Nicaragüenses en Costa Rica piden a ACNUR y gobierno local la creación de políticas para fomentar fuentes de trabajo y contar con atención médica.
SAN JOSÉ – A pesar de las ayudas y de la buena acogida que algunos solicitantes de refugio nicaragüenses han tenido en Costa Rica, no esconden que se han sentido abandonados y, al mismo tiempo, agobiados con organismo internacionales y el gobierno del presidente Carlos Alvarado tras su llegada a este país centroamericano, sobre todo por las condiciones que han tenido que afrontar desde el inicio de la pandemia del COVID-19 en suelo costarricense.
“Estamos cansados de que solo seamos una mampara para esta organización, estamos cansados que se atropellen los derechos humanos de todos los solicitantes de refugio y refugiados, y como yo, muchísimos otros están en situaciones precarias, de calle”, reclamó Cristian García, un joven nicaragüense que se manifestó junto a un grupo de nicaragüenses en las afueras de la oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) al oeste de San José, la capital costarricense.
García además confesó a la Voz de América que continuarán presionando hasta que sean atendidos por el gobierno y representantes del organismo de la ONU en esa nación centroamericana.
En concreto, ellos piden a este organismo y al gobierno de Alvarado la creación de políticas para fomentar fuentes de trabajo y contar con atención médica.
“Cuándo vamos a estar en un plan de importancia ante el gobierno y la organización que nació para velar por nosotros (…). No estamos aquí porque estemos demandando dinero, no nos interesa que nos apoyen por tres o cuatro meses», señaló a la VOA la presidenta de la organización no gubernamental de la Fundación para el Desarrollo Integral para el Refugiado en Costa Rica, María Guadalupe Morales.
Ella junto a más de una veintena de sus compatriotas realizaron un plantón en la oficina de ACNUR el pasado 21 de enero para manifestar su malestar y hacer llegar una carta con sus peticiones, como el registro en el seguro social costarricense -el cual les garantiza atención médica- y documentos de identidad que les permitan obtener empleo.
“El tema de la pandemia para nosotros es casi nulo, no tenemos una respuesta de cuándo podemos estar en un programa de vacunación, ¿qué pasa con nuestros hijos? ¿qué pasa con nuestros adultos mayores? En nuestras familias tenemos hijos con condiciones especiales. En mi caso tengo un hijo que tiene autismo con grado tres y no tengo una vacuna pronta para mi niño. Mi hijo no puede decirme si le duele la garganta o está contagiado, no tengo respuestas, si se contagia mi hijo se contagia mi núcleo familiar”, manifestó agobiada Morales, pues aunque Costa Rica vacunará a los migrantes en su territorio, esa cobertura de inoculaciones solo abarcará a aquellos con una condición migratoria regular y a aquellos que cuenten con el estatus de refugiados.
Ante el malestar de los nicaragüenses, la Voz de América buscó la versión del organismo de Naciones Unidas, el cual manifestó por medio de una comunicación que “el ACNUR en Costa Rica ha adaptado y reforzado sus programas de asistencia para apoyar al país en la respuesta humanitaria a las personas desplazadas”.
En su respuesta agregan que, durante el 2020, “el programa de asistencia humanitaria en efectivo de ACNUR apoyó a más de 10.000 personas en situaciones de extrema vulnerabilidad, 6.000 personas contaron con seguro médico bajo el convenio de ACNUR y la Caja Costarricense de Seguro social, y junto con nuestras agencias socias brindamos asistencia legal gratuita a más de 4.000 personas solicitantes de refugio y refugiadas”.
“Lo admitimos, el ACNUR ha ayudado algunos dos o tres meses, pero ¿qué pasa? Yo le doy a alguien dos o tres meses de ayuda y se sostuvo esos dos o tres meses ¿qué pasa después de ese tiempo”. Esa persona se va a la calle, porque no tiene cómo pagar un alquiler, porque conseguir empleo no es fácil», explicó García.
Además, García considera que tanto ACNUR como el Estado costarricense deberían crear una política pública que impulse la obtención de empleo por parte de los solicitantes de refugio.
“Podemos mencionar la situación de los documentos que nos están otorgando la Dirección de Migración (de Costa Rica), donde no tiene para muchos [empleadores] validez”, agregó en alusión al permiso laboral de trabajo.
Sobre este tema la oficina de prensa de la Dirección de Migración aclaró que “toda persona solicitante de refugio recibe un carné que la acredita como tal, y puede gestionar un permiso temporal de trabajo” mientras se resuelve su solicitud.
Aclaran, que tanto el carné de solicitantes de refugio como el permiso laboral temporal para los nicaragüenses lo pueden renovar en línea en la página web de esa institución costarricense.
Durante 2020 en Costa Rica se aprobaron 3.548 solicitudes de refugio, de las cuales 2.408 fueron a personas de nacionalidad nicaragüense, según datos facilitados por la Dirección de Migración y Extranjería a la Voz de América.