El gobierno de Daniel Ortega ha rechazado establecer medidas restrictivas «extremas» para evitar la propagación del coronavirus al sostener que en ese país la enfermedad «está bajo control».
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió el martes que la trasmisión de COVID-19 en Nicaragua “está muy difícil de controlar” y respaldó el llamado de gremios médicos del país a adoptar urgentemente una cuarentena para frenar los contagios.
“La situación en Nicaragua es muy preocupante”, afirmó el director de Emergencias Sanitarias de la OPS, Ciro Ugarte, durante la videoconferencia informativa semanal de la OPS, la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El incremento del numero de casos y de fallecimientos reportados por fuentes oficiales y no oficiales demuestran que la transmisión comunitaria está en una situación muy difícil de controlar”, agregó.
Ugarte instó a las autoridades a aplicar “de inmediato” las medidas de distanciamiento físico recomendadas “para salvar vidas”, subrayando que la OPS ha venido urgiendo a Nicaragua a hacerlo desde hace varias semanas.
“Llamamos otra vez a las entidades públicas y privadas para que implementen de inmediato esas medidas”, dijo.
Ugarte manifestó que la OPS apoya el pedido de una treintena de asociaciones médicas en Nicaragua, que el lunes instaron a la población a “iniciar con urgencia una cuarentena de forma voluntaria que ayude a reducir el impacto” del COVID-19.
“Coincidimos con esa medida”, indicó Ugarte.
Además, insistió en que las autoridades deben informar manera “totalmente transparente” el número de casos y fallecimientos en el país.
“Esa es la única manera de poder controlar la pandemia de COVID-19 en Nicaragua”, dijo, pidiendo asimismo protección para el personal médico.
El régimen de Daniel Ortega ha dicho que la pandemia “está bajo control”, y ha rechazado establecer medidas restrictivas “extremas”, como cerrar negocios o paralizar el transporte público, por considerar que debilitarían la economía.
Nicaragua, el segundo país más pobre de América Latina y con 6.2 millones de habitantes, registra 759 casos y 35 muertos por COVID-19, según cifras oficiales.
Pero la ONG Observatorio Ciudadano señala al menos 3,725 contagios y 805 fallecidos.