La decisión de expropiar el primer hogar del líder nazi surgió luego que la propietaria se negara durante años a vender el inmueble en el centro de esa localidad de Alta Austria, provincia que limita con Alemania.
Con el apoyo de la mayoría de los partidos, la comisión de Interior del Parlamento de Austria aprobó la expropiación de la casa natal de Adolf Hitler en la localidad de Braunau am Inn, con la intención de que el sitio no se convierta en un lugar de referencia para militantes neonazis.
Desde hace años, el Estado austríaco alquila las dependencias para evitar que el lugar se convierta en un santuario para círculos neonazis. Así, con el respaldo de los dos partidos de la coalición de gobierno, el socialdemócrata SPÖ y el democristiano ÖVP y los opositores ecologistas y liberales, se decidió la expropiación, a la que se opusieron el ultranacionalista FPÖ y el partido populista Team Stronach.
Pese a que un mes atrás el gobierno anticipó su intención de derribar la casa donde Hitler nació y vivió hasta los tres años, su destino será definido ahora por el ministro del Interior de Austria, Wolfgang Sobotka, el gobernador de Alta Austria y el alcalde de Braunau am Inn.
Según la agencia de noticias austriaca APA, el ministro planea lanzar un concurso arquitectónico para reformar el edificio, siempre con el objetivo de que no sea posible reconocer el lugar como era hasta ahora.