Las reglas del juego para la industria automotriz están cambiando en Estados Unidos.
Esta misma semana, el presidente electo Donald Trump amenazó con imponer «grandes aranceles» a los fabricantes estadounidenses Ford y General Motors (GM), y al japonés Toyota, si siguen ensamblando sus vehículos fuera de EE.UU. y los venden en su país.
En ese contexto, la empresa automotriz alemana BMW dijo que mantiene su «compromiso absoluto» para construir una nueva planta en México.
El director de ventas y marketing de BMW, Ian Robertson, afirmó que la empresa prevé seguir adelante con su nueva planta en San Luis Potosí, que fabricará modelos del BMW Serie 3 para ser vendidos en toda América del Norte.
«Construyan la fábrica en Estados Unidos o paguen un gran impuesto en la frontera», le dijo Trump a Toyota en un mensaje de Twitter el jueves, como ya lo había hecho unos días antes con la estadounidense GM.
La fábrica, que se espera entre en funcionamiento en 2019, implica una inversión de US$1.000 millones y tendrá una capacidad de producción de unas 150.000 unidades anuales.
Robertson agregó que BMW está invirtiendo un monto similar en una fábrica en Carolina del Sur (Estados Unidos) y destacó que esa empresa es la automotriz que exporta el mayor número de vehículos ensamblados en Estados Unidos.
Decisión a contracorriente
La decisión de BMW luce a contracorriente de la forma cómo el sector está respondiendo a los anuncios de Trump.
El mandatario electo, quien asumirá el poder el próximo 20 de enero, amenazó hace unos días a General Motors -por el Chevrolet Cruze- y ya durante la campaña presidencial había objetado los planes de Ford de construir una fábrica en México.
Esta empresa anunció el martes pasado que cancelaba sus planes para invertir US$1.600 millones en México y que, en cambio, invertirá US$700 millones en la fábrica de Flat Rock (Michigan).
De igual forma, este domingo Fiat Chrysler (FCA) dijo que invertirá US$1.000 millones en Estados Unidos para la fabricación de tres modelos de la marca Jeep.
FCA, además, trasladará de México a Estados Unidos la producción de su camioneta RAM.
Fiat Chrysler afirmó que sus nuevos planes de desarrollo en territorio estadounidense permitirán crear unos 2.000 puestos de trabajo en ese país.
Toyota, por su parte, respondió al tuit del presidente electo informando que en Estados Unidos tienen 10 plantas que generan 135.000 puestos de trabajo y garantizando que ni la producción ni los empleos que generan en Estados Unidos se verán afectados por la construcción de la nueva planta en México.
«Toyota desea colaborar con la Administración de Trump con el fin de tener en cuenta los mejores intereses para los consumidores y la industria automotriz», dijo la compañía en un comunicado.
«Fabrica en EE.UU.» es la bandera con la que marcha Trump hacia la Casa Blanca, lo que puede ser un preámbulo del tipo de políticas proteccionistas que prometió durante su campaña en estados golpeados durante años por la fuga de empleos.
Pero aunque hay muchas empresas de manufactura en todo el territorio estadounidense, ningunas son tan icónicas como las de los automóviles.
fuente:bbcmundo