El primer caso fue identificado en un paciente del Hospital General del Seguro Social, alertó el infectólogo, Ivan Solano Leiva, quien asegura es necesario declarar Alerta Epidemiológica. La OPS también lo recomienda, para evitar la propagación.
El Salvador registra el primer caso de infección de Candida auris, un hongo con alta resistencia a medicamentos, tras el caso identificado en un paciente del Hospital General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), alertó este lunes el infectólogo Ivan Solano Leiva.
“Informen sobre medidas tomadas y a tomar para prevenir mayor cantidad casos”, advirtió el especialista a las autoridades sanitarias. Y añadió: “Felicitaciones equipo de salud Hospital General del ISSS que identificó dicho caso y actuó de manera oportuna. Esperamos que reciban apoyo de Instituto Nacional de Salud para publicarlo en la revista científica”.
En reacción a lo dicho por Solano Leiva, el ministro de Salud, Francisco Alabí, comentó ante los medios que “lo importante es descartar lo que el doctor menciona, porque no se ha confirmado ningún caso de Candida Auris en el país”.
Añadió que “queda en evidencia el mal manejo de la información, porque la alerta epidemiológica no es de El Salvador, sino de la Organización Panamericana de la Salud, que insta a todos los países a verificar continuamente que no se vaya a presentar dentro de sus territorios este caso”.
Candida auris ha sido nombrada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos como una amenaza fúngica emergente mortal que se extiende por los hospitales de todo el mundo. Ya hubo un primer caso del hongo en Guatemala, detectado en diciembre pasado.
Un hongo con resistencia a medicamentos y de fácil diseminación entre pacientes
“La Candida auris es un hongo emergente que presenta una grave amenaza para la salud mundial, la cual causa una enfermedad grave en pacientes hospitalizados en varios países. Los pacientes pueden permanecer colonizados por Candida auris durante mucho tiempo y esta puede persistir en las superficies de los entornos sanitarios. Esto puede resultar en la propagación del hongo entre pacientes en centros de salud”, reseña el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, de Los Estados Unidos (CDC).
Según información del CDC, hasta el 19 de enero de 2021 se contabilizan 1,625 casos a nivel mundial.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, la Candida auris representa un problema de salud pública debido a que, a diferencia de las otras especies del género Candida, presenta dificultades en su identificación, y tiene resistencia múltiple a los antifúngicos y capacidad de persistir en el ambiente hospitalario y de diseminarse entre los pacientes con gran facilidad.
“Estas características determinan una alta mortalidad y resaltan la importancia de una sospecha clínica y microbiológica constante, para la detección precoz y la toma de medidas inmediatas de prevención y control de infecciones”, detalla a través de su alerta epidemiológica por brotes de Candida Auris, el pasado 10 de enero.
Según el CDC, este hongo causando enfermedades graves en pacientes hospitalizados. “En algunos pacientes, esta levadura puede ingresar al torrente sanguíneo y diseminarse por todo el cuerpo, causando infecciones invasivas graves . Esta levadura a menudo no responde a los medicamentos antimicóticos de uso común”, explica.
En el segundo semestre de 2020, siete países han documentado casos de Candida auris, en su mayoría en pacientes con antecedentes de infección por COVID-19: Brasil, Guatemala, México, Perú, Panamá, Colombia y Estados Unidos de América; resaltando que, en los primeros cuatro países, no se habían notificado aislamientos de dicha levadura previo a este período.
Para la OPS es de gran preocupación que haya brotes de Candida auris, debido a la alta demanda que hay en los pacientes por coronavirus por lo que recomienda:
– Realizar el tamizaje a todos los pacientes que se encuentren en la misma sala de hospitalización, especialmente pacientes: con diagnóstico positivo de COVID-19; con neumonía atípica; con factores de riesgo (diabetes, inmunosupresión, enfermedad renal crónica, cirugía reciente, etc.); en hospitalización prolongada en unidades de terapia intensiva; con métodos invasivos, tales como hemodiálisis, alimentación parenteral, ventilación mecánica; con uso de antibióticos de amplio espectro; y a los contactos directos del o los casos.edh