América Latina es el “nuevo epicentro” de la pandemia del COVID-19

El alto funcionario Mike Ryan advirtió del rápido crecimiento de los casos en la región, al punto que Brasil fue el segundo país con más contagios en el mundo durante unas horas y a pesar de que los latinos todavía no tienen las mismas cifras que han registrado Estados Unidos o Europa.

Aunque desde hace semanas, el continente americano había superado la cantidad de contagios que se han registrado en Europa, estos conteos incluían a Estados Unidos, que con sus más de 1,5 millones de personas infectadas es de lejos el país con más casos en el mundo. Pero ahora el foco está en América Latina, incluso excluyendo las cifras del país norteamericano.

En la región se presentaron un tercio de los 91.000 contagios reportados al principio de esta semana por las autoridades de todos los países del mundo. Esto superó los nuevos casos en Estados Unidos y en Europa, en donde cada uno tuvo alrededor del 20 % de los diagnósticos positivos mundiales.

En las cuentas totales, sin embargo, América Latina todavía parece lejos de las cifras de otros lugares. En total, en la región han muerto más de 34.000 personas por el brote y se han infectado 617.000 individuos, en comparación con los 338.000 fallecimientos y 5,2 millones de contagios que se han registrado en todo el mundo.

Pero el problema de las naciones latinas es la rapidez con la avanza el virus. Mientras en países europeos y norteamericanos la curva ya va en descenso, en América Latina hay un “considerable aumento”, como lo señaló este viernes, Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, él señaló que particularmente América del Sur “se ha convertido en un nuevo epicentro de la enfermedad”.

Brasil, entre el segundo y el tercer país del mundo con más casos

El caso más preocupante de la región es Brasil. El gigante suramericano se convirtió este viernes en el segundo país del mundo con más casos al registrar más de 330.000 contagios y en la mañana del sábado volvió a ser el tercero, luego de que Rusia le superara en contagios de nuevo. Ambos países están detrás de las estadísticas de Estados Unidos, pero por delante de otras naciones bastante afectadas, como Reino Unido, España e Italia. Además, las 21.000 muertes en Brasil representan más de la mitad de los decesos que el COVID-19 ha dejado en América Latina.

Este país también es una muestra de cómo el coronavirus ha atacado más a los jóvenes en América Latina que lo que ocurrió en Europa. En Brasil, por ejemplo, solo el 69% de los fallecidos tienen más de 60 años mientras que en España e Italia el 95% de los decesos se registraron en personas mayores de esa edad.

La situación no ha sido menos difícil en otros territorios suramericanos. En la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, el sistema funerario colapsó y miles de cuerpos estuvieron días en las casas sin enterrarse. La situación escaló al punto que en abril hubo 8.288 muertos más en la provincia de Guayas que en el mismo mes del 2019, según Jorge Wated, un alto funcionario del gobierno de Ecuador.

La precariedad del sistema de salud

Perú es el duodécimo país del mundo en donde hay más de 100.000 contagiados y en la capital de Chile, Santiago, los casos se dispararon a récords históricos justo después de que el Gobierno planteara su plan de desconfinamiento. Solo entre estos dos países y Brasil -los latinos con más casos- suman más de 500.000 contagios, según los datos que compila la Universidad Johns Hopkins.

Ante la rápida progresión de la pandemia en la región, los presidentes de Perú, Colombia, Chile y Uruguay se reunieron virtualmente el pasado jueves 21 de mayo para compartir las lecciones que les ha dejado el COVID-19 y los retos que han enfrentado.

Los mandatarios coincidieron en que la pandemia les enseñó que la prioridad debe ser la educación y la salud, como lo dijo el presidente peruano, Martín Vizcarra, quien aseguró que la importancia debe ser “construir un sistema de salud fuerte para poder proteger a todos los ciudadanos”.

Y es que Perú es uno de los países más afectados, no solo por ser el segundo de la región con mayor número de casos, sino porque el sistema sanitario de su capital está al borde del colapso, según la Defensoría del Pueblo de ese país. En los establecimientos de salud “faltan equipos de bioseguridad para el personal, camas UCI (Unidad de Cuidados Intensivos), ventiladores mecánicos, oxígeno, pruebas de descarte, entre otros dispositivos e insumos”, indicó la oficina.

Por otro lado, el presidente chileno, Sebastián Piñera, reconoció que ningún sistema sanitario está preparado para enfrentar este virus y señaló la sobredemanda que enfrentan los centros de salud en su país. Por ejemplo, los pacientes hospitalizados en unidades de cuidados intensivos aumentaron más de 60 % en tan solo 10 días, al pasar de 604 el 12 de mayo a 986 internados en UCI el 22 de mayo, según el Ministerio de Salud de Chile.

Esta crisis se refleja particularmente en los ventiladores mecánicos, que están a punto de escasear. Aunque el país ha comprado más de 500 de estos insumos en el último mes, su uso aumenta más rápidamente y ahora solo quedan 346 respiradores disponibles, de los 2.177 que hay en todo Chile, como lo reporta el Ministerio de Salud.

“La capacidad de tener atención en camas críticas y respiradores mecánicos ha aumentado en estas semanas, pero igual está muy exigido. Por tanto es una permanente lucha para seguir fortaleciendo el sistema”, señaló al respecto el presidente Piñera durante la reunión con sus pares latinoamericanos.

La Amazonía padece con la pandemia

La pandemia no solo afecta a las capitales latinas. Así lo muestra el rasgo en común que tienen los departamentos y estados que están en la cuenca del Amazonas: estos son unos de los lugares más golpeados por el virus en sus respectivos países y las precarias capacidades del sistema de salud no dan abasto frente al incremento de los contagios.

Los profesionales sanitarios de la ciudad colombiana de Leticia y de la peruana Iquitos fueron los primeros a lanzar la alerta por la falta de implementos y la incapacidad sanitaria para poder atender a todos los enfermos.

Uno de los primeros centros de salud amazónicos en colapsar fue el hospital público João Lúcio, en Manaos, Brasil. Y es que allí el virus se sintió con fuerza desde finales de abril, una situación que se resume en un dato escalofriante: de las 30 personas que solían morir diariamente en la capital de la región amazónica brasileña, se pasó a más de 100, como lo dijo en su momento el alcalde Arthur Virgilio Neto.

Sobre toda la cuenca del río Amazonas puede haber por lo menos 20.000 personas contagiadas por el virus, según Carissa Etienne, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). “Allí la incidencia tiende a ser el doble, en comparación con otros estados en los mismos países. Sin una acción inmediata, estas comunidades enfrentarán un impacto desproporcionado”, añadió la representante. Y a medida que avanza la pandemia en el Amazonas, los indígenas quedan más expuestos.

De hecho, las estimaciones de los expertos es que en esta región están las peores tendencias de cada país. “La tasa de letalidad más alta (de Brasil) está en Amazonas, con una tasa de 490 infectados por cada 100.000 habitantes, que es muy alta”, expresó Mike Ryan, de la OMS. Además, y según cifras del ministerio de salud brasilero, la tasa de mortalidad en Amazonas es de 40 muertos por cada 100.000 habitantes, la más alta del país.

La Amazonía es una de las tantas muestras de cómo la pandemia avanza a pasos agigantados en los países de América Latina, países que hoy son el nuevo epicentro del COVID-19.

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