Durante la ceremonia oficial de Yom Haatzmaut en el Monte Herzl de Jerusalén, fue transmitido un emotivo mensaje en video del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, con un toque de esperanza de cara a la crisis que Israel enfrenta por la pandemia del COVID-19 en su 72 aniversario.
Queridos hermanos y hermanas, ciudadanos de Israel. Nunca hubo antes un Yom Haatzmaut como este.
Estamos distanciados físicamente uno del otro, pero estamos cerca uno del otro como nunca lo habíamos estado.
Y en las últimas semanas hemos estado frente a una prueba histórica. Emprendimos decisiones y tomamos pasos, e hicimos esto todos juntos. Hemos hecho esto con solidaridad, ayudando a otros, cooperando, e incluso, compartiendo recetas.
Hemos protegido a mamá y papá. Hemos protegido a la abuela y al abuelo. Porque hemos asimilado todos que, en la época del coronavirus, el amor es distanciamiento. Vendrá un día en que los abrazos regresarán a nuestras vidas. También las palmadas en la espalda.
Pero aún no estamos en ese momento, porque la epidemia continúa aquí. Y por ello necesitamos seguir cumpliendo las instrucciones para protegernos uno al otro.
Agradecemos de todo corazón a nuestros maravillosos médicos y médicas, a los enfermeros y enfermeras, a los equipos de personal médico y a los laboratorios, a los y las soldados, a los y las oficiales de Policía.
Les envío un abrazo virtual y un cálido saludo de codos.
Juntos nos enlistamos en la misión más importante de todas: la de salvar vidas.
Lamentamos toda vida perdida, pero celebramos que el Estado de Israel se clasifica alto entre los países más desarrollados en la salvaguarda de vidas.
En la última década transformamos Israel en una potencia mundial en la seguridad, en la economía, en las relaciones internacionales, en la innovación, en la ciencia. Alcanzamos logros increíbles que nadie soñó cuando salimos de los hornos y de los abismos de la muerte hace solo 75 años.
Ahora todos estos logros se han materializado en nuestro combate exitoso en contra de la epidemia que asola al mundo, una que no se había visto en cerca de 100 años.
Y este es el testimonio de lo que hemos logrado. Antes y después de que cerramos los cielos de Israel, muchos israelíes en el extranjero se apresuraron a regresar a casa, desde Berlín, desde Nueva York, desde Londres, de todo el mundo. Porque saben una cosa: Israel es su hogar. Un hogar cálido para los judíos, un hogar cálido para nuestros hermanos no judíos.
Hemos visto a los soldados de Israel, el ejército del pueblo, ser recibidos con amor en todos lados.
Hemos visto la emocionante fotografía de la ambulancia en la que rezan a su lado, juntos, un paramédico judío y un paramédico musulmán.
Y nos hemos emocionado al ver a los jóvenes, a los voluntarios, que llevan alimentos y esperanza a los ancianos en casas de retiro. ¡Muy bien por ellos, los saludo!
Amigos míos, llegó la hora de la unidad, con la unión de fuerzas venceremos al coronavirus. Con la unión de fuerzas, podremos salir de estos problemas económicos que ha provocado el coronavirus.
Nos arremangaremos las camisas, trabajaremos duro, y regresaremos a la economía a su ruta de gran éxito en la que nos encontrábamos.
Nos preocuparemos de cada uno de ustedes, de los trabajadores independientes, de los asalariados, de los dueños de negocios, de los que buscan empleo.
Hay otra cosa que deseo: que, en el próximo año, Bezrat Hashem, pongamos a un lado el Zoom, podamos encontramos todos juntos y podamos abrazarnos uno al otro.
Y hasta entonces, ciudadanos de Israel, cuídense.
Icen una bandera en Yom Haatzmaut y alégrense por nuestro país.
Aunque ¿saben? No se puede terminar esto sin nuevas instrucciones para ustedes: cuando usen espuma, guarden sus dos metros de distancia.
Pero ya, en serio, ciudadanos de Israel, ensalcemos el Estado de Israel, ¡porque tenemos un maravilloso país!
¡Jag Atzmaut Sameaj, Estado de Israel!