los comicios transcurrieron sin mayores incidentes y escasas denuncias de fraude.
«Hemos tenido una jornada tranquila en todo el país hasta este momento», dijo en un comunicado el viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaria.
Pero los comicios de este domingo no fueron solo singulares por su calma, porque se realizaron en medio de la pandemia o porque fueron pospuestos en dos ocasiones por el coronavirus (debían haberse celebrado en mayo).
También por la demora en conocer sus resultados.
Y es que la noche antes de su realización, el Tribunal Supremo Electoral anunció que no utilizaría un nuevo sistema de conteo rápido, lo que supondrá que los bolivianos tardarán en conocer quién será su presidente mucho más de lo que imaginaban.
Como resultado la incertidumbre se ha generalizado, varias figuras políticas, incluida Morales, han expresado dudas sobre el proceso, mientras las autoridades han llamado reiteradamente a la población a tener paciencia y a confiar en la legitimidad del resultado.
«Les aseguro: vamos a tener resultados creíbles, tengamos paciencia», indicó la presidenta interina Jeanine Áñez durante un mensaje televisado.
Sin conteo rápido
Contrario a todas las predicciones iniciales, Bolivia tardará mucho más de lo previsto en conocer quién será su nuevo presidente.
Y esto se debe a que el país sudamericano tenía previsto implementar un nuevo sistema de resultados rápidos creado específicamente para esta votación, pero la noche antes de los comicios, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), informó que se había determinado su suspensión.
El presidente del TSE, Salvador Romero, explicó que le decisión debido a que las pruebas realizadas al sistema no permitían tener seguridad del conteo.
«El TSE ha efectuado, en el transcurso de las últimas semanas, las pruebas y simulacros para el DIREPRE (siglas del nuevo sistema de Difusión de Resultados Preliminares). Y queremos informar al país que los resultados de las pruebas no nos permiten tener la seguridad de la difusión completa de los datos que ofrezcan certidumbre al país», indicó.
El magistrado informó, además, que, como consecuencia, los resultados oficiales serán «más lentos», aunque enfatizó que ofrecerán «plena certeza».
En una conferencia de prensa en la noche del domingo, Romero explicó que ya se trabaja en los conteos y que los recuentos se seguirán realizando mientras existan actas, pero no ofreció una fecha potencial en que la se podrían tener resultados oficiales.
Medios locales estimaron que podría tardar hasta el próximo sábado.
La incertidumbre por la demora
Los cuestionamientos al TSE por cancelar a última hora el nuevo método de conteo luego de tener casi un año para preparar las elecciones se transformaron en incertidumbre ante la la falta de certezas sobre cuándo se conocerán los resultados oficiales.
De ahí que el mensaje recurrente del gobierno ha sido llamar a la población a la calma.
En la conferencia de prensa en la noche del domingo, Romero volvió a insistir que la demora garantizará que los resultados sean fiables y que se tenga una mayor certeza del proceso.
Sin embargo, el hecho de que cuando habían transcurrido cinco horas del inicio del recuento todavía se hubiera procesado apenas el 1% de las actas y que no se hubieran publicado los sondeos a boca de urna conllevó a que la incertidumbre sobre el proceso se agravara.
«Pasadas las 21:30, horas después del cierre, se informa con <0,4% de los votos. El Presidente del TSE de Bolivia nos llena de adjetivos y sinónimos, en lugar de cifras y porcentajes; su trabajo es contar votos, no hacer terapia colectiva», escribió en Twitter el expresidente Jorge Quiroga.
Pasadas las 21:30, horas después del cierre, se informa con <0,4% de los votos. El Presidente del @TSEBolivia nos llena de adjetivos y sinónimos, en lugar de cifras y porcentajes; su trabajo es contar votos, no hacer terapia colectiva.
— Tuto Quiroga (@tutoquiroga) October 19, 2020
Romero, por su parte, explicó que la demora obedecía al traslado de las actas desde los centros de votaciones.
Mientras José Luis Gálvez, director de la encuestadora Ciesmori, explicó a la televisora Unitel que la tardanza en la publicación de los conteos a boca de urna se debía a demoras en la tabulación de la muestra, que por ley requiere que sea del 95% de los encuestados.
Asimismo, indicó que durante estas elecciones las encuestas a boca de urna fueron más complicadas que en otras ocasiones porque muchas personas se negaron colaborar.
El precedente de las elecciones pasadas se mueve sobre esta demora como un fantasma.
Y es que el DIREPRE tenía previsto reemplazar el polémico sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP), que fue muy polémico en 2019 al permanecer casi un día sin emitir datos y reanudarse de repente con un resultado a favor del entonces presidente Evo Morales, que antes de caer iba en tener que ir a segunda vuelta.
Este domingo, Morales, desde Argentina, expresó sospechas sobre el hecho de que no se conocieran los sondeos a boca de urna y el día anterior cuestionó la decisión del TSE de no utilizar el nuevo método de conteo rápido.