En un ambiente tenso, el presidente ruso interrumpió a su jefe del Servicio de Inteligencia Extranjera y le obligó a corregir su discurso durante reunión de alto nivel que trataba sobre la independencia de territorios prorrusos al este de Ucrania.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, se mostró incómodo por la forma de expresarse de su jefe de Inteligencia, Serguéi Naryshkin, durante una reunión de alto nivel sobre Ucrania. Putin le dijo le interrumpió y lo corrigió.
Luego de un tenso cruce de palabras, el presidente ruso dejó humillado a Naryshkin frente de los demás funcionarios durante un Consejo de Seguridad previo al reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk.
Todos los miembros del Consejo se habían decantado por el reconocimiento de estas naciones, pero debido al titubeo de Naryshkin sobre el tema, el presidente Putin lo humilló exigiéndole que hablara más claro.
“En el peor de los casos, tendremos que tomar la decisión que estamos debatiendo hoy”, fueron las frases por las que Putin increpó a su jefe de Inteligencia, a quien después le pregunta “¿a qué se refiere con eso?”
“¿Estás proponiendo que empecemos una negociación?”, le dice el presidente ruso a Naryshkin, quien se muestra nervioso y responde dubitativamente que “apoyará la propuesta de reconocer (a las naciones)”.
“¡Habla claro!”, exige Putin, sin dejarlo terminar: “Vas a reconocer o reconoces, habla claramente, Serguéi”.
A lo que Naryshkin menciona que apoya que las naciones se unan a la Federación Rusa. Putin mientras tanto menciona que no están debatiendo eso, a lo que el jefe de Inteligencia termina corrigiendo: “Apoyo la propuesta de reconocer su independencia”.
Al finalizar el diálogo, Putin manda a sentarse al funcionario, quien, obediente, busca su lugar dentro del Consejo.
Algunos medios como La Vanguardia mencionaron que la frase de anexión de Donetsk y Luhansk podría ser una revelación no intencional por parte de Naryshkin sobre los futuros planes de Rusia, ya que no se han pronunciado al respecto de esta idea.
Para el corresponsal de The Guardian, Shaun Walker, la escena es una muestra de las relaciones de poder en las altas esferas rusas.
“No es necesario entender ruso para ver la dinámica de poder en el trabajo entre Putin y su jefe de espionaje”, menciona en su cuenta de Twitter.