Al menos 30 muertes se han producido durante el primer mes de la grave crisis que atraviesa Bolivia.
Los últimos episodios de luto se produjeron en El Alto, la ciudad vecina de La Paz que este miércoles vela a las seis personas que fallecieron en la víspera; durante un enfrentamiento entre vecinos partidarios de Evo Morales y fuerzas militares y policiales.
«Nos están matando», reclaman los familiares de las víctimas, mientras el gobierno transitorio de Jeanine Áñez niega que se haya instruido el disparo de «un solo proyectil» y acusa a los manifestantes de ser «grupos pagados y terroristas».
Por su parte, asilado en México después de renunciar al poder el 10 de noviembre, el expresidente señaló varias veces que sus bases no se rendirán hasta derrotar a la «dictadura» que lo reemplazó.
Las fuertes escenas de represión y muerte provocaron la condena a los operativos policiales y militares dispuestos por el gobierno interino de Jeanine Áñez.
Mucho más después de la firma de un decreto que exime de responsabilidad penal al militar que «en cumplimiento de sus funciones constitucionales, actúe en legítima defensa o estado de necesidad».
Aquella norma fue interpretada como una licencia para matar por organizaciones de derechos humanos dentro y fuera de Bolivia.
Sin embargo, la gravedad de la situación ha ocasionado que también surjan voces desde las entrañas del bando de Morales que le piden al exmandatario que deponga la beligerancia y ayude a la pacificación del país.
Son autoridades, dirigentes sindicales y viejos compañeros de lucha que saben que el expresidente es uno de los actores clave para que cesen la violencia y las muertes.
«No quiero ser cómplice«
La renuncia de Morales no frenó las acciones callejeras a favor y en su contra.
La crisis boliviana empezó inmediatamente después de las elecciones presidenciales del 20 de octubre pasado, cuando el Tribunal Supremo Electoral declaró a Evo Morales ganador en primera vuelta asegurándole un cuarto mandato consecutivo hasta 2025.
Lo que no se veía venir era la ola de denuncias de fraude y manifestaciones por parte de los adversarios políticos del exmandatario y una auditoría lapidaria de la Organización de Estados Americanos que reportó irregularidades en el proceso eleccionario, precipitando la renuncia del expresidente y la llegada de Jeanine Áñez a Palacio de Gobierno.
Este miércoles, desde Ciudad de México y a un mes de esas fatídicas elecciones, el exmandatario hizo un nuevo llamado para pacificar al país y se ofreció a aportar a ese objetivo, sin embargo al mismo tiempo saludó a los sectores movilizados que todavía lo defienden en Bolivia y, en sus palabras, se manifiestan para «decir basta al gobierno de facto».
Morales, además, afirmó que diferentes informes lo declaran ganador en los comicios de hace un mes y pidió una «comisión de la verdad» para investigar lo que pasó el 20 de octubre con la participación de organismos internacionales e incluso la ayuda del papa Francisco.
En paralelo, su sucesora interina también hizo un llamado a la paz y envió a la Asamblea Legislativa Plurinacional (congreso) un proyecto de ley para llamar a elecciones.
Concepción Ortiz es en la actualidad una diputada del partido de Morales y hasta hace no mucho fue vicepresidenta de ese movimiento político.
En conversación con la dirigente no repara en denunciar que el nuevo Ejecutivo reprime con violencia a los sectores movilizados mientras que al mismo tiempo habla de pacificar el país.
«Yo le digo como mujer a la señora Jeanine que se retire a los militares, no maten ya a nuestros hermanos. Qué culpa tienen ellos para que les metan bala«, dice la diputada.
Ortiz asegura que el camino es convocar de inmediato a nuevas elecciones y reconoce que para ello ambos bandos deben deponer actitudes radicales, incluyendo al expresidente.
«Hacemos un llamado a nuestro hermano Evo Morales, desde donde esté, que busquemos la paz», indica la asambleísta.
Ortiz añade que entiende que la violencia persistirá si todos insisten con «salir con su capricho» y por eso es que tomó esta posición.
«No quiero ser cómplice de más muertes, por eso pido la pacificación», concluye.
«Depongamos»
«Hago un llamado a la paz social, compañeras y compañeros. Nada justifica la pérdida de vidas humanas, basta de confrontación».
Con esas palabras, Rolando Borda, excandidato a senador de Evo Morales y exdirigente sindical, pidió un alto a las movilizaciones emprendidas en diferentes puntos del país para viabilizar una salida pacífica al grave conflicto boliviano.
«Depongamos toda actitud de confrontación. No más violencia entre familias bolivianas», indicó el político a través de un mensaje grabado y divulgado este martes.
Borda, quien es uno de los referentes más importantes del partido de Morales en el departamento de Santa Cruz (bastión opositor), propone que la solución a la crisis boliviana sea concertada e invita al exmandatario y jefe de su partido a que haga lo mismo.
«Le pedimos a nuestro hermano Evo Morales que se pronuncie y se sume a este llamado a la paz. No permitamos mayor dolor y luto en la familia boliviana», concluyó el excandidato.
«Ten una sola palabra»
Óscar Olivera fue uno de los líderes sociales que, junto a Evo Morales y otros dirigentes, puso a tambalear a la clase política que a principios de siglo estaba acostumbrada a gobernar el país.
Desde la ciudad de Cochabamba (centro) fue el referente de la llamada «Guerra del agua», una movilización vecinal en el año 2000 que logró impedir que la distribución del recurso hídrico sea privatizada a favor de una empresa transnacional.
Con los años, Olivera y Morales se fueron distanciando, aunque nunca se declararon abiertamente adversarios políticos.
Y, ante la situación que atraviesa el país, el fogueado dirigente social también optó por pedirle a su viejo compañero de lucha que haga lo posible por frenar la violencia en Bolivia.
«Ten una sola palabra, una sola, ya no es tiempo de confundir. Esa palabra debe ser paz y debe ir acompañada de acciones coherentes. Es lo que aprendí de las mil batallas en las que participé», señala Olivera en tono de mensaje a Morales en una comunicación .
El líder sindical justifica su posición señalando que jamás vio la fractura social y territorial del país como la que se está presenciando en la actualidad.
«Nos indigna ver hoy a policías y militares en las calles con licencia para matar a la gente sencilla y trabajadora de nuestra Bolivia», indica Olivera.
Y añade diciéndole a Evo que «la lucha simplemente por el poder está conduciendo a nuestra gente al matadero».
«Eso también nos duele», concluye Olivera en su mensaje a su antiguo aliado.
fuente:bbcmundo