En Tailandia, la capital Bangkok quedará este sábado bajo un confinamiento parcial con el cierre de bares, discotecas y lugares donde se vende alcohol para frenar un alza de casos.
El primer fin de semana de 2021 comenzó este sábado con nuevas medidas de restricción en Francia, Tailandia y Grecia para intentar frenar la pandemia de coronavirus, cuyas sucesivas oleadas ya han provocado casi 84 millones de casos y más de 1,82 millones de muertos en todo el mundo.
En Francia, el nuevo año se inició con más restricciones ante unas preocupantes cifras epidemiológicas y con la “interrupción del sonido” este sábado de la enorme fiesta ilegal que comenzó en Nochevieja en el oeste del territorio y reunió a alrededor de 2.500 personas en plena pandemia.
Para evitar un nuevo brote de la epidemia, el toque de queda se refuerza a partir de este sábado en 15 departamentos franceses. Alrededor de seis millones de personas no podrán salir de sus hogares después de las 18H00 hora local, salvo excepciones.
En el resto del país, el toque de queda fijado como hasta ahora a las 20H00.
“Agregamos dos horas de toque de queda, seguramente tendremos un impacto en la dirección correcta en 15 días-tres semanas, pero probablemente muy modesto”, estimó el sábado Frédéric Adnet, jefe de urgencias del hospital Avicennes de Bobigny (región de París).
Pero con casi 20.000 casos diarios registrados en los dos últimos días, muy lejos del objetivo del gobierno de bajar a 5.000 infecciones diarias, es posible que el endurecimiento de las restricciones no termine ahí.
“Si la situación se deteriora más en ciertos territorios, tomaremos las decisiones necesarias”, advirtió el viernes Gabriel Attal, portavoz del gobierno francés.
Los teatros, cines y salas de conciertos tampoco podrán reabrir el 7 de enero, como se previó en un principio.
– Más confinamientos –
En el resto de Europa, la región más golpeada del mundo por la pandemia con más de 577.400 fallecidos y 26,7 millones de contagios, la vuelta de la normalidad también parece estar todavía lejos.
Grecia, con 4.881 muertes por coronavirus, anunció el sábado que prolongará hasta el 10 de enero “por razones preventivas” su estricto confinamiento adoptado hace dos meses, poniendo fin a la flexibilización de las medidas aplicada en diciembre para las fiestas de fin de año.
En Tailandia, que parecía haber pasado lo peor de la pandemia, la capital Bangkok quedará este sábado bajo un confinamiento parcial con el cierre de bares, discotecas y lugares donde se vende alcohol para frenar un alza de casos.
El país del Sudeste Asiático vive un rebrote desde el mes pasado. El sábado el número de contagios saltó a 7.300.
A nivel nacional, las nuevas restricciones estarán en vigor desde el 4 de enero hasta el 1 de febrero.
En Latinoamérica, Venezuela retomará el lunes su plan de confinamiento parcial, desde el 4 hasta el 10 de enero, tras haber relajado los controles en diciembre.
El presidente Nicolás Maduro alertó de una “subida leve, pero significativa” de contagios en diciembre, que cerró con casi 11.000 nuevos casos y 127 muertes, según cifras oficiales que son cuestionadas por la oposición y organizaciones como Human Rights Watch.
Hasta la fecha, Venezuela acumula oficialmente 113.558 contagios y 1.028 fallecidos.
En total, América Latina y el Caribe lamenta 509.332 muertos y más de 15,6 millones de casos desde el inicio de la pandemia.
El Gobierno español ha prorrogado hasta el 19 de enero las restricciones de entrada a España de vuelos y barcos que proceden del Reino Unido con pasajeros no residentes ni nacionales “ante la incertidumbre del alcance sobre la nueva variante del coronavirus”, y en “sintonía con la posición mantenida por la mayor parte de los países de la Unión Europea”.
La medida inicial establecía las mismas restricciones para el periodo entre el 22 de diciembre, fecha en la que se aprobó, y el 5 de enero.
– Vacunación –
Las vacunaciones dominarán gran parte el año que arranca, aunque los expertos piensan que lo peor está todavía por llegar a nivel global, y predicen un alza pronunciada de contagios y muertes tras las reuniones navideñas.
Además, las críticas por la lentitud en la distribución de la vacuna aumentaron en los últimos días, sobre todo en Europa y Estados Unidos.
El presidente francés Emmanuel Macron ya advirtió que la epidemia será importante “al menos hasta la primavera”, pero prometió evitar “una lentitud injustificada” en la vacunación.
Así, los trabajadores de la salud de más de 50 años podrán vacunarse desde el lunes en Francia, más pronto de lo que se prometió en un inicio.
El Vaticano anunció el sábado que comenzará su campaña “en los próximos días”, a partir de la segunda mitad de enero, con los sanitarios y las personas mayores en primer lugar.
En su corto comunicado, la Santa Sede no mencionó si el papa Francisco, de 84 años, recibirá la inyección.
Reino Unido, por su parte, ya ha vacunado a casi 950.000 personas, mientras un repunte de contagios obligó a reabrir hospitales de campaña.
– 20 millones de casos en EEUU –
Estados Unidos comenzó el Año Nuevo superando el triste umbral de los 20 millones de casos de covid-19 y lamenta ya 347.865 muertes, el mayor balance nacional de fallecimientos con diferencia.
La primera economía del mundo fracasó en sus esfuerzos por controlar el virus, que sigue expandiéndose rápidamente por el territorio, e igualmente experimentó un lento comienzo de la vacunación, por problemas logísticos y hospitales desbordados.
Casi 2,8 millones de estadounidenses han recibido ya sus primeras dosis, muy lejos de las 20 millones de inoculaciones que prometió la administración del presidente saliente, Donald Trump, para antes del final de 2020.
El presidente electo, Joe Biden, que asumirá el 20 de enero, criticó el problemático lanzamiento de las vacunas y rogó a los estadounidenses que lleven mascarilla.
India, el tercer país del mundo más enlutado por el coronavirus (149.218 muertos y 10,3 millones de casos) después de Estados Unidos y Brasil, realizó simulaciones de vacunas en todo el país el sábado, antes de lanzar, quizás esta semana, una campaña masiva con el producto de la alianza británica de la Universidad de Oxford y AstraZeneca.