El presidente Joe Biden propone un plan para legalizar a unos once millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
MIAMI – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se comprometió a impulsar “desde el primer día” una reforma migratoria ante el Congreso y el Senado de Estados Unidos para buscar una salida legal a los 11 millones de personas que se calcula que viven en situación irregular en el país.
El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, será el encargado de liderar la propuesta que debe presentarse en ambas cámaras legislativas. Menéndez explicó que los indocumentados que pasen los procesos de seguridad pertinentes optarán a un “permiso de trabajo temporal, podrán viajar, podrán inscribirse en el Ejército de Estados Unidos y no serán elegibles para ser deportados”.
Menéndez dio a conocer algunos detalles durante una intervención telemática organizada este jueves por la Coalición Estadounidense de Inmigración Empresarial (ABIC, por sus siglas en inglés).
Sobre la legalización de estos inmigrantes, señaló que tras cinco años con ese estatus temporal podrán optar directamente a una tarjeta de residencia permanente, conocida como Green Card.
Los «dreamers» no tendrían que esperar
Pero algunos podrán optar directamente sin tener que esperar ese período de tiempo. “Los dreamers (soñadores; aquellos jóvenes que llegaron en la infancia a Estados Unidos) o los empleados del campo podrán aplicar directamente”, dijo.
Tras cinco años de posesión de la Green Card, los beneficiarios podrían acogerse a la ciudadanía estadounidense.
La anterior administración había intentado eliminar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), aunque la Corte Suprema bloqueó esta decisión y obligó a seguir aceptando solicitudes.
Joe Biden, en uno de los decretos que firmó el miércoles horas después de tomar posesión como presidente, pidió al Departamento de Seguridad Nacional y al de Justicia tomar “todas las medidas necesarias” para preservar el programa.
El senador demócrata cubano estadounidense señaló que esta reforma permitirá “el crecimiento de la economía” estadounidense, además de que las compañías del país podrán “tener acceso a empleados de alto nivel”.
Fronteras inteligentes
Menéndez también quiso desmarcarse del anterior proyecto para construir un nuevo muro fronterizo en el sur del país y defendió la implantación de mejoras tecnologías para evitar el comercio ilegal de narcóticos, entre otras cosas.
“Necesitaremos controles fronterizos más inteligentes, nueva tecnología para detectar a los narcotraficantes en cualquier punto de entrada”, sostuvo.
La inmigración centroamericana
El proyecto que el Gobierno de Estados Unidos pretende impulsar en las próximas semanas también presta atención a la inmigración procedente de los países de Centroamérica, como Honduras, Guatemala, Nicaragua o El Salvador.
Sabemos que la gente de Centroamérica no migra por gusto» Bob Menéndez, senador de EE.UU.
“Sabemos que la gente de Centroamérica no migra por gusto, lo hacen por necesidad”, manifestó Menéndez al respecto.
Por eso, la nueva administración contempla instalar lugares para procesar asilos en esos países para evitar que esas personas tengan que llegar hasta Estados Unidos y “tengan que hacer una travesía peligrosa”.
Acortar tiempos
Los tiempos de espera en las cortes de inmigración es otra de las preocupaciones del nuevo gobierno. Su prioridad es que las solicitudes de inmigrantes se resuelvan en menos tiempo, por lo que se dotaría de más recursos y personal para hacerlo posible.
“Hay que acabar con esos tiempos de espera en las cortes de inmigración, y hay que poner más personal y más jueces para que los procesos sean más cortos”, sostuvo.
El Gobierno considera que la puesta en marcha de una reforma migratoria permitirá “reconstruir el país en esta época de coronavirus”. “El 70 por ciento de los estadounidenses abogan por una solución legal a la inmigración”, dijo Menéndez durante su intervención.
El senador criticó el papel que ha adoptado el anterior gobierno de Trump frente a la inmigración. “Esa pesadilla termina hoy, hay que poner solución a los problemas y ya es hora de empezar un nuevo capítulo”, apostilló.
El proyecto de reforma migratoria podría tener luz verde si se consiguen 60 votos favorables en el Senado. Actualmente, hay 50 demócratas y 50 republicanos, más el de la vicepresidenta Kamala Harris (demócrata). Por lo tanto, se necesitaría un consenso entre los legisladores republicanos más moderados para aprobar la propuesta.
Republicanos temen el “efecto llamada”
Algunos republicanos han expresado su rechazo a este proyecto en tanto que consideran que puede acabar provocando un “efecto llamada” a la inmigración ilegal, a pesar de que el presidente Biden ha insistido en que esta reforma solo pretende “buscar una solución” a los indocumentados que actualmente están en el país.
Beneficioso también para USCIS
Este cambio legislativo no solamente puede tener efectos positivos en la comunidad migrante, sino que también puede tiene consecuencias muy buenas para las arcas del estado.
El abogado especializado en temas migratorios, Luis Paoli, considera que este proyecto que quiere hacer realidad el gobierno de Joe Biden puede beneficiar al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) en tanto que supondrá una inyección multimillonaria para ese departamento federal, que también ha sufrido las consecuencias debido a las restricciones migratorias y de viaje.
“Puede ayudar mucho a las arcas del gobierno porque si multiplicas los 11 millones de personas por un promedio de 3.000 mil dólares en tarifas de migración cada una, estamos hablando de un ingreso grandísimo para la oficina de inmigración que tanto lo necesita porque no tiene fondos”, indicó.