EE.UU. está prohibido poseer los restos de un águila dorada

Pocos símbolos son tan potentes como el águila.

Con su magnificencia, es el ave nacional de Estados Unidos y un poderoso emblema de la libertad que aparece en casi todos los símbolos: desde las banderas militares hasta los billetes de dólar.

Por esa razón, es ilegal para cualquier persona en EE.UU. poseer o maltratar al águila dorada o las águilas de cabeza blanca -muertas o vivas-, a menos que se porte un permiso especial.

De acuerdo a la ley de protección de estas aves, promulgada en 1940, es un crimen incluso recoger una pluma que se le haya caído a un ejemplar de la especie.

Pero para muchos nativos estadounidenses el águila es un animal sagrado y existe una fuerte tradición que exige usar partes de este animal para ceremonias y rituales.

Aquí es donde entra a actuar el Centro Nacional de Reposición de Águilas, ubicado en el estado de Colorado.

Laura Mallory, Liza Roman y Sarah Metzer usan guantes brillantes mientras están parados en el laboratorio

Laura Mallory, Liza Roman y Sarah Metzer dicen que todas ayudan cuando se trata de lidiar con las águilas.

Cada día, a este centro -que es coordinado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU.- llegan entre 30 y 40 cuerpos de águilas para ser revisadas y preparadas para la siguiente etapa de su viaje, en la que tendrán un destino ritual.

Los cuatros miembros del equipo reciben aves de todos los estados del país -excepto Hawái- y ayudan en la redistribución a las 573 tribus reconocidas en EE.UU.

Liza Roman ha trabajado en el centro durante seis años. Su rol es procesar todas las peticiones que llegan y asegurar que las relaciones con las comunidades originarias sean las más cordiales que se puedan lograr.

«Recibimos cerca de 500 órdenes cada mes»

Los solicitantes deben probar que son miembros de una tribu reconocida y tener más de 18 años, de otra manera su petición resultará desestimada.

Cerca de un par de garras contra el torso de un águila calva inmadura

Las águilas americanas están protegidas incluso después de la muerte.

«El programa del águila nacional fue establecido específicamente para el uso religioso de los nativos estadounidenses y sus propósitos ceremoniales», explicó.

«Ellos también pueden pedir todo el cuerpo del ave, o algunas plumas, pero deben especificar qué clase de ave necesitan y la edad», añadió.

Roman anotó que algunas águilas son más difíciles de conseguir que otras.

«Es una tensión entre demanda y oferta», señaló.

«Ahora lo que más nos están pidiendo es el águila dorada no adulta, que tiene un tiempo de espera de casi siete años y medio. El primero que lo pide, el primero que se lo lleva cuando lo tenemos».

Por el cuerpo de un águila de cabeza blanca, en cambio, solo hay que esperar dos meses.

Bald eagle sitting in a tree - image taken by Ed Stege
La función del centro es manejar águilas muertas, pero en realidad hay águilas vivas que viven a las afueras del edificio en Colorado.

Veneración

Para los nativos estadounidenses, el águila es un animal para ser venerado.

Hanley Frost trabaja como el coordinador cultural para la tribu Ute en Colorado. Él es uno de los líderes tribales, responsable de las ceremonias.

Y explica que las plumas tienen un significado sagrado y espiritual.

«Las águilas son un símbolo de un poder sanador espiritual. Estas llevan nuestras oraciones y son el único animal que puede ir más arriba del cielo y puede llevar esas oraciones consigo. Sus ojos pueden ver a gran distancia, mientras que sus plumas y alas pueden conducirlo en cualquier dirección que desee», añadió.

Hanley Frost.

Hanley Frost pertenece a la tribu Ute, y es uno de los líderes responsables de las ceremonias.

Según cuenta, los abanicos hechos con plumas son usados con propósitos curativos mientras que los huesos de las águilas pueden ser moldeados para convertirse en silbatos utilizados en las ceremonias de danza y otros rituales.

«Estas aves fueron capaces de volar una gran distancia a una gran altura y ver cosas que nosotros no fuimos capaces de ver. Las plumas que poseo representan el más grande honor que un nativo pueda recibir», dijo.

En el Centro de Reposición, todos señalan que aman su trabajo porque ayuda a proteger el ave nacional de EE.UU. y porque han entendido más profundamente el significado que esta tiene para los nativos estadounidenses.

«Amo el aspecto cultural. Aunque las tribus tienen diferentes ceremonias tradicionales, todas tienen el mismo propósito«, explicó Roman.

«Trabajar con ellos y las águilas te da una perspectiva diferente de este animal», dijo.

Aguila muerta

El personal ha tenido que usar equipos especialmente modificados para retirar de las aves las partes que serán requeridas por las tribus.

La muerte de un águila

El centro fue creado en los años 70 para reconocer el significado de las águilas -y sus plumas- entre las comunidades originarias estadounidenses.

Aunque su forma actual data de 1994, cuando el entonces presidente Bill Clinton firmó una orden ejecutiva en la que se estableció que las águilas muertas debían ser enviadas a este lugar.

El centro se mudó desde Oregón hacia Colorado en 1995.

Aunque EE.UU. ha registrado un declive en los nacimientos de aves, el águila de cabeza blanca es considerada como una historia exitosa de conservación. En 2007 fue retirada de la lista de animales en peligro de extinción.

Sin embargo, las águilas doradas, cuyos nidos están en los riscos o en los árboles más altos, permanecen protegidas por varias leyes.

La científica Laura Mallory indicó que cada vez que trata con un ejemplar tiene que considerar tres aspectos: cómo murió el animal, si la persona que recibirá las partes va a poder utilizarla, y finalmente en qué condición está.

Mujer examina las plumas de un águila muerta.

Todas las águilas tienen 12 plumas de cola, así que cuando llegan al repositorio, esto es lo primero que se revisa.

El personal ha tenido que adaptar sus técnicas de evaluación con el paso de los años. En los últimos meses comenzaron a experimentar con una colonia de escarabajos carnívoros en un método para tratar las plumas.

Cuando Mallory comenzó a trabajar en el centro, hace cerca de un año, le tomaba cerca de 15 minutos revisar cada animal. Ahora le bastan 5 minutos.

Su trabajo también la ha llevado a convertirse en una experta en identificación de plumas.

«Tengo que ser capaz de reconocer cualquier pluma que llega. Incluso si lucen como plumas de águilas. Mucha gente las confunde con las de un pavo o un buitre cuando las recoge del piso, pero solo hay que darles una vuelta para reconocerlas», explicó la experta.

Aguilas en un congelador

Todas las aves se etiquetan y almacenan en congeladores en el sitio para evitar la descomposición antes de llegar a su destino final.

Demanda

Con la demanda en alza, se han creado varios programas para ayudar y evitar alimentar el mercado ilegal que existe con la venta de partes de águila.

«Hay personas que venden las partes, pero tratamos de asegurarnos que conocemos a las personas que tienen estas partes y mantenemos archivos bien documentados», dijo Frost.

«Si alguien llega con la pluma de un águila, pero es no nativo, entonces sabemos de dónde la consiguió«, añadió.

Nativo estadounidense con un sombrero de plumas.

Hanley Frost intenta ayudar a las personas a comprender las costumbres de los nativos de EE.UU.

Durante los últimos años, a ciertas tribus de EE.UU. se les ha permitido tener águilas vivas y usar las plumas que sueltan de forma natural. Muchas de ellas son aves rescatadas, que debido a sus heridas o que están enfermas, no pueden ser devueltas a su entorno natural.

Además, en agosto de este año, el servicio de Pesca y Vida Natural aligeró algunas de las restricciones sobre las águilas blancas.

Ahora algunas tribus, con permiso previo y especial, se les permite mantener plumas y partes que sean halladas en ciertos territorios.

Dificultades

Además, el servicio está examinando actualmente las respuestas a una petición formal presentada por Robert Soto, pastor de la Iglesia McAllen Grace Brethren en Texas, y el Fondo Becket para la Libertad Religiosa.

La petición busca dar acceso a las plumas a tribus no reconocidas por el gobierno federal y a aquellos, nativos americanos o no, que son «creyentes religiosos sinceros».

Pero muchas tribus se oponen, al decir que ya es difícil conseguir plumas con las reglas actualmente vigentes.

De vuelta en su laboratorio, rodeada de garras, pájaros enteros y más, Mallory sostiene una pluma.

«Realmente cambia tu perspectiva cuando miras a estas águilas; pueden aparecer muertas pero tienen esta magnificencia que las rodea, como de saber exactamente lo que van a hacer cuando se vayan de aquí», concluyó.

 

fuente.bbcmundo

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