Historia de la presencia judía en Jerusalén – Desde que Abraham subió al monte Moriá para sacrificar a su hijo Isaac frente a D-os, Jerusalén ha sido uno de los sitios más sagrados para los judíos. Tradicionalmente se dice que es el lugar de dónde nació Adán (el primer hombre); el lugar donde vivió Noé y construyó su altar; y el lugar donde Shem fundó la yeshivá (escuela) más grande del mundo antiguo. Con el nombre de Salem, la Torá la menciona numerosas veces; sin embargo, no es hasta la conquista de David y la construcción del templo sagrado que la ciudad refleja el esplendor del judaísmo y se vuelve el centro del mundo judío.
Durante más de 300 años el pueblo judío fue un conjunto de tribus que carecían de un poder político centralizado; tampoco tenían un centro religioso fijo. El Arca aunque durante décadas permaneció en Shilo, hubo épocas en que tuvo que ser transportada a otras ciudades y era llevada a la guerra al igual que en épocas de Moisés. Por lo cual, sí constituía un centro religioso importante al cual la gente asistía y dónde se practicaban los sacrificios pertinentes, pero no tenía el peso y la importancia del Templo.
Cuando David es rey junta el poder político y religioso en la ciudad de Jerusalén y la vuelve la capital del reino judío. Desde entonces, Jerusalén se convierte en el centro religioso más importante para los judíos hasta nuestras épocas. En esa ciudad el Sanhedrín se reunía, juzgaba y dictaminaba las leyes; la cultura hacia el resto del reino surgía de ese centro y todos los actos religiosos de importancia nacional eran realizados en esa ciudad. Era el punto donde se hacían los sacrificios, si uno quería purificarse o purificar su casa tenía que viajar hacia allá y todo judío estaba obligado a asistir tres veces al año durante las grandes festividades. Hasta la fecha los judíos rezan hacia Jerusalén y la consideran el centro religioso judío más importante que ha habido en todas las épocas. Incluso durante la separación de los dos reinos judíos la ciudad tuvo preponderancia sobre las capitales del reino del norte, pues los altares y centros religiosos de Jeroboam fueron vistos como idolatría y nunca tuvieron el peso, ni importancia que el Monte del Templo y Jerusalén tuvieron para el pueblo judío. Hasta la fecha pese a los exilios, la destrucción y la conquista; todos los judíos del mundo rezan en dirección a esta ciudad, y su gloria y santidad se recuerdan en bodas, cenas y ritos de todo tipo. El gran peso que tiene para la comunidad judía no puede ser puesto en duda.
Sin embargo, su importancia no sólo es religiosa; por su peso cultural siempre fue importante para la identidad judía y se ha convertido en un símbolo incluso entre grupos no religiosos; pues en muchos sentidos concentra gran parte del pasado histórico de nuestro pueblo. Nunca dejo de haber presencia judía en ella incluso durante las invasiones babilónicas, romanas y las monarquías posteriores. De tal forma que sin importar el gobierno que estuviera en ese momento la ciudad siempre tuvo una fuerte característica judía desde la antigüedad hasta la época moderna. Sin embargo, no se habló de regresar el mandato a los judíos hasta el siglo XIX cuando las ideologías sionistas empezaron a hacerse populares.
Jerusalén y el estado judío
Aunque Jerusalén permaneció como la casa y el sueño de los judíos en el mundo. Tras las derrotas frente a los romanos los judíos nunca pudieron formar un ejercito fuerte con el cual pudieran recuperar la ciudad que perdieron. Al pasar de los años su reconstrucción y dominio quedo en el imaginario judío como un sueño algo que sería propio del final de los tiempos y la llegada del Mesías. Se contentaban con que los distintos gobiernos les permitieran mantener los centros religiosos y vivir ahí. Durante el siglo XIX mientras seguía en pie el imperio otomano las ideologías sionistas empezaron a ganar popularidad en las comunidades de la diáspora empezaron a haber grandes migraciones de judíos a Israel que venían con la idea de repoblar la tierra y formar su propio país en ese territorio. Los judíos que llegaban no eran necesariamente religiosos y provenían primordialmente de Europa central y este. Muchos de ellos llegaban huyendo de la miseria y persecución de sus países natales, otros llegaban a comprar tierras por el proyecto sionista y a hacer grandes inversiones. De esta forma si ya había una cultura judía fuerte en el lugar ésta se acrecentó con la llegada de los nuevos pobladores y con el tiempo la idea de un estado judío dejo de ser un sueño para empezar a ser una posibilidad.
Durante el gobierno inglés los problemas entre grupos al interior de Israel empezaban a incrementarse, los judíos querían un estado, estaban abiertos a la posibilidad de que el país fuera dividido entre los dos grupos mayoritarios. Sin embargo, los grupos árabes se oponían fuertemente a él, querían que los judíos salieran de Israel y formaran su estado en otra parte. Presionaron al gobierno inglés para bloquear la entrada a judíos, incluso los barcos de refugiados que venían huyendo de la Alemania nazi. Empezó a haber brotes de violencia muy fuertes entre ambos grupos que era difícil evitar.
Los ingleses optaron por retirarse de la zona y en 1947 propusieron frente a la ONU un plan de partición del territorio en dos estados uno judío y otro árabe. Jerusalén sería una ciudad neutra durante 10 años y al final de esa década se haría un referendo donde los habitantes de la ciudad decidirían a que gobierno pertenecer. Los grupos judíos aceptaron la propuesta, pero los grupos árabes la rechazaron.
El 15 de mayo de 1948 un día después de la Declaración de Independencia del Estado de Israel, la Liga de los Estados Árabes (la unión árabe militar) atacó Israel e inicio la Guerra de Independencia. Jordania atacó por el Éste, Egipto por el Sur, Irak, Siria y Líbano por el Norte. Al final de la guerra Jordania había adquirido el control militar de Jerusalén. Durante décadas se e prohibió a los judíos acceder a esta ciudad si quiera para realizar ritos en el Monte del Templo o visitar las tumbas; la gente veía Jerusalén desde las montañas lejanas. Las más de 58 sinagogas fueron saqueadas y quemadas y se trató de borrar todo pasado judío que había en el lugar. En 1967 durante la guerra de los Seis Días Jordania se unió al ejército de Egipto y atacó a ciudades israelíes, el 6 junio Israel empezó el contraataque y el 7 de junio Israel llegó a la ciudad de Jerusalén. Desde entonces la ciudad ha estado bajo el gobierno judío nuevamente.
La política desde el primer discurso del Ministro de Defensa Moshe Dayan ha sido de sumo respeto a las otras tradiciones y grupos que habitan la ciudad y se ha mantenido de esa forma:
“Hemos re-unificado Jerusalén, la capital dividida de Israel. Hemos regresado al lugar más sagrado de nuestros santuarios, para no separarnos de él nunca más. A nuestros vecinos árabes les extendemos también nuestra mano en paz en esta hora. Y a los ciudadanos cristianos y musulmanes, les prometemos plena libertad y derechos religiosos. No venimos a Jerusalén para apropiarnos de los lugares sagrados de otros pueblos, y no deseamos interferir con los adherentes a otra fe, sino deseamos salvaguardar su integridad y vivir allí con otros en unidad.” [Discurso dado por Moshé Dayan el 7 de junio 1967 (28 Iyar 5727 )]
Yom Yerushalayim
Al terminar la guerra, al año siguiente (el 28 de iyar, 12 mayo, 1968) se empezó a festejar Yom Yerushalaim. Finalmente celebramos haber regresado a nuestra tierra y recuperado nuestra ciudad. Tener la posibilidad de rezar en el lugar más sagrado del mundo para nuestra cultura, habitar nuevamente las murallas que son parte de nuestra historia y recuperar y reconstruir los sitios que fueron destruidos décadas antes; y nos alegramos de hacerlo con plena libertad.
Aunque el día fue designado como una conmemoración nacional y se ha celebrado por más de 50 años, aún no hay muchas tradiciones estandarizadas que vuelvan regular la forma de celebrar este día. Algunos visitan la ciudad o las montañas vecinas, pasean por sus alrededores y simplemente disfrutan de su belleza. Otros aprovechan el día para enseñar a sus hijos sobre el pasado del pueblo judío, la importancia de la ciudad y su historia.
En el radio se escuchan canciones sobre la grandeza de la ciudad en conmemoración de este día; se hacen conciertos, comidas festivas o incluso desfiles y eventos públicos. En algunas ocasiones también se hacen conmemoraciones en recuerdo a los soldados que murieron durante la Guerra de los Seis Días. Así mismo muchas de las comunidades religiosas de Israel dicen Hallel en este día y suspenden las restricciones del Omer como se hace en cualquier día milagroso.
Cualquiera que sea la forma que se escoja para festejar el día; recordarlo es una forma de dar honor a los miles de años que esta ciudad ha sido parte de la vida judía y la forma en que se ha enriquecido por su presencia. Es un recuerdo de nuestra historia y un guiño hacia nuestro futuro.