Sall es presidente de la República de Senegal y de la Unión Africana, que reúne a 54 países. En entrevista con El Diario de Hoy, Sall lanza un SOS ante la crisis que empieza a afectar a ese continente.
Regresó de Sochi, Rusia, donde se reunió con el presidente Vladimir Putin, antes de hacerlo con el presidente de la Unión Europea, el presidente francés Emmanuel Macron. En esta ocasión, lanzó una alerta de peligro de una catástrofe del hambre, acelerada por una escasez de fertilizantes y de cereales como el trigo.
Se trata del presidente de la República de Senegal, Macky Sall, quien asume también la presidencia de la Unión Africana (que representa 54 países) por el periodo 2022-2023.
Lo anterior expone la posición esencial y estratégica del continente africano frente a la crisis económica resultado de la guerra en Ucrania, que empieza a hacerse sentir sobre varios sectores: la inflación sobre los productos de consumo alimentario corriente como el trigo y la escasez de fertilizantes, resultado del bloqueo de los puertos de Ucrania, hace correr un peligro en África tanto como a otros continentes. El espectro de la escasez de alimentos despierta el temor de una crisis del hambre.
“Es cuestión de poco tiempo. Dos a tres meses a más tardar”, advierte Macky Sall.
En este contexto, el presidente de la Unión Africana alerta a la comunidad internacional y se encuentra con los principales actores del escenario internacional, de Vladimir Putin a Emmanuel Macron, de Joe Biden a Antonio Guterres, de Xi Jinping a Recep Erdogan, para subrayar los peligros que vuelven prioritario el tema del hambre en África como potencialmente en América Latina.
Sall, presidente de Senegal desde 2012 elegido bajo la idea de “verdadero desarrollo” (“Yonu Yokooté” en idioma wolof), reelegido por un segundo periodo en 2019, no para de movilizar África para favorecer el fin de los conflictos en el continente, tantas fuentes de desequilibrio y riesgos sobre el desarrollo sobre un continente que contará con 2000 millones de habitantes en 2050. Es decir, la temática agrícola y alimentaria se ha vuelto vital.
Según el Banco Africano de Desarrollo (BAD), el precio del trigo aumentó de 45% en África desde el 24 de febrero pasado, primer día de la guerra en Ucrania. Los precios de los fertilizantes aumentaron de 300%. Esta situación agrava un contexto impactado por la presión económica, que resiente la falta de 2 millones de toneladas de fertilizantes bloqueados en Ucrania. Más que nunca, la situación se está volviendo difícil en varias partes de África: en el Sahel hay más de 20 millones las personas que sufren de “inseguridad alimentaria”; en Etiopía, Kenya, Somalia tanto como en “el cuerno” de África la sequía agrava una situación frágil.
En entrevista exclusiva con El Diario de Hoy, Sall lanza un dramático llamado: “Hago todo para que haya una consciencia colectiva y de los Estados sobre este peligro inmediato. Lo digo a todos mis interlocutores en nombre de África, pero también como Jefe de Estado, porque todo está conectado. La crisis que se anuncia en África afectará las rutas comerciales y los intercambios con otros continentes”, advierte el mandatario africano.
Para representar la dimensión global del problema, subraya la realidad de una “corresponsabilidad alimentaria”: concierne a los países en situación frágil, productores a pesar de todo y los países desarrollados sobre-consumidores y exportadores de alimentos. Esta realidad acompaña una degradación del medio ambiente cuyas víctimas inmediatas son los países más frágiles, agravando la situación.
¿Usted se reunió con el presidente Putin para exponerle los riesgos?
Mi viaje a Sochi había sido la consecuencia de discusiones que tuve con el presidente Putin para llamar su atención sobre los peligros para África. Le quise explicar en nombre de África y, en acuerdo con mis colegas, nuestra realidad. Es la razón por la cual nos encontramos. Nos acompañó Moussa Faki Mahamat, el presidente de la Comisión de la Unión Africana.
Sr presidente, Usted alerta a la comunidad internacional sobre el peligro de una crisis del hambre y de hambruna… ¿Cómo llegamos a esta realidad?
Ya estamos en situación de urgencia. Llevo mensajes a la comunidad internacional que he presentado en Sotchi al presidente ruso en nombre de África. Debemos hacer todo lo posible para que se pueda distribuir las cereales y los fertilizantes bloqueados actualmente en el puerto de Odessa, entre otros. Esta acción se inscribe en la lógica de la urgencia para evitar que se genere una forma de “catástrofe anunciada” desde febrero pasado. La escasez de los fertilizantes y de los cereales provoca una caída de la producción, aumento de los precios de los productos alimentarios, presión social, descontento, y a la vez, fragilidad alimentaria con el espectro de la pesadilla de una hambruna. Tal es el panorama que está surgiendo y que veo desarrollarse. No lo puedo permitir. No lo acepto como presidente de mi país, el Senegal, de la Unión Africana y como ser humano que cree en el progreso.
¿Hablaron de un cese de hostilidades?
Obviamente, esta voluntad de “concientización” acompaña el deseo de “una desescalada” de la guerra, a través de unos mecanismos en favor de un diálogo a construir, entre Rusia y Ucrania, con el compromiso de la comunidad internacional. Esta guerra provocó la imposibilidad de exportar el trigo tanto como los fertilizantes. Pero las sanciones que conciernen también el modo de pago a través del sistema SWIFT afectan el comercio con África. Tantos daños colaterales que se traducen por el peligro sobre la salud y vidas de millones de personas. Llevamos un mensaje de parte de los países importadores de bienes agrícolas y de alimentación. Puede ser involucrada América Latina en nuestro enfoque.
¿Qué opciones vieron?
Varios temas alimentaron nuestras discusiones: acceso al trigo ucraniano, con el establecimiento de corredores, tanto como al ruso, con soluciones sobre las fuentes de pago, al igual de lo que se consiguió para el gas con la Unión Europea. Establecimiento de vías políticas ofreciendo un regreso al diálogo. Tantos temas esenciales que he transmitido al nombre de África que no puede ni quiere sufrir de consecuencias de la guerra. No tenemos la fatalidad de constituir los “daños colaterales” de una guerra que parece desregular aspectos del comercio internacional.
¿Cómo está afectando a África?
En África provoca tensiones económicas y sociales. Ustedes deben saber que la agricultura africana es poca productiva. Como poco se usa los fertilizantes: 17 kilogramos por hectárea cuando son 100 en Europa. Sufrimos de la doble pena: tenemos una agricultura poca productiva y el precio de los fertilizantes está multiplicado por 3. Si no llegan a África, no habrá cosechas. ¿Qué significa? ¡El hambre! El hambre será el factor de estabilización del continente si no actuamos. África no puede ser la víctima colateral de este conflicto, tanto como los países en vía de desarrollo. Esta situación debe generar una acción en búsqueda de un enmarco de paz, asociado antes de todo, a un cese al fuego.
¿Cuál podría ser el papel de la Unión Africana en la búsqueda de la paz?
La acción empieza con la toma de palabra. He dicho nuestras preocupaciones al presidente Putin, al presidente francés Emmanuel Macron. Quisiéramos intercambiar con el presidente Biden tanto como el presidente Xi Jinping. África está disponible para la búsqueda de soluciones para trabajar en favor de un esquema de paz.
¿El hambre es una amenaza inmediata?
No se trata de un sentimiento. Ya estamos viviendo esta crisis. Los precios aumentan, ya sea el petróleo o los cereales. La alerta es inmediata y general. Hoy en día, si no se hace nada, la producción local va a colapsar. La amenaza ya está a la puerta. Estoy hablando de un periodo de 2 a 3 meses. En África tenemos coincidencias sobre el tema económico con América Latina. Me parece que cualquier país que no tenga autosuficiencia alimentaria puede estar en peligro por esta situación.
¿Debemos pensar que todos seremos afectados y, por tanto, somos corresponsables?
La corresponsabilidad existe por una razón sencilla: vivimos todos en una mundialización que nos compromete a todos. Los precios son interdependientes. Mire lo que pasó durante la crisis sanitaria y el acceso a las máscaras. Nos damos cuenta en este contexto de que debemos tener un mínimo de soberanía que fuese alimentaria, sanitaria, energética… Bien vemos hoy en día que existe una forma vulnerabilidad colectiva. Los Estados son frágiles. La covid lo demostró. Y hoy lo vemos a través del tema agrícola. África ha sido abonada a una mono-agricultura durante dos siglos: las tierras han sido sobre-explotadas con la producción de la misma cultura cada año. Hoy en día, la consecuencia consiste en ver que lo producido no corresponde a lo consumido. Existe una forma de inversión que pone en tela de juicio, finalmente, los términos del comercio en África pero también el poder adquisitivo. Entonces, si agregamos realidades sobre las cuales no tenemos ningún control como las guerras al igual de la que vivimos actualmente en Ucrania o el precio de las materias primas.
Mi deber es llamar la atención para que juntos busquemos soluciones y que lo podamos co-construir de la manera más apropiada en cuanto a nuestros problemas. Las soluciones deben también llegar de una concertación. Es lo que intento hacer, llamando a la alerta general sobre la crisis del hambre que está llegando.