La larga lista de «enemigos» de Donald Trump que va desde los demócratas y los medios de comunicación hasta los inmigrantes terminó de incorporar este miércoles un nuevo a miembro: las redes sociales.
El presidente de Estados Unidos firmó una orden ejecutiva destinada a eliminar algunas de las protecciones legales tradicionalmente otorgadas a estas plataformas, que no son legalmente responsables del contenido que publican sus usuarios.
En concreto, la orden autoriza a los reguladores a evaluar si las redes deberían ser legalmente responsables de lo que publican los usuarios.
El decreto llega tras días de fuertes críticas de Trump a Twitter, red que etiquetó el lunes como «sin fundamento» dos de los tuits del presidente.
Fue la primera vez que Twitter utilizó la herramienta de valoración de hechos y publicaciones de la prensa para contrastar un tuit en el que Trump afirmaba que las papeletas de votación por correo para las elecciones de noviembre próximo no eran confiables.
Al firmar la orden, Trump acusó a las redes sociales de tener un «poder sin control».
«Gran acción a seguir», tuiteó después.
Varios críticos y expertos legales han manifestado que el Congreso de EE.UU. o su sistema judicial deben participar en cualquier decisión para cambiar las protecciones legales para estas plataformas y que no debería realizarse solo a través de una orden ejecutiva.
Se espera que la orden enfrente desafíos legales en las cortes.
¿Qué dice la orden ejecutiva?
La orden se propone modificar la llamada Ley de Decencia de las Comunicaciones, una legislación de Estados Unidos que ofrece una protección legal en ciertas circunstancias a plataformas como Facebook, Twitter y YouTube.
Según la Sección 230 de la ley, las redes sociales generalmente no se hacen responsables del contenido publicado por sus usuarios, pero pueden participar en el «bloqueo del buen samaritano», como eliminar contenido obsceno, acosador o violento.
La orden ejecutiva establece ahora que esta inmunidad legal no se aplica si una red social edita contenido publicado por sus usuarios.
También indica que no se debe ofrecer inmunidad al bloqueo «engañoso» de publicaciones, incluida la eliminación de un texto o foto por razones distintas a las descritas en los términos de servicio de un sitio web.
Un borrador de la orden ejecutiva distribuido el jueves también solicitaba:
- que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) explique qué tipo de bloqueo de contenido se considerará engañoso o inconsistente con los términos y condiciones de un proveedor de servicios
- una revisión de la publicidad del gobierno en los sitios de redes sociales y si esas plataformas imponen restricciones basadas en puntos de vista
- el restablecimiento de la «herramienta de informes de sesgo tecnológico» de la Casa Blanca que permite a los ciudadanos denunciar un trato injusto por parte de las redes sociales
Análisis de Anthony Zurcher
Washington
Donald Trump prometió una «gran acción» en respuesta a la decisión de Twitter de agregar un mensaje de verificación de hechos a dos de sus publicaciones.
Si bien su anuncio de una orden ejecutiva estuvo cargado de retórica -acusó a las compañías de redes sociales de ser monopolios que amenazan la libertad de expresión- será un largo proceso antes de que el decreto se convierta en una acción real, grande o no.
Las agencias gubernamentales independientes tendrán que revisar la ley federal, promulgar nuevas regulaciones, votar sobre ellas y luego, con toda probabilidad, defenderlas en los tribunales.
Para cuando todo termine, las elecciones presidenciales de noviembre podrían haber ido y venido.
Eso explica por qué Trump también está presionando por una nueva legislación del Congreso, una forma más directa de cambiar la política de EE.UU. hacia las empresas de redes sociales.
Sin embargo, el verdadero propósito de la orden del presidente puede ser simbólico.
Por lo menos, la medida hará que Twitter piense dos veces antes de intentar moderar o verificar las publicaciones en la cuenta del mandatario.
El presidente confía en Twitter para difundir su mensaje sin el filtro de los principales medios de comunicación.
Si el propio Twitter comienza a debilitar una de sus herramientas de comunicación favoritas, Trump está enviando un mensaje de que lo rechazará y, como mínimo, hará que las cosas sean incómodas para la empresa.
¿Cuáles han sido las reacciones?
Twitter, que se menciona repetidamente en el borrador de la orden ejecutiva, declinó hacer comentarios.
No obstante, con anterioridad, el director ejecutivo de la compañía, Jack Dorsey, respondió a las críticas de las políticas de verificación de hechos en una serie de publicaciones en la que asumió su responsabilidad ante la medida.
«Continuaremos señalando información incorrecta o disputada sobre las elecciones a nivel mundial«, afirmó.
YouTube, propiedad de Google, no reaccionó de manera inmediata.
En una entrevista con Fox News el miércoles, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo que censurar una plataforma de redes sociales no sería el «reflejo correcto» para un gobierno preocupado por la censura.
Expertos del conservador Instituto Cato, por su parte, advirtieron que la orden ejecutiva podría tener consecuencias no deseadas.
«A la larga, esta campaña conservadora contra las compañías de redes sociales podría tener un efecto devastador en la libertad de expresión», dijo Matthew Feeney, analista del Cato.
En su criterio, cambiar la Ley de Decencia de las Comunicaciones para «imponer neutralidad política en las empresas de medios sociales» podría llevar a las plataformas a llenarse de «contenido legal que de otro modo les gustaría eliminar», como pornografía, imágenes violentas y racismo.
«O examinarían el contenido en un grado que mataría el libre flujo de información en las redes sociales al que estamos acostumbrados hoy», añadió.
Feeney consideró que el borrador de la orden ejecutiva era un «desastre», pero podría resultar políticamente popular en el período previo a las elecciones presidenciales.
fuente.bbcmundo