El país europeo está saliendo de la fase crítica de la epidemia. Algunos comercios están intentando reanudar sus servicios.
Con su economía paralizada, sus ciudadanos recluidos en sus casas, en Italia sólo se habla de levantar el confinamiento, entre la impaciencia por recuperarse y el temor a una segunda ola de la pandemia.
“¡Estamos de regreso!”. Éste fue el anuncio en la red Instagram de la famosa heladería romana Giolitti al comunicar la reanudación de la entrega de sus productos, expresando el deseo de muchos de recuperar una aparente normalidad, aunque sea parcial.
Italia llora a más de 23.000 muertos, pero está saliendo de la fase crítica de la epidemia, tras varias semanas de confinamiento iniciado el 9 de marzo.
Día tras día, los medios de comunicación mencionan qué podrá ser lo primero que se autorice. Estas especulaciones obligaron al gobierno a recordar durante este fin de semana “que no se prevén modificaciones” en cuanto al confinamiento en vigor hasta el 3 de mayo, inclusive.
Pero, son los propios ministros del gobierno los que evocan el tema. “Debemos brindar a los ciudadanos una mayor libertad de circulación”, declaró el viceministro de Salud, Pierpaolo Sileri.
Su colega para la familia, Elena Bonnetti, deja entrever una posible reapertura parcial de los espacios de juego: “¡Algo tiene que cambiar en las próximas semanas para nuestros niños! ¡Ellos tienen el derecho a jugar!”.
Una economía castigada
Hay una fuerte presión para hacer reemprender a la tercera economía europea, muy castigada.
La marca de lujo Gucci reanudó el lunes las actividades de su centro de investigación, cerca de Florencia, echando mano a un número limitado de empleados. Fincantieri reabre por su parte sus astilleros, aunque “muy gradualmente”, comenzando con un máximo del 10% de sus asalariados, a los que se les tomará la temperatura en los puntos de acceso.
Un estudio publicado el sábado por Confindustria, la primera organización patronal, afirma que la cuasi totalidad de las empresas italianas (97,2%) ha sufrido efectos de la pandemia, la mitad de una manera “muy grave”; disminuyendo su facturación hasta casi un tercio respecto a marzo de 2019 (32,6%).
Según el diario La República, la mitad de los 23 millones de empleados y trabajadores autónomos necesitará la ayuda del Estado, una proporción que podría aumentar.
“En un absoluto respeto a los protocolos sanitarios (…), ahora hay que mirar hacia adelante. La consigna es recuperarse”, declaró Marco Marsilio, gobernador de la región de los Abruzos (centro).
Contrario al confinamiento desde un comienzo, el ex primer ministro Matteo Renzi incluso instó a reabrir las escuelas, a su parecer, una condición esencial para la recuperación económica, en tanto el gobierno parece pensar no hacerlo hasta septiembre.
En la red Facebook, el jefe del gobierno, Giuseppe Conte, ha insistido sobre la importancia de un programa “bien articulado, que concilie la protección de la salud y las exigencias de la producción” para una recuperación, “que mantenga bajo control a la curva epidemiológica y la capacidad de reacción de la mayor parte de las estructuras hospitalarias”.
Si bien lo peor de esta ola epidémica parece haber ya pasado, “la cuestión clave es respecto al (posible) regreso del virus en el otoño (boreal)”, advierte Luca Zaia, gobernador del Véneto.
“Convivir con el virus significa repensar cada día. No en las horas punta de todas las fases del cotidiano. Hay que olvidarse de las calles y el transporte público abarrotados”, advierte el director del Instituto Superior de Salud, Silvio Brusaferro.
Divergencias Norte-Sur
Este ritmo de recuperación provoca divergencias entre el Norte, motor económico del país, muy damnificado por la epidemia, y el Sur, pobre y relativamente poco afectado, pero cuyo sistema sanitario parece encontrarse mal equipado para enfrentar un eventual rebrote de covid-19.
¿La Lombardía y el Véneto (Norte) quieren reanudar rápidamente? “Quizás ellos sean más optimistas que nosotros. Aquí se harán las cosas por etapas, no podemos asumir riesgos”, advierte la presidenta de Calabria (sur), Jole Santelli.
Su homólogo de Campania (sur), la región donde se encuentra Nápoles, Vincenzo de Luca, aspira a que una vez que el confinamiento sea levantado, se mantenga la prohibición de los desplazamientos de una región a otra, y que los visitantes del Norte puedan ser puestos bajo cuarentena.
En su estrategia para prevenir cualquier rebrote pandémico, Italia ha aumentado el ritmo de pruebas de saliva (entre 50.000 y 60.000 diarias), y la Lombardía prevé comenzar esta semana a realizar pruebas serológicas al personal médico en las ciudades más afectadas.
El sistema de trazabilidad Immuni será probado en algunas regiones, pero recién se aplicará en todo el país a partir de la segunda quincena de mayo, según las autoridades.