Banco de México cumplió las expectativas del mercado al recortar su tasa de interés de referencia en 50 puntos base, pero dejó en claro que la prudencia que ha mantenido desde que inició el actual ciclo de relajamiento monetario no cambiará por los riesgos que aún existen en cuanto a la inflación.
En su reunión calendarizada, la Junta de Gobierno del Instituto Central tomó la determinación de reducir de forma unánime esa tasa, con lo que pasó de 6 a 5.5%, o un nivel no visto desde diciembre de 2016 cuando la tasa se ubicó en 5.25%.
Además, sumó su octava reunión seguida recortando su tasa de referencia y con la cual los bancos y otras instituciones financieras determinan las tasas a las que prestan su recursos, ya sea a través de creditos personales, empresariales automotrices, hipotecarios u otros.
Los cinco miembros de la Junta estuvieron de acuerdo en disminuir la también llamada tasa de interés objetivo ante los riesgos “importantes” y “sin precedentes” que implica la enfermedad covid-19 para la evolución de la economía, el cumplimiento de la meta de inflación y la estabilidad en los mercados financieros.
“Los retos derivados de la pandemia para la conducción de la política monetaria incluyen tanto la afectación sin precedentes en la actividad económica, como los asociados al choque financiero que enfrentamos”, dijo Banco de México en el comunicado en el que reveló su decisión de política monetaria.
Pero los miembros de la Junta de Gobierno hicieron énfasis del terreno incierto por el que atraviesa la estabilidad de los precios en general.
En esta ocasión, el Instituto Central sumó a su tabla de riesgos para la inflación las “posibles disrupciones en las cadenas de producción y distribución de algunos bienes y servicios”, como consecuencia de las acciones de aislamiento social ordenadas por el gobierno entre abril y mayo para frenar el avance de la pandemia de covid-19.
Ello, aunado a los riesgos señalados en ocasiones anteriores, como una reducción en los precios de los combustibles –considerado como un riesgo a la baja– o que la depreciación del tipo de cambio sea mayor o más persistente y presione al alza los precios de algunas mercancías.
Para los analistas, el último balance de riesgos y la actitud adoptada por la Junta de Gobierno hacen pensar que seguirán tomando una actitud de prudencia en las siguientes decisiones.
El banco central mexicano “dejó en claro que sus integrantes procederán cautelosamente”, escribió Edward Glossop, economista de mercados emergentes con la consultora británica Capital Economics, en un reporte. “En todo caso, esto fue un poco más de corte ‘hawkish’” o como se define en la jerga financiera a una actitud que se inclina a favor de tasas de interés más altas para evitar un ascenso de los precios al consumidor.
La inflación general desaceleró en abril hasta alcanzar una tasa anual de 2.15%, un nivel no visto desde diciembre de 2015 cuando se ubicó en 2.13%, lo que se ubica por debajo de la meta puntual del banco central de 3%, y para muchos da margen de maniobra para un uso más agresivo de la tasa de interés.
No obstante, la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles, se ubicó en 3.40%, por encima del objetivo puntual del banco central.
En el anuncio de política monetaria, los miembros del banco central dejaron entrever que hay evidencia que algunos precios están subiendo por una especie de escasez o por disrupciones en las cadenas de suministro, sobre todo en alimentos, dijo Marco Oviedo, economista en jefe de la institución financiera inglesa Barclays en México.
“La suma de todo esto no está claro, por eso Banco de México está siendo demasiado prudente”, dijo el economista, cuya oficina está en la ciudad de Nueva York.
Si bien el Instituto Central prevé un mayor impacto para la economía de abril a junio y contracciones “importantes” en el empleo, algunos analistas anticiparon que está llegando a su límite para poder ser más agresivo en el recorte de tasas de interés, en particular por los retos que enfrentan relacionados con un choque financiero “sin precedentes”, así señalado en la decisión monetaria.
“Las preocupaciones sobre la estabilidad financiera no son nuevas para Banco de México, pero el mensaje fue fuerte y claro en nuestra perspectiva: los integrantes de la Junta continuarán el relajamiento, pero gradualmente”, subrayó por su parte, en un reporte, el equipo de analistas del banco de inversión estadounidense Morgan Stanley.
Para las instituciones financieras Goldman Sachs y Barclays, Banco de México podría continuar con recortes al mismo ritmo en dos reuniones más, pero se detendría la tasa en 4.5% rumbo al cierre del año.
Claro que nada está escrito, pues aún hay incertidumbre en la magnitud del golpe económico a lo largo del año por la crisis sanitaria, así como en las presiones que tendrá el peso frente al dólar.
“Cuando la política monetaria llega a enfrentar estos límites, lo único que pueden apostarle es a mantener las tasas bajas por más tiempo, llega un punto en el que no puedes hacer más y es necesaria otra política, ya sea fiscal, industrial, Estado de Derecho o condiciones hacer más amigable la inversión”, dijo Oviedo, de Barclays.
Tras la decisión, la moneda nacional daba un respiro al tener una ganancia de 1.31% frente a la divisa estadounidense, al ubicarse en 23.88 unidades en su cotización spot.
Fuente: Sentido Común.