Algunos mastican los granos, otros los defecan, pero todos contribuyen a la fabricación de cafés exóticos que se consumen a precios muy altos.
No hay duda que la competencia por ofrecer productos de primerísima calidad es grande en la industria cafetalera internacional. Por lo que el ingenio y la investigación son claves para el éxito.
Tal y como lo escribió Napoleón Bonaparte en la última página de su libro “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, “Triunfad siempre, no importa cómo, y siempre tendréis razón”, hay ciertos productores que han llegado a extremos inimaginables para extraer una café de sabor único.
Ese es el caso del ya conocido café kopi luwak que se produce en lugares como Indonesia, Bali, Filipinas y Vietnam.
Los granos de esta variedad se recolectan directamente del excremento de la civeta, un mamífero carnívoro de la familia de la Viverridae, que habita la India, el sur de China e Indochina.
Estos animalitos gustan de devorar la cereza del arbusto del café y tras digerirla expulsan el grano intacto. El aparato digestivo de la civeta hace que el café sea más suave, según nota publicada en el sitio newster.info. Esta variedad de café se vende hasta por 400 dólares la libra. No obstante, las condiciones en las que se mantienen cautivos a las civetas le ha restado popularidad al producto, por parte de los movimientos a favor de los derechos de los animales.
Por otra parte, el café Bourbon Pointu se ha posicionado en el mercado por su gran suavidad. Esta variedad tiene características únicas gracias a la intervención de los murciélagos africanos, que mastican las cerezas maduras del café. Esos frutos mordisqueados son codiciados por los productores de este tipo de variedad premium del café arábiga, en la región de Itasy, Magadascar, en África, pues los fluidos digestivos presenten en la saliva de estos animales en contacto con el aire le da ese toque especial. Este producto ha llegado a comercializarse en 110 dólares el kilogramo, según nota en el portal agronegocios.co.
Mientras, en las colinas de Tailandia, las mujeres de los cuidadores de elefantes recogen los granos de café de los excrementos de los animales. Una vez lavados y tostados, se convertirán en un café único, de los más caros del mundo.
En nota de la agencia AFP, “el estómago del elefante funciona como una olla de cocción lenta, donde los granos de café se marinan con las otras hierbas y frutas que consumen los paquidermos, explica el productor. Los jugos gástricos, por su parte, permiten eliminar el amargor del café”, según lo explicado por el canadiense Blake Dinkin, fundador de la empresa Blacky Ivory Coffee. Hasta ahora sólo se puede encontrar en hoteles de lujo de Asia, donde cinco tazas del tamaño de un expreso se venden por más de $68.
Hay que destacar que la civeta no es el único mamífero utilizado para producir un café de alta calidad. En Sudamérica, específicamente Perú, se recolecta un grano de café directamente de las heces de los coatís. Estos animalitos reside en la zona de Chanchamayo, muy próximo a la amazonía peruana, en donde le llaman mishasho, de acuerdo al dato publicado por el sitio newster.info. Un solo coatí puede producir 25 gramos de café al día y su valor en el mercado alcanza 1,400 dólares el kilo.
En Sudamérica se produce un café con grano defecado por los coatís. Foto: Archivo AFP