El expresidente francés enfrenta un juicio por cargos de corrupción y tráfico de influencias.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy compareció brevemente en una corte en París el lunes para enfrentar un juicio por cargos de corrupción y tráfico de influencias. El juicio fue aplazdo hasta el 26 de noviembre para evaluar la salud de uno de los acusados.
Todo ello en medio de un escándalo sobre vigilancia telefónica, una situación inédita para el exmandatario quien ha sido objeto de numerosas investigaciones judiciales desde que concluyó su período en el 2012.
Está siendo enjuiciado junto con su abogado Thierry Herzog y el juez Gilbert Azibert. De ser hallados culpables podrían ser sentenciados a 10 años de cárcel y a pagar una multa de 1 millón de euros (1,2 millones de dólares).
La acusación en sí indica que Sarkozy trató ilegalmente de obtener información del juez sobre una pesquisa en su contra que comenzó en el 2014. Sarkozy y Herzog son sospechosos de haberle prometido a Azibert un empleo en Mónaco a cambio de información de la investigación sobre un financiamiento ilegal de la campaña presidencial del 2007 por parte de Liliane Bettencourt, heredera de la fortuna L’Oreal y la mujer más acaudalada de Francia.
Todos los presuntos implicados niegan las acusaciones. Sarkozy, quien lideró Francia entre 2007 y 2012, y su partido de centroderecha Les Republicains, alegan que el juicio tiene motivaciones políticas.
Sarkozy visitó traje oscuro y llevaba máscara al ingresar en la corte el lunes. Estaba rodeado de guardaespaldas y abogados.
Los jueces consideraron una solicitud del abogado de Azibert para suspender el juicio porque su cliente, que no estaba en el tribunal, tenía un alto riesgo de contraer COVID-19 debido a una afección cardíaca prolongada.
Los jueces ordenaron una evaluación médica independiente el jueves antes de decidir si seguir adelante con el juicio por videoconferencia o posponerlo hasta después de la pandemia.
Desde 2013, los investigadores habían estado escuchando conversaciones telefónicas entre Sarkozy y su abogado Herzog. Los fiscales han dicho que las escuchas telefónicas mostraron que Sarkozy y Herzog habían discutido en múltiples ocasiones ponerse en contacto con Azibert, un magistrado de la Cour de Cassation, el principal tribunal de apelaciones de Francia para casos penales.
Alegan que Sarkozy se ofreció a ayudar a Azibert a conseguir el trabajo en Mónaco a cambio de ayuda interna. Sarkozy le dijo a BFM TV este mes que Azibert nunca consiguió el trabajo.
Los fiscales continpuan investigando las acusaciones de que el difunto exlíder de Libia, Muammar Gaddafi, proporcionó a la campaña de Sarkozy de 2007 millones de euros enviados a París en maletas, acusaciones que Sarkozy también niega. Su principal acusador, un empresario franco-libanés, retiró su relato de los hechos de este mes.