WASHINGTON — El gobierno de Estados Unidos presentó lo que llama una guía actualizada que establece lo que el presidente Donald Trump nombra como el «derecho a rezar». La presentación ocurrió el jueves, 16 de enero, Día Nacional de la Libertad Religiosa.
En las aulas de las escuelas públicas de Estados Unidos, los estudiantes no están obligados a rezar, después de que la Corte Suprema dictaminó en 1962 que las oraciones patrocinadas por la escuela violaban la prohibición de la Constitución de establecer una religión oficial.
Pero los estudiantes pueden rezar en la escuela si lo desean, ya sea individualmente o en grupo.
En el Día Nacional de la Libertad Religiosa, la administración Trump publicó una guía que establece «protecciones constitucionales para la oración y la expresión religiosa en las escuelas públicas».
«Tienes derecho a rezar. Y ese es un derecho muy importante y poderoso», afirmó Trump.
Rodeado de estudiantes que, según las autoridades, han sufrido discriminación religiosa, el presidente reiteró su acusación de que los demócratas opositores están librando una guerra contra los fieles.
«Hay un creciente impulso totalitario en la extrema izquierda que busca castigar, restringir e incluso prohibir la expresión religiosa», dijo.
La administración explicó que la directriz ayudará a mejorar la capacidad de una persona para presentar una queja si se le niega la capacidad de participar en expresiones religiosas protegidas.
Los detalles no se han publicado, pero parece que no hay cambios en las leyes o regulaciones existentes.
Quardricos Driskell, profesor adjunto de religión y política en la Facultad de Posgrado de Gestión Política de la Universidad George Washington, afirmó: «Estos son mecanismos que ya están establecidos. Creo que el presidente está tratando de apelar al hecho de que es el día nacional religioso. También creo que el presidente está tratando de apelar a su base».
A principios de este mes, en un mitin de «Evangélicos para Trump» en Miami, Trump se comprometió a devolver las oraciones a la escuela.
«No solo estamos defendiendo nuestros derechos constitucionales, también estamos defendiendo la religión misma, que está bajo asedio», dijo Trump.
Más del 80% de los evangélicos blancos votaron por Trump en 2016.
Su apoyo continúa un movimiento que comenzó a fines de la década de 1970, cuando muchos protestantes y católicos conservadores buscaron la defensa política como un medio para devolver los valores «cristianos» al país.
«En términos históricos, proteger la libertad religiosa ha significado proteger los derechos de los ciudadanos individuales a practicar su libertad religiosa sin ser obligados por el gobierno. Y desde la década de 1980, ese lenguaje se ha vuelto mucho más complicado ya que ha estado plagado de ambiciones políticas», dijo Chad Seales, profesor asociado de estudios religiosos en la Universidad de Texas en Austin.
La administración Trump también está proponiendo cambios que facilitarían a los grupos religiosos que brindan servicios sociales acceder a fondos federales y revocar una orden ejecutiva de la era del expresidente Barack Obama, que obligó a las organizaciones religiosas a informar a las personas a las que sirven que pueden recibir el mismo servicio de un proveedor secular.