El jefe de la Iglesia católica, el papa Francisco , denunció la actual ola de antisemitismo a nivel mundial e instó a combatir este todo tipo de odio.
Durante una reunión este lunes con el organismo judío Centro Simon Wiesenthal, el papa destacó los contactos que el organismo judío ha mantenido con el Vaticano a lo largo de los años, “con el deseo en común de hacer del mundo un lugar mejor para el respeto de la dignidad humana”.
Francisco abordó el próximo Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, recordó su visita al campo de Auschwitz-Birkenau en el año 2016, y remarcó la importancia del silencio para mantener vivo el recuerdo del Holocausto, más allá de palabras vanas desatadas en discusiones o insultos que no lleven a nada.
“Si perdemos nuestra memoria, destruimos nuestro futuro. Que el aniversario de la crueldad inexpresable que la humanidad aprendió hace 75 años sirva como una convocatoria para pausar, para detenerse y recordar. Necesitamos hacer esto, a menos que nos volvamos indiferentes”, manifestó.
En seguida, el jerarca católico criticó lo que llamó “un incremento del individualismo y la indiferencia” que solo dejan el campo abierto para que el odio tome raíz, y con ello, el antisemitismo, al que condenó.
“Hemos sido testigos de un bárbaro resurgimiento de casos de antisemitismo. Una vez más condeno de la manera más firme cada forma de antisemitismo”, expresó.
Para combatir el fenómeno, Francisco abogó por la integración y la comprensión de los otros, y por reintegrar a aquellas personas marginalizadas, respaldar a aquellos que carezcan de recursos o fondos y asistir a las víctimas de la intolerancia y la discriminación.
Citando fragmentos de la Biblia, reiteró su búsqueda por la proximidad y la inclusión y dijo: “Recordemos el pasado y tengamos compasión por aquellos que sufren, y de esta manera cultivemos el terreno de la fraternidad”.
Al concluir su mensaje, que remató con un Shalom, instó al Centro Simon Wiesenthal a “que continuemos en la defensa de los más vulnerables de nuestros hermanos y hermanas… a respetarnos el uno al otro y a amarnos más el uno al otro, y a hacer de la Tierra un mejor lugar sembrando semillas de paz”.