Un equipo de investigación del Centro Médico Hadassah Ein Kerem cree haber descubierto la causa de síntomas severos e incluso muerte de pacientes con COVID-19.
De acuerdo a estudio internacional, al menos el 30 por ciento de los pacientes con COVID-19 desarrollan coágulos de sangre que bloquean el flujo sanguíneo a los riñones, los pulmones, el corazón y el cerebro.
Médicos de Hadassah descubrieron que los pacientes que forman estos coágulos mortales tienen un mayor nivel de proteína alfa defensina en su sangre, explica el Dr. Abd Alrauf Higavi, quien ha estado estudiando los coágulos sanguíneos durante 30 años.
“Los pacientes con síntomas leves tienen una baja concentración de alfa-defensinas. Enfermos con síntomas graves presentan altos niveles de la proteína. La gente que muere tiene niveles muy altos”, indica.
El equipo de Hadassah estudió más de 700 muestras de sangre de 80 pacientes que fueron hospitalizados durante el primer brote de coronavirus en Israel.
Los resultados muestran que la alfa-defensina acelera la formación de coágulos sanguíneos, lo que puede causar embolia pulmonar, infarto y derrame cerebral. Además, la formación de estos coágulos en los alvéolos, a cargo de intercambiar moléculas de oxígeno y dióxido de carbono hacia y desde el flujo sanguíneo,puede provocar dificultades respiratorias y eventualmente la intubación.
Varios estudios han demostrado que alrededor del 80 por ciento de los pacientes con COVID-19 que son intubados han fallecido.
Higavi aseguró que su equipo está en camino a una solución: administrar la colchicina a pacientes con coronavirus.
La colchicina es un medicamento que previene y trata los ataques de gota, un tipo de artritis causada por el exceso de ácido úrico en la sangre.
Pruebas en ratones revelaron que la colchicina inhibe la liberación de la proteína alfa-defensina. Ahora, el equipo está esperando las aprobaciones necesarias para probarla en pacientes con COVID-19.
“Los anticoagulantes disponibles actualmente en el mercado no eliminan plenamente esta coagulación, ya que su mecanismo difiere de los mecanismos para los que existen estos medicamentos”, explica Higavi. “Los recursos deben ser utilizados para encontrar un medicamento adecuado para pacientes con COVID-19”