En una declaración, el martes, la Voz de América condena la expulsión de periodistas de los influyentes diarios New York Times, Washington Post y Wall Street Journal, así como las restricciones de libertad a la revista Time y la propia Voz de América (VOA).
En un mensaje de solidaridad, a la vez que condena las medidas, la VOA se unió a sus homólogos de los medios de comunicación estadounidenses por estos ataques a la prensa libre.
“Al igual que nuestros colegas del New York Times, Washington Post y Wall Street Journal, seguimos comprometidos con nuestro trabajo en China y condenamos los intentos de reducir esta labor. Estamos comprometidos a continuar sirviendo como una fuente de noticias consistentemente confiable y autorizada para nuestro público de habla china”, dice el comunicado de la VOA.
Beijing ordenó a la VOA y aTime que entreguen a las autoridades chinas información detallada sobre su trabajo en China.
Las medidas chinas fueron tomadas luego de que en febrero EE.UU. anunció que cinco organizaciones de noticias chinas estatales: Xinhua, CGTN, China Radio y People’s Daily, se limitarían a un total de 100 ciudadanos de ese país que podrían trabajar en Estados Unidos.
Ante el anuncio sobre las compañías periodísticas estadounidenses, China dijo que se vio obligada a tomar medidas debido a la «opresión irrazonable que experimentan las organizaciones de medios de comunicación chinas en Estados Unidos».
Como medida complementaria, el gobierno del gigante asiático alegó que los cinco medios de comunicación estadounidenses deben enviar información escrita sobre su personal, finanzas y bienes raíces en China.
Las credenciales de prensa para los reporteros del Times, Journal y Post expirarían a fin de año, pero Beijing les ordenó entregar sus carnés de prensa dentro de 10 días.
La orden indica que los profesionales estadounidenses «no podrán continuar trabajando como periodistas en la República Popular de China, incluidas sus Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong y Macao», dos territorios semiautónomos y donde supuestamente hay más libertad de prensa que en China continental.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, condenó la acción y dijo: «Lamento la decisión de hoy de China al reducir aún más la capacidad del mundo para llevar a cabo operaciones de prensa libre que francamente, serían realmente buenas para el pueblo chino. Esto es desafortunado. Espero que lo reconsideren».
Los reporteros de los tres medios de comunicación fueron muy activos al informar sobre el brote de coronavirus que se originó en China, cuando al principio fue un problema de salud regional que se transformó en una pandemia mundial con ramificaciones devastadoras.
Los tres periódicos también informaron sobre otros asuntos que las autoridades chinas consideran delicados, incluido el internamiento de musulmanes en la región de Xinjiang y los asuntos comerciales de los líderes chinos, como los del presidente Xi Jinping.
El editor ejecutivo del New York Times, Dean Baquet, lamentó la expulsión de los periodistas, diciendo que era «especialmente irresponsable en un momento en que el mundo necesita el flujo libre y abierto de información creíble sobre la pandemia de coronavirus».
Los principales editores del Journal y el Post también condenaron la acción china.