Estados Unidos registró este jueves un nuevo récord de contagios de coronavirus, con 91.000 nuevos casos repartidos por diversos estados, cuando faltan solo unos días para las elecciones presidenciales del martes.
Ese mismo día, 1.000 personas murieron con el virus en el país, confirmando así que la curva de contagios y muertes continúa al alza.
De acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos supera los 9 millones de casos desde que comenzó la pandemia. Según Reuters, es la tercera vez que Estados Unidos supera las 1.000 muertes diarias.
El próximo martes es el día señalado para la votación en la que Donald Trump y Joe Biden se diputarán la presidencia, aunque muchos estadounidenses han votado por adelantado.
Hasta 21 estados hacen frente a dificultades en sus brotes, y algunos de los más severos afectan a territorios que serán claves en la elección.
En Misisipi, los hospitales de la zona de Green Bay advirtieron de que el mitin previsto por la campaña de Trump allí el viernes podría empeorar todavía más las cosas.
«Ahora es más importante que nunca evitar las grandes aglomeraciones, sobre todo aquí en Green Bay, donde estamos viendo una de las propagaciones del virus más rápidas de Estados Unidos», afirma un comunicado conjunto de varios hospitales locales.
«El número es casi nada»
Los datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) sumaron 1.060 muertes el jueves. El total nacional se sitúa en 228.000.
Este viernes, sin embargo, Trump justificó el aumento de casos en un mayor número de tests. «Las muertes DESCIENDEN», tuiteó en contradicción con los datos.
El hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr, apareció en la cadena Fox News el jueves para repetir el argumento de su padre de que la pandemia está bajo control.
Trump hijo dijo: «Estuve revisando los datos, porque sigo oyendo hablar de nuevos contagios, y era como ‘bueno, ¿pero por qué no hablan de las muertes?’ Ah, porque el número es casi nada. Porque hemos tomado el control de esto y entendemos cómo funciona».
Expertos en salud han advertido de que las cifras seguirán aumentando al coincidir la expansión del virus con la gripe estacional.
Anthony Fauci, miembro del grupo de trabajo de la Casa Blanca, le dijo a la cadena CNBC este miércoles que el país «marcha en la dirección equivocada».
«Si las cosas no cambian y se mantienen en el curso en el que están ahora, va a haber un lote completo de dolor para este país en lo que se refiere a casos adicionales, hospitalizaciones y muertes».
Análisis de Naomi Grimley, corresponsal de Asuntos Globales
Las cifras de Estados Unidos siguen impactando al mundo. La cifra total de casos se acerca al umbral de los nueve millones y la media semanal supera las 75.000 infecciones diarias. La mitad de los estados ha alcanzado nuevos máximos en el último mes.
Se ha llegado a hablar de una «tercera ola», pero muchos expertos creen que eso maquilla una verdad incómoda: Estados Unidos realmente nunca salió de la primera.
Mientras que la curva europea muestra la forma de un valle entre dos cumbres, la de Estados Unidos parece más una serie de tres pasos. Después de la terrible primavera, en la que el virus golpeó más duramente en el noreste, en estados como Nueva York, por ejemplo, los contagios cayeron hasta los 20.000 diarios en el país a comienzos del verano.
Pero entonces los estados del llamado «Sun Belt» (Cinturón de Sol, como Arizona, Florida o Texas) reabrieron sus negocios y vimos nuevas subidas en ellos. Los casos nunca pudieron llegar a bajar hasta donde le hubiera gustado al doctor Fauci: hasta situarse en torno a los 10.000 contagios diarios.
Ahora, tras una pequeña bajada a comienzos de septiembre, los casos están aumentando de nuevo. Hay amplia transmisión comunitaria en todo el país y los estados del Medio Oeste, como Dakota del Norte, Dakota del Sur, Wisconsin y Minnesota, son los más afectados.
fuente:bbcmundo