La policía prohibió las visitas de turistas y judíos al Monte del Templo hasta el jueves y aumentó su presencia en el sitio sagrado luego de tres días de disturbios en los últimos días del Ramadán.
Los palestinos arrojaron piedras a la policía israelí y una de ellas golpeó a una mujer judía de 73 años de edad, en la plaza del Muro Occidental. La mujer sufrió heridas leves y fue tratada en el lugar antes de ser trasladada al Centro Médico Hadassah Ein Karem.
En respuesta, la policía entró al recinto para evitar más incidentes, deteniendo a 16 personas por su participación en los disturbios. Un portavoz de la policía indicó que la situación estaba “bajo control”.
Los palestinos argumentaron que según el status quo, en los últimos diez días del mes de Ramadán ninguna persona ajena al Islam debe poner un pie en el sitio que representa el sueño del profeta Mahoma que data del séptimo siglo (en realidad el profeta nunca puso un pie allí).
Los alborotadores palestinos se atrincheraron dentro de la mezquita de Al Aqsa, durante dos días seguidos, donde almacenaron piedras y fuegos artificiales a fin de interrumpir la rutina pacífica de los visitantes judíos al Monte del Templo. Tan pronto como habían entrado los primeros visitantes, jóvenes musulmanes, algunos de ellos enmascarados, salieron de la mezquita, en medio de gritos alabando a Alá y arrojaron piedras a la policía y a los civiles asustados.
La Policía de Israel emitió un comunicado indicando que cualquier intento de alterar el orden público en cualquier lugar de Jerusalem, incluida la Ciudad Vieja y el Monte del Templo será controlado “con determinación y firmeza”, a fin de mantener el status quo que permite a miembros de todas las religiones visitar el sitio sagrado. “La policía de Jerusalem utilizará todos los medios a su disposición para detener a los alborotadores y procesarlos con todo el rigor de la ley.”
“La policía continúa el diálogo permanente con el liderazgo local y el Waqf, exigiendo prevenir toda alteración del orden en el Monte y preservar la paz,” indicó Luba Samri, portavoz de la policía del Distrito de Jerusalem.
Los fieles musulmanes seguirán teniendo acceso a la mezquita de Al-Aqsa, que alberga el tercer sitio más sagrado del Islam. En el judaísmo, es el sitio más sagrado, venerado como la ubicación del primero y segundo Templo.
Fuentes: The Times of Israel, Jerusalem Press